Sigue Mis Reglas(+18) En Pausa

Capítulo 29

     Cuando ya estábamos fuera de aquel lugar nocturno, tomados de la mano iniciamos nuestra caminata...

- Lina déjame explicarte. La verdad que yo... - nervioso

- Tú nada, no debes porque explicarme cosa tuyas y más si son intimas, no son de mi incumbencia – soltándome de su mano.

- Pero yo quiero hacerlo.

- Pero yo no quiero saberlo – adelantando el paso

- Escúchame

- Hablemos de otra cosa. – sin darme vuelta le seguía hablando.

- Escúchame Lina por favor – dándome vuelta quedándonos frente a frente

LINA

     Al girar y quedarme frente a él las maripositas en mi estómago comenzaron a revolotear, mis manos sudaban y sentía mi cuerpo temblar, pero no quería verme débil frente a sus ojos.

- ¿Qué quieres? – cortante

- Me gustas Lina, me gustas y mucho. – mirándola fijamente

CHRIS

     Expulsando palabras que jamás imagine que saldrían de mi boca, se las había dicho a ella. Hace mucho tiempo que no me declaraba a una mujer, pero con ella todo es diferente, todo es más lindo, todo es más mágico, todo es más... 

- Chris tú no puedes, tu no debes. – dándome media vuelta y alejándome de su lado.

- ¿Dime porque no puedo? ¿Dime porque no debo? – tomándola del brazo

- Somos diferentes. – mientras esas dos palabras salían de mi boca mis ojos se cristalizaban haciendo que logre ver todo nublado

- No, no es así como dices.

- ¿Cómo qué no? Eres un cantante, famoso o conocido o que se yo, vivimos lejísimos y esto solo paso por una simple noche de sexo, una simple noche que le das a cualquiera...

- No digas esas cosas. Todo lo que dices no es así. – quedando frente a mi

     Todo lo que acaba de salir de tus labios no es cómo crees – agarrándome de las muñecas

- Suéltame – soltándome de su agarre

- ¿Por qué piensas todo eso de mí? - mirándome fijamente

- ¿Quieres saber porque?

- Sí, quiero saberlo.

- Perfecto, toma asiento porque esto va a hacer largo. 

- No, estoy bien como estoy.

- Ok, Chris, empezare a enumerar:

1. La chica de tu habitación.

2. La chica que se encontraba dentro del local

3. Las chicas de tu Instagram

- El número tres no vale.

- Pero no niegas a los dos números restantes.

- No, para que hacerlo si sabes que con ellas si paso algo.

- Está bien. – alejándome del frente para retomar mi camino.

- ¿Y tú no sientes nada por mí? – gritando

- No 

- Dímelo en la cara.

- Te lo digo en tu cara si es lo que quieres. – me di media vuelta, camine donde se encontraba y lo mire fijamente. ¿Quieres saber si me gustas?

- Ya te lo pregunte. 

LINA

     La conversación iba subiendo de tono, hasta que su pregunta hizo paralizarme por completo.

     No quería darle la razón, no quería verme sumisa, no quería que notara lo débil que podía ser, así que mi actitud cambio...

      Con paso firme llegue hasta donde se encontraba. Me pare frente a él y sorpresivamente lo bese, sin miedo, sin esperar siendo rechazada lo bese, lo tome de su blanca y marcada carita para hacer que nuestros labios sean solo uno. La electricidad y complicidad que sentía con él no lo había sentido con nadie más.

     El besito ya no era fogoso como al principio, si no fue bajando su intensidad pasando a ser dulce y lleno de sentimientos... ¿Qué me habías hecho Willer? 

     Después de varios minutos me separe de sus labios y lentamente comencé a abrir mis ojos, haciendo que ambos hagamos lo mismo.

- ¿Qué me hiciste Chris? – juntando mi nariz con la de él.

- La pregunta sería al revés.

- Simplemente fluyo... - mirándolo fijamente

- Me encantas – besándome la punta de mi nariz.

- Y tú a mi...

CHRIS

     Sorpresivamente juntó nuestros labios haciendo que la chispa que había sentido con ella se encendiera nuevamente. Extrañaba sus besos, sus labios.

     Me gusta, me encanta...

     ¿Lina que me hiciste?

- Vamos – tomándome de la mano.

- Chris, no creo que sea lo correcto. – sacando mi mano

- Déjate llevar, dejémonos llevar. – dejando su mano en el aire para ver si yo la tomaba...

- Después conversaremos esto. – tomándole su estirada mano para luego ser una.

     Ambos caminaron de la mano por horas hasta llegar a casa, pero al prender la luz se encontraron con una gran sorpresa... la sorpresa fue tan grande que tuvieron que actuar ante lo que habían visto.

     Queridos lectores/as

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