Junto a Lina salimos a recorrer y a conocer un poco más. Mientras caminábamos nos dio un pequeño antojo a ambos y fuimos en busca de helado, el día estaba exquisitamente delicioso y cálido para tomarse uno. Ella quiso uno de menta con jengibre y yo uno de melón y un toque frambuesa, ambos comenzamos a lamer nuestros helados y al mismo tiempo ella me daba de probar y yo hacía lo mismo.
La tarde fue prácticamente risas, caminata, helados, besos y mucho amor.
El atardecer comenzó a mostrarse, la brisa estaba fresca, sentir el aire era algo que me encantaba.
No nos dimos cuenta en que minuto habíamos llegado a la orilla de la playa, nuestros pasos eran firmes y dejando huellas en la arena era nuestra dirección, pero al segundo se desaparecían porque el agua hacia su trabajo y tapaba aquella pisada. El agua mojaba un poco nuestro calzado así que decidimos sacarlo y llevarlo en la mano, sentir el agua en nuestros pies era una sensación única. Seguimos caminando y decidí mojar a Lina con el pie, este le tiro un chorro de agua llegándole en la espalda fue ahí donde ella se aprovechó y tomándome de la mano me tiro al agua, pero no me quede con los brazos cruzados porque fui en su búsqueda y tomándola de la cintura la alce y la lleve al agua conmigo, ambos estábamos mojados, pero eso no importaba, lo estábamos pasando bien, éramos dos pequeños niños disfrutando de la simplicidad.
- Me las pagaras Willer – dije sonriendo maliciosamente.
- ¿A si? Y ¿De qué forma piensas pagar? – me dijo alzando las cejas en compañía con su coqueta mirada
- Ya lo sabrás, no seas ansioso. – le dije saliendo del agua.
- No me quedare conforme hasta que me digas. – puso los brazos cruzados mirándome con un puchero en sus labios.
- Mira
- ¿Qué?...
- Aquí tienes un adelanto – sacando uno de mis pechos, dejándolo al aire libre sin importarme si alguien más había mirado.
- ¿Qué haces? – me dijo algo asombrado.
- Tu querías un adelanto... aquí te lo acabo de mostrar – dije con una pequeña sonrisa victoriosa.
- No puedes hacer eso Lina – me dijo saliendo del agua.
- ¿Por qué no? – dije con los brazos cruzados y haciéndome la enojada.
- Porque lo que acabas de mostrar es mío, yo solo puedo ver, tocar, lamer, morder y hacer de todo... - acercándose a mi algo enojado.
- Eso es lo que tú crees – dije burlándome en su rostro.
- Ven aquí – tomándome de la cintura para darme media vuelta y quedarme frente a él
Estábamos jugando en el agua hasta que voluntariamente y sin vergüenza alguna le mostré uno de mis pechos dejándolo al aire, la verdad no me importaba quien más me había visto, eso para mí era lo de menos, pero después de un pequeño y burlón dialogo de mi parte Chris salió algo enojado del agua, yo le di la espalda y comencé a caminar, pero no avance mucho porque sentí unos brazos en mi cintura que me dio media vuelta quedando frente a frente.
- ¿Qué pretendes Lina? – me dijo seriamente.
Su pregunta me hacía poner juguetona y algo alocada, pero pude ver su cara sin expresión y sentir que el ambiente se estaba poniendo algo incómodo.
- No pretendo nada – le conteste jugando con su polera.
- No estoy bromeando Lina, dime – mirándome fijamente.
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Sigue Mis Reglas(+18) En Pausa
RomanceLina es una mujer independiente, trabajadora y soñadora, actualmente ella trabaja en su segundo libro (El primero fue todo un éxito). Su vida es muy tranquila le gusta leer todo tipo de libro, pero en especial le gustan los libros eróticos y los lib...