Capítulo 10

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     Su mirada fija en mí, sus locas y suaves manos recorrieron mi pene de arriba abajo, no me hacía daño al contrario era delicada, cuidadosa e incluso una mezcla de ternura con fogosidad al mismo tiempo, sus manos seguían donde quería que estuviera por mucho tiempo, sus labios se acercaron a mi cuello para besar ferozmente, succionando y lamiendo ardientemente, llena de lujuria.

     Mi cuerpo se estremecía el doble, gemía el triple, me sorprendía lo que era capaz de provocar en mí, me sorprendía lo que era capaz de hacer con mi cuerpo, me sorprendía que mi piel con un simple roce de sus manos se erizaba al instante, me sorprendía que mis labios pedían más de los de ella como si no me cansara más. ¿Qué me estaba haciendo? ¿Qué estaba causando en mí? ¿Qué me hizo para que yo quiera más de ella? No dejaba tocarla, solo ella podía hacerlo eso me desesperaba, no entendía por qué, pero lo que yo tenía claro era que también quería que ella disfrutara de lo que soy capaz de hacerle sentir, pero ya entre a su erótico juego, no podía dar marcha atrás, menos quería hacerlo. Simplemente me deje llevar.

     Me puse de pie cuando ella logro distraerse, pero sin duda era mil veces más astuta que yo (Bruno Mars - Versace On The Floor) sonando de fondo hizo distraerme cuando me percate que ya estaba nuevamente tendido en la blanda y ancha cama, su cabeza movió negativamente, alzando la ceja y muriéndose el labio, haciendo que mi cuerpo temblara de su actuar. Se acercó coqueta y sensualmente moviendo sus caderas de lado a lado lentamente en compañía de la canción que sonaba de fondo, su pelo acompañaba aquel seductor montaje que estaba recibiendo de su parte, estaba extasiado de placer, no podía dejar de mirarla y de contemplarla. 

     Mis ojos se cerraron por un momento después de aquel erótico baile donde mis ganas de poseerla a mi manera aumentaba, donde mis manos querían recorrer su piel siendo este un laberinto para no poder salir de ahí, quería que mis labios dejaran mi ADN en cada rincón de su suave, caliente, húmedo y moreno cuerpo, quería penetrarla tan suavemente para después el encuentro salvaje sea parte de nuestra intima unión, quería escucharla gemir, decir mi nombre mientras mi cuerpo era uno junto con el de ella...

     Al abrirlos no se encontraba en la habitación, no se encontraba frente a mí, no se encontraba a centímetros de mi piel, no sentía sus suaves y pequeñas manos, no veía su maravilloso cuerpo, no veía sus ojos con aquella mirada que lograba desnudarme, no veía su sensual vestimenta, no la encontraba por ningún lado, me asuste y mi búsqueda por todos los rincones de la habitación fueron en aumento sin tener éxito alguno. Se había desvanecido frente a mis narices en aquella habitación de cuatro paredes. 


     Siento su voz, siento aquella dulce voz a lo lejos, era ella sin duda.

Abrí mis ojos encontrándome unos bellos y almendrados ojos mirándome con el ceño fruncido. 

- ¿Estás bien? Te quedaste dormido. – regalándole un dulce sonrisa

- ¿Qué? – no entendiendo nada.

- Te quedaste dormido mientras yo fui al baño, solo pasaron un par de minutos y te encontré de esta manera. – riéndome

- Tengo que irme. Adiós – Se levantó de donde estaba, se dirigió a la puerta y de un fuerte portazo salió.

No entendía que la había pasado, no entendía porque se había ido de esa manera, no entendía porque su actuar, seguro tiene una respuesta a mis dudas...






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