Cuando habla el Corazón (Aristemo)

CAPÍTULO 17° PARTE 3/3

--Verdades innegables--

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La tarde cayó sobre todos y pronto todo parecía más oscuro de lo que era gracias a las grandes telas que se ondeaban como cortinas, y de cierta forma como lo habían querido desde el principio, daba un aire mágico.

Los niños se divertían estando en su lugar, habían juegos de destreza, castillos inflables, también juegos y diversas formas de pasar el rato.

Mientras que en el salón estaba Gabriel hablándole a los invitados llamando la atención de todos.

-Para esta parte Pancho va a decir unas palabras. Ya casi es hora de las sorpresas salgan a la luz y que mejor forma de hacerlo que Pancho López comience con el primero. -Dijo -¡Un aplauso para Francisco "Pancho" para los amigos! -Exclamó Gabriel, su voz llegó por todo el salón.

Pancho se levantó y tras un beso a su esposa se fue al frente y Gabriel le dio el micrófono.

-¡Hola, hola! ¿Me escuchan... Me oyen... Me sienten? -Dijo y después se rió a carcajadas, los invitados se rieron. -En fin, estamos aquí para celebrar nuestro aniversario de siete años. -Dijo feliz. -Y ustedes dirán, ¡ay, Panchooooh! ¡Eso ya lo sabemooos! -Exclamó haciendo reír a los invitados. -Sí, todos lo saben, por eso están aquí. Pero lo que no saben, es que por Susanita bonita yo haría lo que fuera. Si ella me pide cambiar, cambio... si ella me pidiera pulir mi forma de hablar lo hago... -Dijo mirándola y ella negó, jamás le pediría eso a su esposo. -pero no lo he hecho por que esa mujer profesional que muchos de ustedes conocen, esa mujer seria que algunos han tratado, por que esa mujer que pareciera que estaba hecha de roca, -Dijo y Susana se fingió ofendida. -en realidad esta hecha de rosas y me acepta tal y como soy. -Susana se conmovió ante las palabras, y los invitados sonrientes ante el amor de los festejados. -Naco, insoportable, incoherente, desenfadado, y muchas cosas más. -Dijo correctamente. -Ella me ama tal y como soy. Por ejemplo ahora, no me ha dicho nada por parecer perico o pera o guacamole, y hablando de guacamole, Doña Blanca nos comparte sus deliciosas recetas, espero que lo disfruten y saludenla que está ahí, -Señaló a la mujer, -y un aplauso para ella. -Dijo y así lo hizo la gente y ella lo agradeció. -¿En donde iba? -Se preguntó. -Ah si, estoy bien verde. Pero me he aguantado la calor por darle una sorpresita a mi querida esposa Susanita bonita. -Dijo Pancho, Susana se abanicada con sus manos para no llorar mientras que Robert y Diego se acercaron a él. -Susanita, no me lo pediste, pero en este día especial tu con tu hermoso vestido rojo y yo todo verdoso, pues no va ¿cierto? Te digo, te amo, te amo mi Susi. -Dijo y le dio el micrófono a Gabriel, quien lo tomó enseguida. Robert y Diego se colocaron a su costado, lo tomaron de la ropa, las personas se miraban y hacían preguntas, Susana no sabía que pasaba. -Denle duro chicos. -Dijo a sus complices. Y en pocos segundos jalaron con fuerza el saco de Pancho revelando por dentro un elegante traje negro, todos quedaron sorprendidos, Susana se llevó las manos a la boca de la sorpresa. Después siguieron con el pantalón verde que fue arrancado hasta revelar unos pantalones negros. Y los aplausos no se hicieron a esperar. Le entregaron de nuevo el micrófono. En ningún momento dejó de ver a Susana quien aplaudía y se aguantaba las ganas de llorar de la emoción. -Ay, ¡no me miren que me chibeyo! -Dijo tapándose de broma, los invitados rieron. -Susanita... Aunque no quiera... Vivo para amarte y lo seguiré haciendo hasta donde pueda.

Susana se rió, le entregaron a Pancho un ramo de rosas rojas. Bajó del escenario, llegó frente su esposa y le entregó a Susana su ramo.

-Ellas quedan tristes ante tu belleza. -Dijo a su esposa y ella se secaba la comisura de los ojos que estaban húmedas por algunas lágrimas.

-Pancho... no te tenías que cambiar. -Dijo ella y recibió el ramo, se abrazaran con mucho amor.

Compartieron un beso y todos aplaudieron.