Capitulo 7

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—¿Podrias?

Kreacher la miro malhumorado, pero después de tanta suplica finalmente había accedido renuentemente.

—Solo esta vez —gruño de mala gana— que la ama no se entere de esto, mocosa.

—Mis labios están sellados —le dijo cerrando un candado imaginario sobre sus labios.

El viejo elfo comenzó a mover sus largos y huesudos dedos sobre las piezas que Adhara quería encantar, no era una tarea difícil, pero era laboriosa, y por supuesto, era la petición más extraña que le hubieran dado. Sus deberes, a lo largo de sus años de servicio, solo se habían limitado a lo doméstico. Sin embargo la llegada de la mocosa estaba cambiando ligeramente sus obligaciones, jamás lo diría, pero encontraba más satisfactorio encantar cosas que limpiarlas con ímpetu.

—Listo —le regresó los objetos— ¿Que piensas hacer con esas baratijas?

Adhara sonrió para sí misma antes de responder.

—Es una sorpresa —le guiñó un ojo mientras salía caminando rumbo a otra habitación— y es para ti. Descuida, lo sabrás después, Kreacher.

El elfo se quedo desconcertado en su lugar. Parpadeo una y dos veces ¿Una sorpresa para él? ¿Para el viejo Kreacher? Atolondrado regreso a la cocina. El único mago que había tenido un poco de amabilidad con él había sido el fallecido amo Regulus, cuanto lo añoraba Kreacher, había tenido un afecto sincero por el buen amo Regulus, y su muerte aún dolía en su interior.

—Kreacher es un leal sirviente de la casa Black —se repitió mientras tallaba el mesón— si, así es, Kreacher es un leal elfo.

Adhara por otra parte se había escabullido fuera de la casa. Arreglo el sencillo vestido que Kreacher había ajustado con algunas telas viejas que su abuela no extrañaría, con ligero nerviosismo contó los sickles que Phineas le había hecho llegar con el paquete de joyería de fuego azul, era lo justo para abordar el autobús Noctámbulo, y si quería regresar a Grimmuld place tendría que vender algo aquel mismo día.

Lo más común sería levantar la varita para hacer la parada, pero como Adhara no contaba con varita tendría que intentar con su mano, tal vez si hacía fluir un poco de magia en la punta de sus dedos... Phineas lo había sugerido. Pero claramente planear era más fácil que hacer.

Cerró los ojos y se esforzó lo más que pudo, incluso levanto más la mano y la agito en el aire ¡Necesitaba ir al caldero chorreante!

—¿Que haces niña?

Retrocedió sobresaltada.

Un anciano de grandes lentes de botella la miraba con curiosidad desde el asiento del chofer ¿Como alguien con tan limitada vista tenía un empleo como ese?

—N-nada —carraspeo— voy al caldero chorreante, por favor.

—¿Y planeas subir? —pregunto con una ceja enarcada.

Avergonzada se apresuró a subir al autobús, depósito los sickles correspondientes en la mano del conductor y se sentó en el lugar más cercano a la puerta.

—¿No eres algo joven para ir sola al caldero tu sola?

¿Y ahora que hacía? Habia tomado la parada dos cuadras lejos de Grimmuld para evitar que supieran donde vivía, pero si se lo proponía podía enterarse de que no contaba con más tutor legal que Kreacher, y el cascarrabias elfo ya le había advertido las consecuencias de que alguien se enterara... la apartarían de él, y muy seguramente, la llevarían a un orfanato Muggle. Porque aparentemente el ministerio nunca se había planteado que necesitarán un lugar especial para los niños mágicos, algo estúpido en la perspectiva de Adhara ¿Acaso no habían tenido una guerra hacía pocos años? Estaba completamente segura que muchos niños debieron haber quedado en la orfandad, ella no debería ser la única.

—¿Lo soy?

El conductor no pregunto más, con un encogimiento de hombros siguió en sus asuntos.

Con el autobús corriendo como un vértigo, y deteniéndose sin el menor aviso en múltiples paradas, Adhara llegó despeinada y ligeramente adolorida por los insufribles movimientos de los que había sido víctima. El autobús Noctámbulo era una verdadera pesadilla.

—¡Caldero Chorreante!

Susurro un rápido gracias y bajo junto a las otras personas que llegaban al mismo destino.

—Puedes hacerlo, puedes hacerlo... —murmuró en un intento de ganar valentía.

¿Como se suponía que debía entrar al callejón Diagon? Ya estaba fallando antes de siquiera haber empezado.

—¿Todo bien, pequeña? ¿Estas perdida?

Giró por instinto. Frunció el ceño con confusión al toparse con unas piernas gigantescas... estaba segura de que no era tan enana para solo llegar a las rodillas de un adulto. Levantó la cabeza, pero lo más que pudo ver fue una barba espesa, más enmarañada que su cabello antes de que Kreacher la bañara por primera vez, aunque por supuesto, esta persona no olía horrible como ella solía oler... lo cuál quería decir que su cabello era así naturalmente o posiblemente no prestaba mucho interés en peinarse.

—No —negó poco convencida— uhmm estaba buscando la entrada del callejón Diagon.

—¡Vaya! ¡Tu madre ya te deja estar por ti misma siendo tan joven! —comentó entusiasta el gigantesco hombre— ¡Debes ser una niña realmente responsable!

Bueno, Adhara no tenía idea de cómo había llegado a esa conclusión, pero no iba a contradecir ni una sola palabra.

—Si —dijo con una leve sonrisa— prometió recogerme en un par de horas, fue arreglar otros pendientes.

—Y olvidaste que un adulto debe abrirte el callejón ¿No es verdad? O al menos hasta que compres tu primera varita

¡Diantres!

—Exactamente.

—Bueno, para tu suerte también me dirijo hacia allá ¡Sígueme!

En cuestión de segundos la entrada apareció ante ambos. Adhara abrió la boca estupefacta, era mejor de lo que había imaginado.

—Bien, pequeña. Yo me retiro aquí —le aviso amigablemente el gigantesco hombre— no dudes en pedirme ayuda si volvemos a encontrarnos. Me llamo Hagrid, Rubeus Hagrid.

Y cuando la miro expectante, Adhara supo que tenía que dar su nombre... o algo asi.

—Eh —dijo torpemente— soy Adha... Adha Kreach.

A Kreacher le iba a dar un patatús si se enteraba que había usado parte de su nombre como apellido. Pero ¿De Alegría o de furia? Era una pregunta que Adhara no podía responderse.


Ya me había tardado, disculpas XD

Súbitamente me encontré atrapada en cómo continuar, por eso tardé en actualizar, pero parece que ya salí de ese bache.

Tal vez tarde un poco en el próximo capítulo, tengo otras historias, ya lo saben. Pero además comencé una historia original, solo tiene un capítulo, pero quiero enfocarme un poco más en eso para tener los Capitulo suficientes para ser partícipe de los Wattys. No creo ganar nada, pero lo hago por ocio y por gusto.

Al principio estaba pensando en poner a los gemelos, pero terminó siendo Hagrid el invitado sorpresa. !Bien Hagrid!

Adhara BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora