Capítulo 61: Ecos del pasado [10/10] (Final)

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3 años después.

23 de abril de 1883.

Habían pasado tres años en calma, luego de los acontecimientos en la derrota de Rumia; Miranda, quien había cumplido dieciocho años, ahora se había convertido en una mujer madura y comprensiva, después de pasar por varios hechos traumáticos durante su niñez y adolescencia, los cuales pudo superarlos gracias a la compañía de Sophie, Dio y el reloj de bolsillo que solía tener Aliza.

Al contemplarlo una última vez, antes de empezar a preparar su valija, volvía a escuchar aquella dulce melodía otra vez: era como si ella estuviera recordando su amistad con Aliza, quien podría estar en alguna parte si hubiera estado viva.

"Supongo que podría estar con ella de nuevo, ¿no es así?", pensó al oír la última estrofa en la caja musical; sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Yukari apareció ante sus ojos, esta vez mostrándose amable con la muchacha en su rostro melancólico.

—Veo que lograste superar la muerte de tu familia—expresó la rubia de iris violetas, mas no recibió respuesta—. Aún así, yo tuve la culpa porque tenía tantas ganas de ver con mis propios ojos el florecer de una nueva vida en alguien que yo amaba y sólo empeoré las cosas a causa de ese deseo que consumía. Quisiera disculparme por lo que hice, sólo quería ver si eres la misma persona.
—Soy yo misma—respondió Miranda sin voltear a ver a la mujer, tomando el maletín en sus manos y se dirigió hacia la salida.

Yukari, quien la vio por una última vez, comprendió de sus errores y desapareció al entrar a una brecha hecha por ella misma; la chica salió de la casa, dirigiéndose hacia la estación de trenes, donde Sophie y Dio la esperaban para despedirse.

Cuando llegó al lugar, la joven morena se dirige hacia su hermana adoptiva, se colocó a su lado en una silla y le toma la muñeca con suavidad.

—Entonces, ¿volverás al lugar donde llegaste pare empezar de cero?—preguntó Sophie.
—Hasta el momento, no lo sé. Espero poder hacerlo— expresó Miranda, quien fijó sus ojos en el cielo azul y despejado—.Pero lo que sí puedo asegurarme, es porque siempre saldré adelante.
—Entiendo—agregó Lorren al aceptar la decisión de la chica—. Te voy a extrañar cuando te vayas, Miranda.
—Yo también —contestó la citada, quien abrazó a su pequeño ángel guardián, ocultando sus lágrimas en sus brazos.

Dio también se acerca a la ex-cazadora y le da ropa nueva que le había pertenecido a su tía antes de morir, en compensación a sus errores.

—Te daré esto, porque pensé que necesitarías un poco de prendas nuevas—explicó Dio, quien le da el estuche y Miranda le da un apretón de manos, hasta poner la suya en la izquierda.
—Muchas gracias por ayudarme a salvar a nosotros tres, y espero que cuides de Sophie por mí— se despidió la joven.
—Ha sido un placer conocerte a pesar de tener algunas heridas— comentó Dio, quien recibió el rosario de su compañera—Y ojalá espero que me perdones por lo que te hice.

Al llegar el  tren, Miranda fue la primera en subir al vagón hasta sentarse cerca de una ventana, viendo cómo Sophie la saludaba por última vez y con una sonrisa escrita en sus labios a pesar de las lágrimas recorriendo sus mejillas.

Ella quería llorar y poder quedar con ella una vez más, pero ella sabía que ya no habrá marcha atrás, el tiempo ya no curará las heridas y los ecos del pasado en su persona y pronto olvidaría ese cariño en esa niña, quien ahora ya se había convertido en una mujer.

Una gota de agua recorría en su mejilla, sus zafiros se llenaban de la sombra de la tristeza al despedirse tan pronto; el rubio, al ver a la muchacha antes de verla partir, le dice una última vez:
—¿Alguna última petición, señorita?

Touhou Kirisome no Amnesia: La historia de Sakuya Izayoi. (TouhouMaria#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora