Capítulo 31: La dama de las brechas y la niña del reloj de cuerda [4/4]

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"Siempre hay algo más importante que uno mismo o nuestros sueños".

Edward Elric.
(Fullmetal Alchemist Brotherhood).

Jardín del Castillo.
Capital Lunar.

No muy lejos de ese entonces, Kaguya observó con los ojos llenos de lágrimas cómo los pétalos de cerezo comenzaban a caer lentamente y uno de ellos cayó suavemente en su mano, junto con una pequeña flor de sakura. La textura de la misma le hacía recordar la mano de su pequeña hija Tsuki, quien posiblemente esté en la delgada línea de entrar desaparecida o estar muerta si los emisarios no la encontrasen pronto.

—Majestad— comentó una emisaria tristemente —. Disculpe por interrumpirla, pero todavía no han encontrado ninguna pista de su hija ni hasta en un rincón.
—De algún modo... Avisa a cualquier sirviente, soldado, habitante y todos que sigan buscando hasta que encuentren alguna pista de mi rayito de luna— ordenó Kaguya aún con amabilidad.
La sirvienta, preocupada, suspiró y le respondió con una reverencia:
—Sí, majestad— y se alejó de la habitación.
"¿Qué fue lo que hice como una idiota?" pensó Kaguya con tristeza y culpa.

En el laboratorio de Biología.

Mientras tanto, Sakura y Shaoran comenzaban a ayudar a Yukino en elaborar un regalo para la princesa.
—Tía, ¿Tú crees que Kaguya-san estará bien?— preguntó la pelicastaña de ojos verdes.
—Bueno, se supone que intentaremos animarla un poco, como plantar sus flores favoritas que estoy segura que le encantará — respondió Yukino burocráticamente—. Pero por el momento ayudaremos a dirigir el reino hasta que encuentren a Tsuki; de lo contrario, esperaremos una respuesta del general Omoikane no Sameki para comenzar a preparar una evacuación.
—¿E-Evacuación? ¡Pero Yukino, tú no puedes hacer eso! ¡No lo aceptará como una orden y eso sería una violación moral!— advirtió Levia, quien ahora estaba en una silla de ruedas.
—¿Y qué piensa hacer si usted no acepte la orden? Eso sería negligencia pública y negación, Levia— respondió Yorihime, quien estaba cuidando de los niños.
—Watatsuki no Yorihime tiene razón— agregó Doremy, agitando su cola de tapir—, si no acepta la orden la luna podría ser "purificada" y puesta en cuarentena. Además, debe aceptar que todavía tenemos esperanza para encontrar a Tsuki-sama.
—Doremy tiene razón — comentó Eirin sintiéndose preocupada por su amiga—, es mejor tratar de encontrar a Tsuki que quedarnos con los brazos cruzados... Y tengo una pregunta para usted, Levia.
—Dímelo — ordenó la nombrada.
—¿Qué piensa usted de la pequeña Tsuki?
Levia se quedó pensativa y confundida con la pregunta y se aclara la garganta.
—...Ella es... Una niña dulce con un buen corazón — respondió Levia, aunque ya sabía que mentir era malo pero en realidad no quería decir la verdad por temor a ser herida.
— Si usted dice que es una buena persona, ¿por qué la miró con indiferencia cuando se la presenté? ¿Acaso usted no quiere aceptarla como una buena niña? ¿Y qué fue lo que hizo mal para que desapareciera? Dímelo por favor, Levia.
La mujer se quedó en shock y con lágrimas en sus ojos al saber que no podría volver a ser la misma.
—La verdad... Yo...yo... Yo estuve con Junko sólo... Porque quería protegerlos a ustedes y porque también quería salvar a la joven princesa de su propia muerte.
—¿¡Nos estuviste mintiendo todo este tiempo!?— exclamó Eirin al enterarse que Levia había traicionado a todos.
—Pero... Levia... ¿Significa que tú...nos has...?— preguntó Sakura aún con la inocencia.
—Shaoran, lleva a tu hermana con la princesa por favor — ordenó Yukino.
El nombrado obedeció y la llevó al balcón.
—¿Por qué nos mentiste, Levia?
—Junko me obligó a hacerlo— se arrepintió la mujer con lágrimas en los ojos—, yo no quería que esto sucediera... Yo...yo sólo quería... Volver a ver a mi hija de vuelta y...
—Lo lamento— dijo Eirin secamente—. Tú no puedes revivir a los muertos. Si la princesa se entera de esto, no podré perdonarlo... Así que... Seré honesta por esta vez y por ella...
—Eirin... ¿Acaso...nuestra unión se terminó?
—Me temo que sí, Levia— respondió Yukino con tristeza —. Lo siento muchísimo, pero agradezco su apoyo por esto... Y lamento por lo sucedido.

La de cabello rubio comenzó a llorar amargamente al ser una traidora de las personas quienes fueron sus amigos y comenzó a lamentarse en sí misma. Eirin se acercó para consolarla y le dijo:
—Lo lamento muchísimo por lo que te pasó. Sé que no quieres abandonarnos, pero debes hacerlo para salvarnos.
—...Soy una tonta...— se lamentó Levia. De pronto, comenzó a luchar para levantarse de su silla.
—¡L-Levia! ¿¡Qué haces!?— preguntó la doctora. La rubia le da un golpe en la mejilla, y Eirin gritó de dolor hasta que finalmente Levia se cayó de su silla, arrastrándose en el piso.
—¡Maldita, nadie pue--!
—Hermana, basta. No le queda mucho tiempo.

La científica rubia comenzó a arrastrase con lágrimas en sus ojos. Y comenzó a gritar de tristeza, haciendo que Eirin se quede preocupada.
—...Supongo que esto ya es un adiós, ¿no es así? — concluyó Levia con lágrimas en sus ojos y una sonrisa—. Espero poder descansar y no volver jamás, suerte con eso.
En sus manos traía un bisturí, cuyo filo era tan peligroso y el cual se lo clavó en la boca del estómago.
—Adiós, Eirin...Yagokoro— se despidió la mujer hasta que murió.
—Te quitaste la vida en frente de todos... Maldita cobarde...— murmuró Yorihime al ser testigo de su muerte.

Touhou Kirisome no Amnesia: La historia de Sakuya Izayoi. (TouhouMaria#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora