EL ZORRO Y EL REMOLINO.

Un nuevo destino.

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El niño rubio entrenaba adiestrado sus habilidades en la escuela logro ver lo que nadie mas podía ver uno de sus sensei le hacia caer en un Genjutsu simple pero efectivo, el rubio era un camaleón pasaba lentamente entre sus compañeros jugando incluso ganándose si amistad.

El rubio usaba sus clones mas efectivamente enviándolos a misiones sencillas al principio para ganarse información sobre cada clan sus habilidades y sus defectos logrando obtener información más que suficiente para enfrentar alguna situación problemática.

El rubio era un niño alegre con sus amigos incluso era aquel que le ponía la chispa al grupo, Iruka estaba orgulloso por el rubio que intentaba mejorar en cada oportunidad que tenia pero viendo al prodigio Uchiha pues ni a los talones le llega o es lo que pensaba.

El rubio empezó con su Fūinjutsu su único límite fue su imaginación el rubio se era muy escurridizo entre las sombras se movía para poder aprender a ocultarse de aquellos que lo molestaban.

El zorro empezó con el entrenamiento de ninjutsu, kenjutsus y taijutsu prácticos pero muy eficaz su velocidad y sus movimientos rápidos lo hacían un enemigo muy fuerte aunque era un niño podía superar sus límites.

El rubio miraba la luna atentamente su ropa negra estaba totalmente rasgada el pasto tenia manchas carmesí, el susurro del viento se escuchaba en todo el bosque las fieras del bosque se podían escuchar el miro sus dedos jamas pensó en obtener tal acontecimiento tenía el suficiente poder para derrotar a Sasuke y tener a sakura pero su sensei le dijo que si ella no podía ver a través de su ilusión no era ella, además sus habilidades era para misiones y no para presumir ante todos tenia que mantener un perfil bajo.

El zorro movía sus nueve colas en el aire jamas pensó que aquel Gaki lograra dominar el taijutsu Ryu que eran movimientos rápidos cargados de poder moustroso y no solo aunque no tuviera un Dōjutsu el usaba sus experiencia para usar un jutsu básico en una arma letal.

El zorro miro su herida de su espalda si que el Gaki le dio una pela interesante durante todo este tiempo fue entrenando por él quien es considerado como el demonio del fuego y ahora llego aquel que podía suplirlo.

El rubio se puso de pie empezó a caminar aunque no caminaba bien se tenia que apoyar con una muleta por sus heridas tenia que seguir adelante, el zorro caminaba a su lado saliendo del bosque de la muerte las calles de konoha eran totalmente solitarias.

Kyūbi: ahora es de seguir adelante maña quiero que pierdas ante el peor de seguro abra una persona te pondrá una pequeña trampa.

Naruto: es posible pero me gustaría quedarme en la aldea y ser el hokage.

Kyūbi: jejejejeje entonces ya no quieres aquel poder oculto. — el rubio se detuvo el chocó con el rubio quien tenia la mirada en el suelo. — por eso te enseñe todo lo que se ahora se que estas listó y no me salgas que tienes miedo bueno nos vemos mañana en la noche en la puerta sur tendremos que salir rápido no me dejes esperando.

El zorro se desvanecía lentamente el rubio quedo solo en aquella calle había llegado el momento de partir sabiendo que podía conocer a sakura sus calificaciones no eran las mas altas y por ello tenia que repetir el grado y conocer a aquella niña de pelo rosa.

El camino hasta el monumento hokage tenia que pensar las cosas su verdadero sensei era un zorro que apenas conocía no sabia nada de el masque pequeñas historias del zorro.

El se acostó en el frío suelo no tenia nada que hacer el recordó como el emo tenía la suerte de conocer a la rosada fue cuando se quedo limpiado el salón por una bomba de harina que había creado fue cuando el saliendo la conoció ella y el dio un respiro tal vez sea un año mayor que ellos pero pronto los vería si es que se quedaba o podía irse en búsqueda de los míticos poderes ocultos.