CAPÍTULO 14° PARTE 3/3

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--No todo es un accidente--

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Cuauhtémoc llegó frente al elevador, este se abrió dejando salir a Linda, que por las prisas no se fijo en Cuauhtémoc y él tampoco en ella, ambos chocaron.

-¡Ay, lo siento yo-

Se interrumpió a si misma al reconocer a Cuauhtémoc.

Él aún no la veía.

-¡Perdón yo igual no me fij-... -Silencio al ver mejor a la mujer y reconocerla. -¿Linda? -Dijo.

-¡Cuauhtémoc! -Dijo ella, traía los ojos rojos pero aún asi le sonrió.

-Lo siento. No te vi. -Dijo Cuauhtémoc apenado por casi tirarla al suelo.

-No te preocupes, no pasó nada. -Dijo ella restándole importancia.

-¿Vienes por tu padre verdad? -Preguntó el castaño mientras se llevaba las manos a los bolsillos traseros de su pantalón.

Linda aspiró aire con dificultad, tenía congestionada la nariz.

-Si, Axel dijo que estaba aquí y que... tu lo trajiste. Que casi lo atropella un auto. -Dijo limpiándose unas lágrimas en la comisura de sus ojos, lágrimas que no alcanzaron a desprenderse.

Cuauhtémoc asintió.

-Si, pero no te preocupes que tu padre está bien. -Trató de calmarla.

-¿Estas seguro? -Preguntó ansiosa.

-Bueno, al menos eso fue lo que dijo Axel. Yo quería verlo pero tu abuela y tu tío Audifaz estaban a la defensiva con mis actos. -Dijo, y Linda asintió.

-No te preocupes que ya sabes que ellos son asi. Si ami apenas y me toleran y eso que soy de su familia, imagínate lo que han de pensar de ti. -Dijo ella tragándose un nudo que le cerraba la garganta.
De solo pensar que su padre estuvo en peligro, le dolía y la aterraba bastante. -Pero si quieres ver a mi papá no deberías de intimidarte por ellos, y haz lo que tu quieras.

-Prefiero no hacerlo. Soy una persona pacífica. -Dijo y sonrió para restarle hierro al asunto.

Linda asintió.

-Bueno pero... ¿que le paso exactamente a mi papá? -Preguntó preocupada.

-Exactamente no se mucho de como es que fue que acabo solo, pero Diego y yo lo vimos solo y apunto de cruzar la calle, no vio el peligro y quiso cruzar, me apresure a sacarlo del camino. -Dijo él, no sabía que mas decir, ya que la otra parte de la historia les pertenecía a los jóvenes que acompañaban al hombre. -Creo que solo fue el susto y nos tocaba acabar peor. -Dijo él.

-¡Ay, Dios, ojala! -Exclamó sintiéndose ya un poco más calmada. -¿Ya te vas? -Dijo viendo que le obstruía el paso al elevador.

Cuauhtémoc asintió.

-Si. -Dijo.

-Bien. Fue un gusto verte Temo te lo aseguro. -Dijo sincera y Cuauhtémoc le creyó.

-También para mi. -Aseguró él.

-Creo que iré a ver a mi padre, o mi abuela a ver como esta. -Dijo dándose la vuelta para irse de ahí, Cuauhtémoc asintió, pero ella se volteo a verlo y sonrió. -¿Quieres ver a mi papá?

-¿Eh? Si, pero no quiero causar problemas, prefiero preguntárselo a Axel más tarde. -Dijo y Linda negó sonriente.

-Nada de eso, nos vamos. Vas conmigo y cuando me toque ver a mi papito te aseguras de ver como está. -Dijo muy segura. Y aunque Cuauhtémoc sonrió ante la iniciativa de la mujer, no creyó que fuera buena idea. Sin embargo le gustaba su actitud, dándose cuenta que después de tantos años, ella seguía siendo la misma.

Cuando habla el Corazón (Aristemo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora