CAPÍTULO 12° PARTE 2/2

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——Quizás no sea un adiós ——

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Al oír las palabras de Violeta, ambos padres entraron en alerta, estaban asustados.

—¿Como que Aristotéles desapareció? —Preguntó Audifaz tomando a la chica de los hombros y ella negó.

—Sí, —Afirmó ella, —¡no aparece! Cantó, bailo y convivió con nosotros por un rato, pero se fue al baño y no regreso. —dijo angustiada. —¡Se fue de la fiesta y no regresó! —Al oír aquellas palabras una gran opresión se instaló en el pecho de Amapola, presionó con fuerza su palma sobre su pecho negando a darle un rumbo peligroso a sus pensamientos.

—Violeta por favor no exageres. Seguro mi Aris se fue con un amigo. —Dijo Amapola y vio a la chica negar rápidamente.

—No lo se, ¿y si algo le pasó? —Preguntó Violeta angustiada.

—¿Ya lo llamaste? —Preguntó Amapola y Violeta se llevo la mano a la boca, y negó.

—Yo... ¡Dios! —Exclamó impresionada de su falta de sentido común. —¿Como no lo pensé en primer lugar? —Dijo y sacó su celular de su bolso, el escándalo que había ocasionado Violeta hizo que Arquímedes se levantara y llegó a la sala un poco somnoliento tallandose sus ojos con el dorso de sus manos.

—¿Que pasa má, pá? —Pregunto viendo a la chica de su hermano frente a él.

—Ay, Arqui... ve a dormir mi amor. —Dijo Amapola a su hijo.

—¿Pero que pasa papás? —Quiso saber el niño.

—Nada mijo. Vuelve a la cama. —Dijo Audifaz, pero Arquímedes vio que tanto como su madre su padre tenía preocupación en los ojos y eso lo hizo preocuparse.

Violeta daba vueltas de un lado para otro mientras sostenía el celular contra su oído.

—¡No contesta! —Dijo Violeta. —¿Y si está con una chica? —En cuanto soltó aquello su ceño se fruncio disgustada.
Pero sus palabras no solo la disgustaron a ella si no que angustió al niño presente.

—¿Ari no aparece? —Preguntó preocupado Arquímedes a sus padres mirándolos de hito en hito estos no lo miraron pero si parecían seriamente preocupados. —¿Que esta pasando? ¿Le paso algo a mi hermano? ¿Que pasa? —Preguntó seguido.

—No sabemos Arqui. —Habló su madre tomándolo de la mano y mirándolo a los ojos. —Aris de seguro fue con un amigo. —Dijo tratando de calmar a los nervios de su hijo, y los suyos también.

—Pero Aristotéles no tiene muchos amigos. Solo unas chicas que son sus compañeras y amigas suyas de su trabajo en Cklas, son las únicas que le conozco. —Dijo Audifaz pensativo tratando de recordar sobre las amistades de su hijo.
Aunque a Violeta no le gustó oír que las amistades de su novio eran sus compañeras de trabajo– tomando en cuenta como problema que todas eran modelos, y de las pocas que conocía, una no le caía tan bien– y no otros chicos.

—¿Tiene sus números? Podemos llamarlas, a lo mejor esta con ellas. —Dijo Violeta odiando cada segundo el pensar que Aristotéles estuviera con una chica.

—Si, pero dudo mucho que mi Ari este con ninguna chica. —Dijo Amapola, rezó internamente que su hijo estuviera bien en algún lado y que aquellos dos solo dramatizaban en balde.

—Eso espero. —Dijo Violeta, una uña de su dedo derecho se presionó sobre su mejilla del mismo lado y estuvo apunto de rascarse, pero solo lo deslizó a lo largo de su mejilla hasta su clavícula y se cruzó de brazos mirando al costado.

Cuando habla el Corazón (Aristemo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora