Capítulo 34: Dulce amor

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"Hay veces en que intentamos olvidarnos del dolor al perder a la persona que amamos, como si ella ya no volviera a nacer jamás".

Después de pasar un momento agradable en el campo de las flores, vender los ramos en el pueblo y guardar las cosas, Merina decidió llevar un ramo de rosas azules hacia una tumba cercana a un puente cercano al lago.

Las cuatro mujeres comenzaron a visitar aquel lugar y Miranda, al ver la expresión de su joven abuela al poner la mano en la piedra, puso una su pequeña mano en ella.

—¿Sucede algo, abuela?— preguntó la niña, preocupándose por su rostro lleno de ternura y tristeza.
—Supongo que sí— afirmó Merina sin dejar de ver la lápida—, sólo que el hecho de recordar a él...me llena de nostalgia.
—¿Acaso sucedió algo en la persona que murió?
—Víctor Hugo de Scarlet V... Ese era su nombre — aseguró la dama—. Hace mucho tiempo, él tenía un par de hermosos ojos azules como dos zafiros— y se dirigió a la pequeña —. Tus pupilas son del mismo color, y con sólo verlos me llenas de alegría y me recuerdas mucho a él.
—Quisiera haber conocido a papá — sostuvo Liz al recordar los primeros recuerdos de su padre.

Flashback.

Cuando Aliza apenas cumplió seis meses de nacida, lo único que pudo memorizar fue la belleza del rostro de un joven de cabello rubio anaranjado, con las pupilas del mismo tono de los ojos de Liz y vistiendo una camisa lisa blanca de manga larga y pantalones de color negro, llevando en sus brazos bellísimas rosas azules que contrastaban los colores monocromáticos.

El caballero le daba un beso a la frente de una niña recién nacida y, como si fuera el último regalo de su vida, dejó una rosa azul en la mesita.

De repente, la escena cambió a una imagen de un hombre posado en un ataúd y una niña de cabello rubio besándole la mejilla como una despedida de su padre fallecido.

La chica era abrazada por su hermano, llorando por la pérdida de un ser querido siendo asesinado injustamente.

Sólo una foto familiar era lo único que quedaba, a excepción de la cara del caballero siendo tapada por un pañuelo.

Fin del flashback.

Miranda no sabía nada sobre la muerte, pero comenzó a consolar a la mujer.
—Lo siento mucho, abuela— repuso.
—No te preocupes. Aún así, con sólo recordarlo en las tardes cuando veo la ventana...me recuerda la primera vez en que lo conocí.
—Haremos lo que sea para hacerte feliz, mamá — manifestó Liz, animándola un poco.

Merina mostró una pequeña sonrisa triste, abrazó a su hija pequeña y a su joven sobrina para sentirse consolada. Con lágrimas de melancolía y alegría, les respondió:

—Gracias... Ustedes son las mejores.

Detrás de un árbol, se encontraba un chico de cabello rubio, cuyo rostro era tapado mientras sus brazos se cruzaron.

Dio un suspiro y se marchó directo a su hogar, no sin antes de dirigirse a la casa de María y dejar un regalo: la última rosa azul que se salvó del accidente, salió del lugar y jamás regresó...

Dio un suspiro y se marchó directo a su hogar, no sin antes de dirigirse a la casa de María y dejar un regalo: la última rosa azul que se salvó del accidente, salió del lugar y jamás regresó

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Touhou Kirisome no Amnesia: La historia de Sakuya Izayoi. (TouhouMaria#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora