CAPÍTULO 11° PARTE 2/3

996 74 11
                                    

--Eso que pasa que todos dicen cuando suspiras--

(2/3)



Cuauhtémoc vio un camarero venir con una charola con copas de tequila y colocó sobre su charola su copa vacía, por un segundo Temo quiso tomar otra copa, pero no lo hizo, no cuando sintió como Lupita se abrazó a él, sonrió.

Diego por otro lado si tomó otro tequila y la bebió al instante que la musica invadió todo el lugar.
Derrepente se sintió aun más irritado de lo que ya se sentía.

Desde su posición Pancho se hecho otro copa.

-Ya Pancho... ya bebiste bastante. -Dijo Susana colocando una mano sobre su hombro.

-Que se cree. ¿Que carajos cree que hace, Susanita? -Gruño Pancho mientras trataba de beber un poco más.

-No sé... solo creo que esta cantando. -Dijo ella obviando lo que estaba a la vista y sintió la mano de Julieta sobre su hombro y Robert a lado de su esposo.
En el escenario Aristotéles se plantó al frente para comenzar a cantar.

-Esta canción es la primera vez que la canto y se llama... -Habló sin mirar un punto en específico. -"Dejame vivir otra vez".

Pancho rió sin humor.

-Eso deseará cuando acabe con él. -Dijo Pancho.

-Pancho, solo es una canción. -Intervino Robert, tratando de desviar la atención de su amigo propuso alejarse. -Vamos abajo, si, donde no haya mucho ruido.

-Nó, -Pancho negó y Robert tuvo que ejercer un poco de fuerza para instarlo para bajar. -de aquí no me muevo. -Dijo, pero la voz de Aristotéles distrajo de nuevo.

-Haria un viaje a la luna, y traería todas las estrellas para adornarte con ellas~... Soñé el día con volverte y... pedir una oportunidad... -Aristotéles empezó cantando con los ojos cerrados. Sinceramente no se creí que Cuauhtémoc estuviera ahí, muy cerca de él, pero era real, muy real. Y no sabía como portarse, era la primera vez que se sentía tímido. Miro entre la gente mientras baila cuando la música pegó fuerte. -Ven aquí y huyamos juntos al infinito, ¡donde nadie nos conozca!~ Pero que sepan que por ti este corazón enamorado muere. -Aristotéles iba punta a punta del escenario y aunque no lo buscaba se encontraba con la imágen de Cuauhtémoc entre la gente, y Violeta detrás de Temo lejos, pero en su misma dirección. Aunque solo miraba a una persona. -Dejame vivir otra vez esa aventura de amarte, cada segundo adorarte. Ese sabor dulce de tu boca, dejame besarte que me provoca... hasta que enloquezca, hasta que impidan que mi amor por ti crezca.



Audifaz estaba hablando con su madre, ella sentada en el borde de su cama, y él en el sillón azul oscuro con bordados de flores oscuras que adornaba el espacio de su habitación.

Cuando habla el Corazón (Aristemo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora