Capítulo 6: Demasiado inocente a medianoche (3/3)

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-¿Estás bien, Tsuki?- preguntó Eirin al ver a la pequeña peliplateada con algunas heridas y verificando de que no se haya roto ninguno de sus huesos de su cuerpo.
-Sí, tía Eirin- contestó Tsuki al sentirse bien. La doctora suspira de alivio y continuó en sanar las heridas de la niña y desinfectarlas mientras añadió:
-Eres valiente al mostrar al defender a Levia de ella. No obstante, sabes que el estado en el que te encuentras todavía tienes mucho que aprender como tener más cuidado al intentar proteger a otros.
-Lo lamento, tía... Yo sólo quería intentar ayudar a otros- se disculpó Tsuki con tono de tristeza en su voz.
-No, aunque seas demasiado inocente para ayudar a otros no significa que no te estamos siendo estrictas- dijo Kaguya preocupándose por su pequeña hija, nerviosamente con el temor de ver a la pequeña sintiéndose culpable de intentar poner en riesgo su vida para salvar a Levia de estar muerta-. Sé que está bien que salves a otros pero....yo...uh...lo que Eirin quiere decir es...que tú - y al ver a Tsuki abrazando sus piernas comenzó a abrazarla -... Puedes intentar ser buena, ¿no es así?
-Sí - contestó Tsuki recibiendo el abrazo de su madre. A pesar de que Kaguya mintió, lo hizo sólo para protegerla, sin saber que esa pequeña mentira pronto le costaría muy caro...

En el balcón del castillo de la Capital Lunar.

Kaguya comenzó a observar las estrellas con tristeza mientras tomaba aire y suspiró. La princesa no podía creer que podía sentir ese sentimiento por primera vez y lo sintió por una razón: de que su hija estuviera en peligro. Luego de pensarlo dos veces, tomó una decisión: poner a su hija a alguien que la proteja de los peligros que se avecinan.
-¿Usted pensando en su hija, princesa?- preguntó una voz.
-S...sí -respondió Kaguya a una dama de cabello rubio claro casi blanco hasta la altura de su cuello con ojos de color miel y lentes redondos, vestida con un kimono azul cían con difuminado de blanco en forma de flores de cerezo, una capa de color añil oscuro en su hombro izquierdo y una de color violeta claro con bordes de mandalas de flores en el derecho y una capa blanca en ambas telas. Su nombre es Yukino, la cortesana de la Capital Lunar, la primer ministro de educación y una mujer sabia que sabe de la magia blanca y la astronomía, así como los conjuros mágicos siendo la primera mujer conocida en la Capital Lunar llena de la determinación y lealtad hacia el reino.
-Sé que no es fácil ser madre, pero...-confesó Kaguya al sentir compasión y melancolía al no parar de pensar en su hija- ella es dulce y tierna, además de ser mi rayito de luz de luna y yo no quiero perderla.
-Comprendo la situación en la que usted vive, majestad. Usted está preocupada por su pequeña hija.
-¿Cómo lo sabes, Yukino?
-Ese sentimiento tan bello que usted siente no es más que nada más ni nada menos que el amor maternal. Esa es la razón del porqué su corazón siente esa tristeza y es la misma durante los sucesos del "Cuento del Viejo Cortador de Bambú" al amar la Tierra.
-Es verdad...Pero aún así ella puede ser protegida por lo que sentí miedo de esa niña.
-No se preocupe, majestad. Esta ahora asegurada en una habitación en la cual ya jamás podrá salir. Pero respecto a su hija Tsuki, como usted la llamó, hay algo que me dice que el destino la esperará con muchas tareas terribles que pondrán en peligro su vida para salvar a otros ya que ella tiene un extraño poder que es más poderoso y capaz de despertar en su alma muy pronto. No sé qué poder será, pero si ese poder se libera, puede ser que al final ella se quede sin su alma. Porque un cuerpo sin alma no es más que un recipiente vacío y podría poner el reino en peligro- dijo Yukino al profetizar estas palabras.
-¿A qué te refieres?- preguntó Kaguya al quedarse en shock con esa profecía. A lo que Yukino le respondió:
-Lo que estoy diciendo es que pronto ese poder despertará en su corazón y usted tendrá en el suyo una espada clavada simbolizando que la niña será víctima de muchos trabajos duros y un amargo dolor en su inocencia y si no se le puede salvarse, ella...podría ya jamás volver a la Luna y sus recuerdos serán limitados.
-¿Qué sus recuerdos serán....? -preguntó Kaguya asustada y en un estado de shock al comprender de lo que se avecina. Ella contuvo un grito y, antes de continuar con Yukino, casi se desmayaba en frente de sus ojos.

-¿¡Majestad!?- exclamó Yukino al ver a la pelinegra desmayada. Intentó despertarla con unas palmaditas en las mejillas; luego, sacudirla. No obstante, Tsuki observó a Yukino intentando despertar a su madre con miedo. Al final, después de reflexionar, se dio cuenta de algo: ella misma puso su propia vida en riesgo para salvar a Levia. Así que se retiró en silencio, sintiéndose culpable del primer peligro que jamás olvidará en su corta vida: poner su inocencia en peligro para salvar a la mujer. Con miedo y lágrimas en los ojos, se dijo:
-¿Pero...qué hice...?- con esa culpa, se dirigió a su cuarto y comenzó a llorar en silencio. Jamás imaginó que ella era demasiado inocente para ese tipo de maldad de la que se había enfrentado, y no había nadie que la consolaba ya que estaba sola. Sola porque no le habían enseñado la diferencia del bien y el mal; sola porque era lo más pequeña con su corta edad y sola porque ella era....

Demasiado inocente para conocer esa maldad.

{INNOCENCE}

Touhou Kirisome no Amnesia: La historia de Sakuya Izayoi. (TouhouMaria#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora