Capitulo 34

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Nunca, nunca más tendría que volver a pociones si lograba comprobar que podía ser alquimista. Snape, contrario a estar aliviado tanto como ella, había tomado su tiempo para lanzar comentarios mordaces, sobre como tenia que justificar su incompetencia usando de sus conexiones, y sin duda Rosalie no había desaprovechado la oportunidad para tratar de dañar la reputación de Adhara. Demasiado mal para ellos que se encontrara más emocionada por la perspectiva de pasar el año escolar y jamas tener que asistir a una clase de Snape, incluso si llegaba a sus oídos los mal intencionados rumores, Adhara estaba feliz de ignorarlos.

Pero lo que ni Snape ni Rosalie lograron, el equipo de Slytherin lo logro en tres cuartos de hora, había sido desastroso y tortuoso ver al equipo de Gryffindor ser aplastado en la final, entre el guardián del equipo o la profesora Mcgonagall, no supo quien lloro más. Ni siquiera podían decir que fue un juego reñido,  no solo añadiendo la tempestad en la que jugaron, uno también tenia que recalcar que protegidos por el horrible clima, Slytherin tomo la iniciativa para meter faltas dignas de expulsión, pero lo más grave que la señora Hooch amonesto fue un codazo directo a George, quien recibió su propia amonestación por devolver el puñetazo que dejo a Flint con un moretón en la quijada. Así que el marcador había quedado con un desastroso 80 a 320... ¿Por que creían lógico tener un solo referí para un lugar tan enorme como el estadio de Quiditch? A veces no entendía la lógica de la comunidad mágica del todo, si es que había alguna clase de cordura en ello.

Fue tal fiasco que la única manera de consolar a los gemelos había sido jugando una broma espectacular, se encontraron tentados de hacer a Snape su víctima, pero desde el asunto de las galletas había estado mas alerta de sus jugarretas, así que hicieron a Marcus Flint su objetivo en venganza del puñetazo dado a George, y porque, Marcus Flint era el mayor cretino de todo el colegio.

—¿Están seguros que va a funcionar? —farfullo Lee

—Shhhhh —chistaron los gemelos y Adhara.

Flint salía de encantamientos, demasiado arrogante para notar algo inusual.

—¿Lo tienes Adha? —inquirió en voz baja.

—Casi —contesto— solo un poco mas... ¡Aquí vamos!

Estaban seguro que Hufflepuff los podría perdonar por robarles una capa con el distintivo amarillo de su casa. Adhara, vistiendo el pantalón y la camisa del viejo uniforme de Lee, salió al pasillo a encarar a Marcus Flint, quien estrecho los ojos con confusión al verla. Adhara no hizo movimiento por los primeros segundos, complacida consigo  misma de no ser reconocida, pero sobretodo conteniendo la risa mientras hacia frente al peor cretino del colegio mientras vestia una mascara de rata, Adhara todavía no olvidaba como la llamo al inicio del curso.

—Creo que te equivocaste de mascota, pero debo decir que ciertamente una rata le queda bien a Huff...

¡SPLASH!

Con un tiro el primer rastro de pintura quedo perfectamente enmarcado al centro del pecho de Flint. Antes de que pudiera recuperarse de la impresión, Adhara enmarco a Flint en una visión multicolor de pintura y brillantina que arrojo en puños desde  la diminuta bolsa que cargaba en la cadera. Los Ravenclaw que salían de su clase compartida con Slytherin no tardaron en comenzar a reírse de Flint.

—¡ESTAS MUERTO!

Sacando un frasco mas pequeño que la pistola de agua -en aquel momento llena de pintura- que cargaba en su mano derecha, Adhara rocío sobre su rostro queso en spray, una sustancia lo bastante segura, pero lo suficientemente viscosa para  cegarlos unos segundo mientras hacia su huida. Dando una reverencia ante su obra maestra, comenzó a correr ante los virotes de Ravenclaw y las exclamaciones de indignación de los Slytherin. Los gemelos y Lee por su parte ya habían desaparecido, el plan era separarse una vez Adhara hubiera rociado hasta el cansancio a Marcus Flint y ellos hubieran logrado capturar la foto perfecta para repartir panfletos en los próximos  días. Contó con que los amigos de Flint la persiguieran, pero no con el hecho de que el pantalón de Lee le quedara largo de las piernas, en un segundo su zapato se atoro en la tela y cayo al suelo resbalándose unos pocos metros por la lisa superficie, no iba a lograr escapar si no se levantaba, pero la caída la dejo aturdida. Gruño y trato de levantarse, pero las piernas le fallaron, solo logro arrastrarse por unos segundos antes de ser tomada por los brazos y levantada abruptamente del suelo...

Adhara BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora