CAPÍTULO 9° PARTE 4/4

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——La unión no siempre genera atracción——

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—Violeta, si no te parece, puedes regresar al edificio y pago tu taxi. —Ofrecio Aristotéles mientras caminaban por la calle.

—No te preocupes... tengo suficiente dinero para pagar el taxi... yhh... —Violeta se abrazo al torso de Aristotéles —estoy muy feliz de que me invitaras a venir ver tu trabajo mi amor. —Aristotéles sonrió ampliamente, de manera forzada, y Violeta le beso en los labios.

—Si, pero, si te aburres por mi no hay problema en que te vayas. —Insistió solo para ver si podía lograr algo. Después de todo Rogelio no era un hombre que le gustaba ver a más de una persona en su estudio. —Después de todo no te prestare atención durante un buen rato. —Dijo abrazándola, era una chica bastante cariñosa y Aristotéles no lo era con alguien que no fuera su familia, pero tampoco es que podía hacerle un desplante. Ella no tenía la culpa de nada.

—No importa mi amor. Yo te espero todo el tiempo posible. —Iban tan enfrascados en su plática que no se dieron cuenta de que habían avanzado bastante. Y Violeta agradeció internamente que Doña Blanca la hubiera disuadido de llevar otro calzado ya que no hubiera llegado lejos con tacones.
Tiempo después llegaron frente a un gran edificio y se adentraron, el de seguridad saludó a Aristotéles y él también correspondió, la chica de la recepción lo vio entrar y se emocionó, sin embargo su sonrisa disminuyó cuando se fijó en la chica que venía pegada al rizado.

—¡Hola Sofia! —Saludó Aristotéles a la chica.

—Hola Ariiii... —alargo la “i” en el nombre del chico con voz cantarina, feliz de verlo. —Y... tú. —Vio a Violeta y esta miro a Aristotéles esperando a que las presentaran. —No te conozco.

—Omm, ella es... Violeta... mi, ehm... novia. —Dijo Aristotéles.

—Novia... no sé... —Sofia la miro de arriba abajo —la pareja de Aristotéles desde hace mucho me la imaginaba... muy diferente... a ti. —Dijo Violeta sonriendole a la chica,aunque claramente no le había caído bien.

—Asi... ¿como? Menos o más bonita. —Preguntó Violeta sonriendo y abrazando de brazo Aristotéles.

Diria “o”... —Murmuró la chica y Violeta fruncio el ceño. Aristotéles elevó las cejas sorprendido por lo que había dicho su amiga. Ella era una de las pocas amistades que el tenía, aparte de Vanessa su compañera de modelaje, Sofia era una de las confiables y la había conocido hace dos años. Desde el primer momento congeniaron. Ella era simpática y él, bueno, el era “un rayo de sol” según Sofia.

—¿Qué? No te escuche. —Preguntó Violeta con una sonrisa congelada en la cara.
Pero Sofia no le prestó atención, en su lugar se dirigió a Aristotéles.

—Ari, debes ir pronto, dijeron que no podías retrasarte nada, ya quieren ese material siendo descargado por decenas de jóvenes. Eso fue lo que Don Rogelio me dijo que te dijera en cuanto te viera. —Dijo revisando unas hojas.

—Oh, si ya voy. ¡Vamos Violeta! —Se adelantó Aristotéles.

—Si... vamos. —Siguió Violeta, no sin antes dirigirle una mirada  un tanto extraño a Sofia.

—¡Oye Ari!

—¿Que pasa Sofi?

—¡Estas en problemas! —Dijo sonriendo, ella claramente no había visto la mirada de Violeta.

—¿Que? —Aristotéles se preocupó.

—No es cierto solo es broma. Pero si el señor Rogelio esta enojado.

Cuando habla el Corazón (Aristemo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora