CAPÍTULO 2°

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——Los recuerdos son s latentes cuando respiro su nombre—




Quizás haber aceptado que Diego lo acompañara al parque habia sido mala idea.
No quería que alguien más le recuerde que se había perdido mucho de su familia en los últimos siete años de su vida.
El haber abandonado Oaxaca había sido una idea sensata e inteligente en aquel momento, pero ahora tomaba un aire de incertidumbre, la incertidumbre de saber si aun habia tiempo de encajar entre los suyos.
Si había una mínima posibilidad de ser feliz estando con su padre, de eso no estaba seguro, pero al menos siquiera solo visitarlo en verano, cuando era la fecha indicada para pasar tiempo con su hermana Ana Lupe y quizás recuperar algo del tiempo perdido.

Era una ilusión.

Diego a su lado habla mientras sus dedos resbalan sobre la botella recortada sobre la mesa haciéndola girar.

—¿Entonces que piensas hacer? —Preguntó Diego a su mejor amigo. Cuauhtémoc lo mira a los ojos y suspira haciendo alzar sus hombros.

-Exactamente... no sé. —Responde y siente la mirada penetrante de Diego contra él, mientras observa sus manos al tiempo que por su mente pasan decenas de posibilidades de regresar, pero todas son detenidas por si lado racional.

Regresar, sería volver a vivir el pasado.



Aristotéles estaba en el parque, ahí se tomaría algunas grabaciones sobre el comercial de la colección de verano, sus compañeras estaban tan apuradas que iban de lugar a otro. Su papel hoy solo consistía en modelar algunos de los vestuarios y las que tendrían más cambios serian las chicas.

—Bien... la primera toma sera al pie del árbol. —Dijo el director revisando el guión, mientras que los camarógrafos le daban una revisión a sus cámaras.

Julieta niega y se acerca al director a poner sus sugerencias.

—No... yo tenía contemplado que solo seria asi... mire. —Julieta le enseñó al director unas propuestas, mientras Aristotéles solo estaba sentado en uno de los asientos del parque, esperando instrucciones, al igual que el resto de los modelos.

—Si... pero primero se tomaran las fotos para incluirlas en el catálogo. —Dijo Julieta. —Asi no nos gastamos. El resto se tomará en el salón en CKlass.

—Esta bien, solo dos tomas en el parque y nos iremos mañana con el encuentro. —Aceptó él hombre y la mujer sonrió.

—Perfecto... ¡todos a sus lugares que estamos apunto de comenzar! —Julieta llamo la atención.

Todos se apresuraron, maquillistas, fotógrafos, los de vestuario se dedicaron a acondicionar las cabinas de cambio de vestuario que usarían los modelos, Julieta se encargaba de indicar que ropa agregar y que accesorios deberían de usar las modelos.

—Aris... ¿que esperas? Ya nos tocan las fotografías. —Dijo una chica de cabellos rubios platinados a un Aristotéles que parecía perdido en algún punto de la galaxia. —¿Pasa algo, Ari? —Preguntó ella, era una de las pocas amistades que Aristotéles tenía en el trabajo.

Cerca de la rivalidad que la televisión mostraba de los modales, o cualquier medio artístico es lo que pasaba en su trabajo; sus compañeros y compañeras solo se compiten entre ellos para saber quien era el mejor.
Aristotéles era un tipo de buena fe, razón por la que se llevaba bien con sus campañeros, quienes solían competir entre ellos.

Cuando habla el Corazón (Aristemo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora