5

740 73 2
                                    

Yoongi ordenaba las compras en el refrigerador y la alacena, pensando que al día siguiente era día de apuestas y no sabía como haría con Jungkook puesto que ahora le había hecho una promesa, pero no quería que el castaño tuviera que enfrentarse con las personas que quién sabe cuanto daño le habían hecho aparte de todos esos hombres borrachos y gente enferma en esos lugares.

Soltó un suspiro y salió de sus pensamientos al ver a Jungkook solo con su camisa y unos pequeños shorts que dejaban sus piernas al descubierto. Yoongi se detuvo viéndolo tratar de lavar unos tomate después de sacarlos de una de las bolsas, se veía tan tierno con esa piel lechosa y hermosa, un ángel.

Yoongi era un hombre y era una mentira decir que no sentía atracción sexual por el menor, pero la ternura y encanto de este lo hacia despojarse de sus pensamientos.

- Hyung ¿Crees que podamos cocinar la carne que trajiste?

Le alegraba que Jungkook ya estuviera tomando más confianza en él.

- Claro, Jungkookie. La traje precisamente pensando en ti.

Una sonrisa se posó en los labios del menor. Yoongi ya se estaba acostumbrando a ella pero eso no quitaba el efecto enternecedor que surgía en él cada vez que la veía.

- Sácala si quieres y yo la prepararé. - dijo Yoongi y el menor solo se dió la vuelta haciendo caso.

Yoongi siempre estuvo solo, después que su padre lo abandonara, su madre murió, solo le quedó un poco de dinero y ese fué la base para poder emerger en sus apuestas. Gracias a Dios la suerte siempre estaba de su lado,lamentablemente debido a esto no pudo seguir sus estudios.

- Jungkook, sé que es algo precipitado, pero... ¿No te da curiosidad ir a la escuela?

El castaño giró de manera lenta para encontrarse con el mayor.

- De hecho, iba a la escuela, pero desde que me vendieron ya no seguí yendo. Me quedé en primaria y ya tengo diecinueve años. ¿No cree que ya es demasiado tarde? Los demás se van a burlar de mí. - respondió formando un puchero.

Yoongi sintió tristeza y se acercó al menor tomándolo de mentón.

- Oye, qué tengas esa edad no te impide seguir avanzando. Puedes ir cuando te sientas preparado, yo solo pregunté si te daba curiosidad, jamás dije que te forzaría a ir.

El menor esbozó una sonrisa y abrazó a Yoongi, el pelinegro sintió asombro de ver como iban a avanzando y la calidez del menor le pareció lo mejor del mundo.

- Gracias, hyung, te diré cuando lo sienta ¿Sí?

- Está bien, Kookie. No te sientas presionado, ahora a hacer esa carne que no se va a cocinar sola.

Jungkook volvió a tomar la carne y lavarla.

Yoongi lo observó de la manera más adorable posible.

Y ahí se dió cuenta que había formado un tremendo cariño por el menor.










- Hyung, está muy rica. No lo tomes a mal pero no pensé que quedara bien. - dijo el menor viendo hacia abajo de una manera avergonzada.

- ¿Así que me subestimaste?-respondió Yoongi sonriendo.

- ¡No! Claro que no. Es sólo que usted no aparenta la clase de hombre que sabe cocinar. Pero me equivoqué, gracias.

-No me lo agradezcas.

Pasaron así alrededor de diez minutos más hasta terminar.

Jungkook lavó los platos, mientras Yoongi iba al piso de arriba.

Besos del alma •  [Yoonkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora