CAPÍTULO 35° PARTE 2/3

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•El destino decide por donde caminaras, aunque no es lo que desees. Incluso sin darte cuenta ya estaras enfrentándote a una adversidad●

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Pancho entró a la habitación a hablar con Susana que estaba con su hija, hablando y enseñándole a hacer su tarea, la niña solo asentía con las explicaciones  de su madre, Pancho por su lado observó a su familia con una sonrisa en los labios, con el paso de los años él se ha vuelto un hombre más callado, como si hubiera dejado atrás al Pancho extrovertido que era antes de joven, quizá la edad madura a las personas.

Susana lo vio y supo que el estaba lleno de miedos, este hombre cambió con los años y ella lo sabe.

—¿Que pasa Pancho?

El la miró  y soltó un suspiro, lleno de desánimo y con temor.

—¿Que pasará? Cuando Temo llegue a ese edificio ellos le van a hacer mucho daño, es posible que el no se de cuenta de por qué lo odian pero sentirá que algo anda mal con la actitud de las personas a su alrededor.

Susana asintió estando de acuerdo con el, Doña Imelda no va a descansar hasta sacar a Temo de la casa para alejarlo de su nieto. Ella era una mujer capaz de cualquier acción con tal de conseguir lo que sea que a ella le parezca bien. Ella es un gran obstáculo para el amor de los chicos.

—Estoy contigo Pancho. Doña Imelda es una mujer muy difícil. Pero así como tu estas preocupado por Temo el no quiere estar en esta casa, se siente asfixiado por que no cree que seamos su familia. En el fondo el tiene miedo de que no nos recuerde y nos lastime.

—Si ese es el problema es mejor si se va a una casa que no sea cerca de ellos, le compro una casa en donde el quiera, pero no cerca de ellos.

Susana se sentó a su lado y tomando su mano trató de reconfortarlo.

—Pancho, aunque hagas eso de todos modos el sentirá que lo estas controlando, lo que quiere es tener libertad, no que lo apreces, se supone que quiere libertad.

Pancho no esta a de acuerdo con nada de lo lo que pasaba, pero Susana tenía razón, era mejor que tener a Temo temeroso todo el tiempo en casa. Sin embargo, el miedo de que se vaya a vivir con sus enemigos era imposible de concebir.

—Por que no mejor lo apoyas en todo y así el no sentirá que esta solo y sentirá tu apoyo. Quizá, con eso le sea mejor recuperar la memoria, cuando se de cuenta de que no hay nada de que temer, que tiene a toda su familia a su lado y apoyándolo, quizá su mente se despeje más pronto de lo que esperamos y lo tengamos viviendo de nuevo con nosotros.

Él la miró.

—¿Tu crees Susanita bonita?

—Si, estoy segura.

El también quiso creer en eso.

—¿Y Axel, como están las cosas?

—Pancho, Axel no se hechura para atrás, lo que me queda hacer ahora es que alguien más lo convenza de no dar a mi nieto en adopción. Pancho, ¿te imaginas que el bebé crezca lejos de su familia? Nosotros estamos aquí para él. Si Axel no lo quiere que haga con su vida lo que quiera, ya está bastante para tomar sus propias decisiones, pero si en estas decisiones va a arrastrar a un bebé inocente, no se lo voy a permitir. Si no lo quiere criar, que no lo haga, pero que lo deje en su hogar.

Pancho consoló a su esposa con un beso y un abrazo.

—¿Que haremos con nuestros hijos Susanita? ¿Que?

• • •Hugo y Diana...
Mientras todos estaban en la mesa, Diana no había salido de la habitación de la niña.

Ángel miró a Hugo en busca de respuesta, ya que había avisado a Diana para que bajara a comer y lleva quince minutos sin aparecer.

Cuando habla el Corazón (Aristemo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora