Extra: Cuando Loraine Lo Descubrio Todo

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Sabia que algo extraordinariamente extraño estaba ocurriendo cuando entro al departamento de Sirius y no fue bienvenida con su presencia como había sido prometido. Dejo su abrigo en la entrada y se dirigió a dejar la bolsa que cargaba a la cocina, podía empezar a cocinar mientras su novio se dignaba a regresar. Tomo la sartén para comenzar a saltear cuando miro una norme y horrorosa rata en la mesa, con claros signos de haber estado comiendo la tarta que le había dejado a Sirius el día anterior.

Su reacción fue inmediata, grito y azoto la sartén contra la mesa, pero el roedor escapo de su contundente golpe. A Loraine poco le importo derribar objetos mientras cazaba la alimaña que había invadido la cocina, un lugar que le había costado dejar impecable desde su primera visita al departamento de Sirius ¿Como el hombre sobrevivió tanto tiempo en el desastre?  Era algo que no se explicaba, y aun más porque aparecía una rata justo cuando la cocina estaba mas pulcra que nunca.

Entre el terror y la furia, siguió su persecución, trato de aturdirlo con la sartén, pero escapaba a cada uno de sus golpes, así que sin importarle mucho la vajilla de Sirius, comenzó a lanzarle platos. ¡No iba a tener ratas en el departamento!

—¡Ja! —exclamo victoriosa— ¡No hay escapatoria de mi!

Se regocijo mientras sentía al pequeño monstruo tratar de salir de la olla donde lo habÍa apresado. Demasiada absorta en su cacería y en su triunfo a penas se dio cuenta que estaba en la sala, junto a un ciervo y un perro mirándola con ojos desorbitados. Alzo la sartén lista para defenderse si era necesario cuando noto una mata de cabello familiar.

—Remus —llamo con cuidado— muévete muy despacio, ese perro podría traer rabia y el ciervo algo igual o peor.

Frunció el ceño con confusión ¿Eran miradas de indignación lo que detectaba en ambos animales? ¿Como diablos habían entrado al departamento de Sirius?

—Ehh, Lori —llamo Remus— estoy bien, no te preocupes.

—Seriamente, Remus ¿Haz visto tu rostro? —cuestiono abruptamente— te atacaron ¿Verdad? no te preocupes, voy a llamar a control animal, pero hay que irnos, así que muévete.

Había dos opciones, dejaban que Remus acompañara a Loraine a llamar a control animal y desaparecían antes de que los Muggles llegaran o Sirius le contaba la verdad y se arriesgaba no solo a quebrantar la ley (Que no es que le importara) sino a que la persona de sus afectos saliera corriendo despavorida y jamas volverla a ver.

—De acuerdo, Lori —dijo Remus con calma fingida— vayámonos y dejemos que alguien mas se encargue del resto.

Era la indirecta para decirles que tan pronto él y Loraine salieran de ahí todos se marcharan.

—Bueno, solo déjame aturdir a la rata y la tiramos al rio, no quiero arriesgarme a que se escape.

No entendió porque la miro con pánico, y porque los otros dos animales imitaron la expresión. El ciervo incluso empujo al perro esperando que este hiciera algo. Estrecho los ojos, algo demasiado extraño estaba pasando, miro a Remus, y antes de que Sirius pudiera transformarse y empezar a explicar todo, la chimenea se ilumino y Lily apareció en medio del desastre.

—¡JAMES POTTER! —grito al ciervo— ¿QUE LE HICISTE A MI SHAMPOO? ¡MIRA ESTO! —señalo mientras el ciervo se encogia sobre su lugar— ¡Azul! ¡MI CABELLO ES AZUL! ¡TRANSFORMATE COBARDE!

El ciervo alzo una pezuña y señalo hacia Loraine. Lily siguió el rumbo se su pata y abrió los ojos con sorpresa.

—Hola, Lily —se limito a saludar Loraine.

—Hey, Lori —regreso incomoda el saludo— ¿Como van los planes de boda? ¿Ya encontraste vestido?

Loraine negó, Sirius miro atento el intercambio, por el rostro palido de Loraine apostaba que estaba por desmayarse.

Adhara BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora