Capítulo 24.

7.6K 446 133
                                    

NARRA KAMMIE.

Jorge vigila que los guardias no se enteren de nada, a pesar de los gritos escandalosos de Jesús, ellos siguen tomando cerveza y viendo la televisión.

YO: Tengo que bajar con él.
JORGE: ¿Estás loca?
YO: No voy a dejarlo solo en estas condiciones.

Jorge asiente con la cabeza y yo bajo por la ventana con mucho cuidado de que no nos vean.

JESÚS: Kami.
YO: Jesús.. estas borracho.
JESÚS: Estoy borracho porque me voy a volver loco -Dice entre lágrimas- te odio y me odio a mi por no poder dejar de quererte ¿Sabes lo doloroso qué es seguir amando a una persona qué te destrozó el alma?
YO: Ven, vamos a tu coche.
JESÚS: No quiero ir a mi coche, quiero saber que pasa en esta casa ¡Quiero saberlo!
YO: Lo sabrás pero vamos.

Lo agarro del brazo estirando de él hasta encontrar la ubicación de su coche. Lo subo a empujones en el y me siento en el asiento del piloto sin tener casi ni idea de conducir.

YO: Bien -Echo cerrojos- veamos qué hago.
JESÚS: ¿Sabes conducir?
YO: No.
JESÚS: Pues nos vamos a estrellar -Bromea entre carcajadas-
YO: No seas idiota, si no te has estrellado tú, mucho menos me estrellaré yo.
JESÚS: Yo estoy borracho, pero tú no sabes conducir.

Arranco, él me detiene y se guarda las llaves.

YO: Dámelas.
JESÚS: Cógelas.
YO: No pienso meterte mano, deja las bromas.
JESÚS: Entonces charlemos.

Pongo los ojos en blanco y giro mi cuerpo hacía él.

YO: No puedes aparecerte borracho y llamarme gritando como un loco.
JESÚS: ¿Le tienes miedo?
YO: ¿A quién?
JESÚS: Al hombre que te maltrata.
YO: No quiero hablar de mis miedos, quiero seguir regalándote por el espectáculo que has estado apunto de dar.
JESÚS: No soporto esta situación.

Lo miro triste, comprendo perfectamente por lo que está pasando y aunque deseo ahorrarle esto.. no puedo.

YO: Te dije que debías alejarte de mi y tienes que hacerlo.
JESÚS: No es fácil.
YO: Si, si es fácil, hemos estado años separados.
JESÚS: Porque me abandonaste. -Dice con seriedad-
YO: Si.. por eso.
JESÚS: Pero créeme, si en los primeros meses hubiera sabido donde estabas -Desvía la mirada- habría ido a buscarte a pesar del daño que me habías hecho.
YO: Estas borrachos y diciendo estupideces.
JESÚS: Que más quisiera yo que fueran "estupideces" -Suelta un suspiro- me encantaría decir que me alejaré de ti y poder hacerlo.

Pongo la cabeza en el volante, escuchar tanta sinceridad de su parte sin odio de por medio, me resulta demasiado difícil.

YO: Nuestro hijo y tú estáis mejor sin mi.
JESÚS: ¿Crees qué no soy consiente de eso? Claro que estamos mejor sin ti, claro que mi hijo a pesar de no tener una figura materna en su vida es feliz, claro que yo aunque me duela puedo sobrevivir sin ti ¡Claro qué si! -Exclama- Pero volver a verte me ha hecho revivir sentimientos que yo mismo enterré y aparte de mi vida para poder tener una vida normal.
YO: Entonces hazlo de nuevo.
JESÚS: ¿Y dejarte sufriendo?

Su pregunta me deja totalmente callada.

JESÚS: ¿Crees qué no sé qué no estás bien y qué están forzándote a realizar una boda qué tú no deseas?
YO: Eso es asunto mío.
JESÚS: Si, lo es, pero no soy capaz de meterme en la cabeza que te estes dejando obligar.
YO: Tengo que llevarte a tu casa.
JESÚS: No quiero que me lleves a mi casa ¡Quiero dejar de volverme loco!

Vuelvo a girar mi cuerpo hacía él. Me duele verlo así, lleno de lágrimas y de desesperación.

YO: No puedo cambiar nada.
JESÚS: Puedes explicarme, necesito una explicación, algo para poder entender e irme.
YO: No existe explicación para que puedas entender.
JESÚS: Dime quien es ese hombre Kammie.
YO: Es un señor con el que vivo, nada más.
JESÚS: ¡Mentira!
YO: Deja de preguntar ¡Déjalo ya!
JESÚS: Entonces volveré a creer que todo esto es un cuento para que no te odie por lo que me hiciste.
YO: Piénsalo.
JESÚS: Y que te casas con ese hombre porque lo amas lo suficiente para hacerlo.

Giro la cabeza para que no vea mis lágrimas pero lo hago inútilmente porque agarra mi rostro haciendo que lo mire de nuevo.

JESÚS: ¿Quieres qué piense eso?
YO: Si con ello dejarás de buscarme, si.
JESÚS: Prefieres que te odie.
YO: Si.

Me besa, otra vez lo hace dejándome sin palabras, sin explicarme el porqué de estos besos en medio de situaciones como la que estamos viviendo ahora.

Se separa de mi dejando nuestras narices unidas, sus labios a escasos centímetros y mis manos temblando.

YO: Jesús..
JESÚS: Esto es lo que siento ahora.
YO: Pues no lo sientas.

Ríe irónicamente.

JESÚS: Lo habría hecho hace mucho sin pudiera ¿No crees?
YO: No puedo seguir aquí.

Me impide salir del coche agarrándome la muñeca.

JESÚS: Huir no es siempre la solución. -Susurra-
YO: Si, si lo es.
JESÚS: Vivir huyendo y abandonando a las personas que supuestamente quieres, solo servirá para hacerte daño a ti y a los que te rodean.
YO: Solo creo que ya estás bien para conducir y yo tengo que volver a mi casa.
JESÚS: Me hiciste daño.
YO: No saques ese tema, no más, por favor.
JESÚS: Y te sigo queriendo -Lo miro fijamente-
YO: Solo dices tonterías.
JESÚS: No son tonterías y lo sabes tan bien como yo.

Vuelve a poner su nariz sobre la mía agarrando mi nuca para evitar que me aleje e impida lo que está sucediendo.

YO: Cuando estes sobrio té arrepentirás.
JESÚS: Pero no podré cambiar nada de lo que estoy diciéndote.
YO: ¿Por qué no sigues con tu vida?
JESÚS: Porque se quedó estancada un dos de mayo en una habitación de hospital a las cinco de la mañana, cuando te fuiste.
YO: No sigas.
JESÚS: Mañana me odiaré por esto.
YO: Que no sigas. -Suplico en una exigencias
JESÚS: Te quiero.

Pongo los dedos en sus labios, mi corazón late tan fuerte que parece estar apunto de salírseme del pecho y inconscientemente sonrío, la primera sonrisa sincera en mucho tiempo.

JESÚS: No te cases, quédate conmigo. -Suplica y me besa- quédate. -Repite susurrándome-

El secreto. ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora