Capítulo 58: Ecos del pasado [7/10]

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El viento soplaba con furia ante la tempestad, mientras una torrencial lluvia azotaba en las llanuras de San Bernardo entre los campos verdes; los copos blancos y microscópicos de nieve no tardaban en aparecer, cubriendo los álamos de hielo, escarcha y plata; el silbido entre la ventisca y los truenos resonando en los cielos casi dejaría sordo a cualquiera que se atreviese a cruzarse en su camino; la oscuridad era más pesada que las cadenas oxidadas de una prisión en tinieblas, cuyo sonido no era más que los rugidos de una tempestad en el mar.

Miranda y Sophie corrían sin parar, ya que era fuerte el miedo de ser atrapadas lo cual le impedían detenerse en algún lugar seguro; las ramas de los árboles parecían estar a punto de ser arrancados a la fuerza en la brisa de la penumbra, hasta el punto de no poder soportar su propio peso.

Una vez llegado a la casona, ambas chicas intentaron abrir la puerta; no obstante, Miranda se dio cuenta de estar atrapadas afuera y miró hacia los lados para buscar algo con qué abrir el protón.

Entre las tinieblas y el aguacero, el silencio fue interrumpido por una voz femenina que susurraba en un idioma desconocido; Sophie tampoco entendía que estaba pasando, hasta sentir un mal presentimiento.

—Te estuve buscando durante  doce años—expresó una voz femenina, a lo que la joven de cabellos plateados y compañía voltearon a ver a Yukari, quien las observaba con una mirada fría escrita en sus iris de amatista.
—¿Quién eres tú y qué haces aquí?—manifestó Miranda al observarla con una expresión bañada en odio y miedo escritos en sus pupilas azules.
—Qué obstinada eres— respondió la rubia, acercándose hacia la muchacha, quien se puso delante de Sophie para protegerla y defenderse.
—No dejaré que la lastimes— protestó la albina, sin soltar a su hermana.
—¿Acaso piensas en que estar a salvo aquí te dejaría vivir, sólo porque hayas sobrevivido milagrosamente, para convertirte en una heroína cuando en realidad no eres nada?—comenzó a decir Yukari, acercándose hacia ambas jóvenes—. Siento decirte que no eres más que una tonta, porque quería llevarte conmigo y al final te negaste.
—Eso no es verdad—murmuró Miranda al sentir su corazón latiendo entre sus oídos, pero justo cuando iba a alejarse recibió una bofetada en su mejilla y cayó al suelo al estar indefensa.

—¡Miranda!—exclamó Sophie preocupada, quien intentó acercarse a ella mas su paso fue bloqueado por una lanza apuntándole a su cuello; sus lágrimas empezaron a recorrer en sus mejillas al no poder hacer nada para poder ayudar a su compañera, porque ella no tenía el coraje necesario sin ni siquiera hacerle frente a la dama.

Ella quería golpearla, defender a la chica a quien salvó y era la misma pequeña niña tímida, inocente y con el corazón lleno de pureza que había conocido hace doce años, empujar y golpear a la desconocida, y pedir ayuda; mas esos deseos en su mente no eran más que una ilusión, una falsa esperanza debido a la tensión escrita en su cuerpo tembloroso y casi a punto de desmayarse.

—¡No la lastimes!—suplicó Miranda al notar el miedo consumiendo a la pobre chica—. ¡No dejaré que le toques un pelo, maldita anciana! Si lo haces, voy a arrancarte los bra...
—¡Tú no me faltes el respeto y cierra la boca si no quieres que te arranque la lengua!—rugió Yukari, enfurecida al saber que la cazadora se comportaba rebelde ante ella—. Aún no es tiempo de que le digas la verdad a tu preciada amiga.
—¿Qué quieres decir? ¿Qué es de lo que quieres de mí? —preguntó Miranda al quedarse sorprendida y molesta ante el orgullo de ella.

Una pequeña risa salía de la boca perteneciente a Yukari, tomando con su mano el bello rostro de la muchacha y, con el dedo pulgar, como si una muñeca se tratara, le acarició el labio rojo y cubierto de sangre a causa del golpe dado en su cara.

Al hacerlo, su expresión de soberbia cambió a una llena de decepción, compasión y a la vez lástima por la joven, porque en realidad sus intenciones de tener a la chica en su poder fueron frustrados después de darse cuenta de que no funcionaría, ya que ella, si bien era inteligente en algunos casos donde Yukari debería llevar a cabo su plan de revivir a un ser querido, comprendía muy bien que sólo estaba generando más daño de los cuales ya estaban presentes.

Touhou Kirisome no Amnesia: La historia de Sakuya Izayoi. (TouhouMaria#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora