"El dolor también parte de crecer...".
-Yuki Kajiura " Everytime you kiss me" [Frase de inspiración].
En la noche...
Okiya* Yakumo, Gensokyo.
Okiya: Casa hogar en donde habitaban las geishas y las maikos o aprendices de las mismas, sirviendo para aprender los talentos de la danza y la ceremonia del té.
Entonces, dejando de lado los agradables rayos del sol en el día y el canto de las aves en Inglaterra, Gensokyo se lucía extraordinariamente bellísimo con un paisaje nocturno y adornado con su exquisita mezcla de colores fríos y cálidos, acompañado del aroma de las flores, las aguas cristalinas de los arroyos y el sonido de las cigarras, ya que dentro de un mes comenzará el verano en Japón.
En el Okiya de los Yakumo, Yukari observaba el atardecer con una mirada triste en sus ojos mientras recordaba la imagen de una chica de cabello largo hacia la altura de la espalda de un tono castaño oscuro, ojos de un color café claro casi a punto de llegar a un rosa melocotón, tez clara, vistiendo un hermoso kimono de color azul con estampados de flores de cerezo; pero lo que más recordaba era, sin duda, su sonrisa.
Aquella joven estuvo a punto de concebir una hija hace mil años, antes de sacrificar su vida para sellar el Saigyouji Ayakashi y después de perder a su bebé; ahora que Yuyuko—el cual solía ser el nombre de aquella pobre, desdichada e inocente mujer—ya no estuvo con ella desde su muerte, Yukari añoraba con volver a ver a su amada amiga que necesitaba consuelo y así calmar su corazón.
—¿Señorita Yukari?— dijo Ran al ver a su señora contemplando el cielo— ¿Puedo pasar, por favor?
—Puedes entrar — respondió la nombrada.Dicho eso, la kitsune de pelo rubio entró a la habitación de la dama con una bandeja llena de comida tapada en platos de porcelana, palillos, una tetera llena de té negro y dos vasos; como ya casi era la hora de las visitas, Ran no dudó en preparar la cena junto con Chen (Nota de la autora: Ran sabe cocinar muy bien y con un poquito de ayuda de Chen).
—Disculpe por interrumpir su vista a la puesta del Sol— expresó Ran—, pero dentro de cinco minutos tendremos visitas y, como quiere recibirla de forma amable y hospitalaria a nuestra invitada, Chen y yo preparamos la cena.
—No te preocupes, Ran— respondió Yukari con una sonrisa—. Pero igualmente gracias, aunque me gustaría saber quién nos visitará esta noche.
—Bueno, digamos que aún no estamos seguras— declaró Chen, quien se encontraba detrás de la shikigami —. No obstante, en la entrada está una joven especial esperándola.
—De acuerdo, enseguida bajaré para conocerla— contestó Yukari—. Pueden retirarse.Las dos hicieron una reverencia y se marcharon hacia las escaleras, por lo que la dama abrió una brecha y entró hasta dirigirse hacia la planta alta de la casa; una vez llegado a su destino, la grieta se cerró y Yukari notó que en el balcón había una muchacha de cabello corto blanco violeta llegando hacia la altura de los hombros y adornado con un listón negro con una línea blanca, vistiendo una camisa lisa del mismo tono de manga larga y con una chaquetilla y falda color verde bandera; por último, su acompañante era un fantasma con cola casi transparente y la chica llevaba dos katanas.
Al voltear, sus ojos eran azules y su tez muy clara como si de una hoja de papel se tratara; la joven se dirige hacia la mujer mientras acaricia el ente como un gato y pronto la reconoció.
—He escuchado que usted es la mejor amiga de mi ama— declaró—, pero jamás he visto a la youkai de las brechas en persona.
—Encantada de conocerte, jovencita— dijo Yukari luego de escucharla—. Mi nombre es Yakumo Yukari. ¿Y tú eres...?
—Soy Konpaku Youmu, la jardinera de mi señora— se presentó Youmu.
—Mucho gusto para ti, Youmu— manifestó Yukari a la híbrida entre humana y fantasma.Al saludarse de manos, Youmu notó que la mano de la youkai eran tibia, pero no le dio importancia; cuando Youmu dejó sus dos espadas en el suelo, Yukari la invitó a tomar un bocadillo, lo cual la mitad humana mitad fantasma dio las gracias pero que no tenía hambre.
Un ambiente de calma y tranquilidad abrumaron en el lugar, junto con los tonos anaranjados y rosados del cielo hasta que las estrellas lograban aparecer; los grillos anunciaban su llegada con su canto, además de oír el maullido de un gato hasta hacer eco.
Después de haber anochecido, millones de luciérnagas aparecieron detrás de los trigales y Yukari comenzaba a pasear en el jardín del Okiya y de las ruinas del castillo; su elegancia era única en las profundidades de la noche, ya que no sólo era conocida por ser uno de los youkais más poderosos de Gensokyo, sino en ser una de las tres sabias más hermosa de aquel paraíso.
Su mirada reflejaba el brillo de las luciérnagas como si sus pupilas fueran un espejo, a pesar de ser nocturna; una de ellas se posó en su mano, justo como aquella noche en el cual Yuyuko aún estaba viva.
De pronto, se escucharon pasos en el césped hasta ver una silueta de una joven; al principio, Yukari pensó que se tratase de Sendai debido por la poca luz, pero comenzó a dudar de la presencia de ella.
¿La razón? Su labor como sacerdotisa del templo Hakurei y la encargada de exterminar a los youkais rebeldes, peligrosos o que pueden poner en peligro a los habitantes de la Aldea de los Humanos, además de proteger a Gensokyo de cualquier contacto con el mundo humano hasta nuevo aviso, por lo que la probabilidad de encontrarse con ella queda descartada.
Cuando hubo un poco de luz, Yukari notó con claridad a una chica de cabello corto ondulado color rosa, tez medio pálida, vistiendo una yukata celeste con un patrón de mariposas y flores de sakura blancas estampadas, un gorro inflado del mismo tono, salvo un velo violeta claro, casi blanco y un listón color añil oscuro con los bordes blancos, junto con un par de zapatos estilo Mary Janes negros.
Ésta, al voltear su mirada hacia Yukari, conservaba los ojos de tono rosa melocotón que la rubia anhelaba verlos otra vez; Yukari pronto reconoció aquella chica: era su mejor amiga ya fallecida y de la cual no volvió a verla desde la última vez que invadió la Capital Lunar, Yuyuko Saigyouji.
Ésta fijó su vista en la de Yukari, cuyas pupilas de amatista brillaban como si volviera a ver la luz en medio de la oscuridad; como si han pasado más de mil años sin verse nunca, separadas por un triste destino y como si estuvieran en un cuento de hadas shakesperiano con un final distinto en donde Romeo finalmente se reencuentra con Julieta en el firmamento.
Yukari comenzó a correr para averiguar si podía reconocerla, para saber si ella es la misma chica inocente de antes antes de morir y para reencontrarse con su querida mejor amiga.
Cuando se acercó a la joven, ésta se dio cuenta de la presencia de Yukari y, con su dulce voz, le dijo:
—¿Yukari?
—Yu...Yuyuko— respondió la nombrada con lágrimas de alegría en sus ojos—... Sí, soy yo... Tu mejor amiga, Yukari...Yuyuko la reconoció con sus pupilas ensombrecidas por la tristeza y felicidad al mismo tiempo, hasta que ambas se abrazaron sollozando, como si se volvieran a amar por siempre y después de una ausencia de mil años, llenos de dolor y melancolía, ahora convertidos en un hermoso reencuentro en el día en que la luna lloró en tiempos de primavera...
Yuyuko... Te he echado de menos.
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Touhou Kirisome no Amnesia: La historia de Sakuya Izayoi. (TouhouMaria#2)
FanficPrecuela de Biological Clock y segunda historia de TouhouMaria en que nos narrará la historia de Sakuya: su infancia, su vida como una humana en el mundo exterior y su camino hacia una nueva esperanza contada por la voz de una mujer que sufrió pero...