EL día que juré no beber nada que contuviera una sola gota de alcohol me desperté con una sonrisa en los labios y el cuerpo lánguido y satisfecho.
Un poco confusa al notar sobre mi cintura un fuerte brazo masculino, abrí los ojos y me di cuenta de que no estaba en mi habitación, sino en una muy varonil, con pósteres de chicas en biquini y banderas de equipos de fútbol que adornaban las paredes mientras el suelo era un caos de ropa revuelta. Miré bajo las sábanas que envolvían mi cuerpo y comprobé que estaba desnuda. Me entró el pánico cuando a mis espaldas oí unos suaves ronquidos. Poco a poco tomé aire y me concentré en recordar lo que había sucedido la noche anterior, para saber con quién narices me había acostado antes de llevarme el susto de mi vida al verlo.
Bien, la noche había comenzado con Buch. Habíamos bailado abrazados y haciéndonos arrumacos hasta que tropezamos con el detestable de sapo, que bailaba entre dos pechugonas lascivas. Entonces, sin saber por qué, me sentí furiosa y comencé a beber como un cosaco.
Si la noche había comenzado con Buch, lo más seguro es que fuera Buch con el que me había acostado, así que me daría la vuelta, le desearía buenos días, le explicaría que estaba demasiado borracha como para recordar nada y seguiríamos con la relación de amigos, tal vez como algo más si llegaba a recordar si la noche había sido satisfactoria o no.
«Pero... un momento», objetó mi mente confusa; recordaba a un Buch apaleado y arrojado a la piscina, y haber sido cargada al hombro por un cavernícola. También recordaba una conversación que mi hermano Will mantuvo con el cavernícola y después... ¡Oh, no! ¡Oh, no! ¡Mierda, me había acostado con Percy y había sido plenamente satisfactorio!
Me volví cuando escuché la voz que confirmaba mis sospechas dispuesta a gritar, pero me quedé muda cuando vi su torso desnudo y su sonrisa de satisfacción en los labios mientras repetía alegremente:
—Buenos días, listilla.
...
Percy sonreía sin dar crédito a que Annabeth estuviera aún en su cama. Pensó en repetir lo sucedido la noche anterior, pero por su bonita cara de espanto sospechaba que, si intentaba ponerle una mano encima, acabaría manco de un mordisco. Ella lo miró confusa, como en estado de shock.
Cuando él le dio los buenos días, ella se levantó llevándose la sábana consigo enrollada en su cuerpo, y mientras recogía su ropa del suelo lamentaba una y otra vez en voz alta:
—¿Qué he hecho?, ¿Qué he hecho?
Percy se apresuró a ponerse los pantalones e intentó hablar con ella antes de que se encerrara en el baño de su habitación, pero llegó tarde y definitivamente su conversación fue con la puerta.
—Annabeth, no nos acostamos — dijo Percy pensando que la calmaría.
—¿Y entonces por qué estoy desnuda? —quiso aclarar en tono acusador.
—Porque hicimos otras cosas... — intentó explicar Percy.
—¡Qué!, ¿Qué cosas? —preguntó histérica desde el baño—. No, no me lo cuentes, prefiero no saberlo. ¿Cómo pudiste seducirme, Percy? ¡Estaba borracha!
—Annabeth, yo no comencé la seducción: fuiste tú, y yo traté de resistirme, pero no soy de piedra, ¿sabes?
—Ya claro, a ver, ¿Qué fue eso que hice que te tentó tanto como para que tú, todo un hombre, no pudieras resistirte a mí? —quiso saber Annabeth mientras salía del baño totalmente vestida en busca de sus zapatos.
—Me pusiste tus pechos desnudos delante de la cara y comenzaste a sobártelos mientras tu otra mano iba...
Annabeth puso su mano en la boca de Percy para acallarlo y le dijo amenazadoramente: —¡Ni una palabra más! —después retiró la mano, no antes de que Percy le diera un rápido beso en ella.
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My Perfect Guy
Teen FictionDesde que Annabeth vio por primera vez a Percy decidió que su lista sera hecha de todo lo contrario. Y... bueno Percy ,alias el salvaje, solo lanzaba manzanas a Annabeth pidiéndole casarse con ella. Percy: ¿Lista? Mis cojones, me convertiré en tu pe...