CAPÍTULO 9° PARTE 1/4

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La unión no siempre genera atracción——

Dedicado a  Osvaldo205547  ❤❤ Hey, un capítulo de cuatro partes, que suerte 😉 solo que el resto del regalo llegará tarde. 😂


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Amapola y Doña Blanca se habían congelado viendo la persona que había hablado, ellas con tazas de café  en la misma posición desde hace segundos que parecían eternos.
Por lo menos asi lo sintió aquella personita.

—¿Que es Aristemo? —Volvió a preguntar y nadie contestó. Amapola y Doña Blanca se miraron a los ojos y miraron de nuevo al frente. —¿Este, oigan... que les pasa? ¿Por que se congelaron? ¿Fue por lo que dije?... Pero si solo pregunté que es Aristemo.

Doña Blanca fue la primera en bajar su taza, el ruido que causó al tocar el platito donde lo colocó la señora hizo reaccionar a Amapola que hizo lo mismo y miró a su cuñada y luego a su hijo.

—Eeeeeh... Arqui... —Habló Amapola, alejó su taza a un lado para colocar sus manos sobre la mesa. —Arqui, —Amapola no sabía que decirle a su hijo, buscó ayuda en su cuñada pero hasta ella se había quedado callada como Amapola. Por lo que solo dijo lo primero que le vino a la mente. —eh... mejor dime, ¿tú que haces aquí a esta hora? ¿Que no estabas dormido ya?

—Si en eso estaba... solo que no me entraba el sueño y recordé que deje mi celular en la habitación de Frida y baje por ella. —Dijo el niño.
Mientras Audifaz salía por el pasillo para llegar hasta la cocina, alcanzó a ver a su hijo, Arquímedes seguía hablando. —Aunque no me han respondido que es-

—¡Mi Arqui! —Exclamó Audifaz llegando detrás de su hijo menor y lo cargó. —¿Que haces aquí chamaco? ¿Que no estabas en casa?

—Si, solo-

Polita se levantó de su asiento rápidamente para llegar junto a su hijo y esposo.

—Vino por su celular que dejó en la habitación de Frida. —Intervino rápidamente Amapola. —¡Vamos mi amor por ella! —Llamó Polita a su hijo y el comenzó a bajarse de los brazos de su padre al suelo, mientras, Doña Blanca le ofrecía un café a Audifaz quien aceptó encantado.
Amapola tomó la mano de su hijo y ambos fueron hacia la habitación de la adolescente Córcega. Una vez alejados, Amapola aprovechó para hablar en voz baja con su hijo. —Hijo, mi Arqui. —Se hincó hasta llegar a su altura y lo miró a los ojos. —Mira, lo que oíste, no repitas de nuevo la palabra por favor. —Pidió ella agarrando a su hijo de los hombros, como para recalcar su punto.

—¿Que palabra? —Preguntó realmente extrañado el niño, aunque luego recordó y sonrió como si acabara de recibir una grata noticia. —¿La nueva?

—Si. —Afirmo Polita mirando por si alguien viniese.

—Esta bien má. ¿Y por que? —Preguntó de nuevo con curiosidad el niño.

—Ah, bueno, es que... —¿como decirle? Tampoco es que podía andar diciéndo que esa palabra significó mucho para toda la familia Córcega. Algunos no para bien. —es un... es un gran secreto de la familia y no muchos que no son familiares lo saben.

Arquímedes que era algo suspicaz, entrecerro los ojos y miró hacia un lado pensando.

—¿Como Violeta, má? —Dijo al final.

—Andale, eso. —Dijo ella feliz de que su hijo comprendiera rápidamente.

—Entonces no digo nada. —Dijo sonriendo. —¿Y Frida lo sabe má?

—Eeee... si ella si que lo sabe. Pero tampoco se lo preguntes. —Dijo Amapola poniéndose de pie.

—¿Y la abuela Imelda?

Cuando habla el Corazón (Aristemo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora