Capítulo 69.

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NARRA JESÚS.

Tengo el corazón en la boca, todo lo demás se vuelve nítido, ella es lo único que veo entre tanta gente que grita para que se quite la poca ropa que trae puesta.

Miro a los lados nervioso, pensando en la manera más sensata de sacarla de aquí.

Camino hacía atrás, no quiero ver como es obligada a desnudarse. Exploro el local en busca de las habitaciones donde seguramente ella ha estado encerrada este tiempo, me escondo de los guardias un par de veces hasta llegar a un pasillo lleno de habitaciones.

NARRA KAMMIE.

Gritan barbaridades mientras yo bailo bajo la mirada amenazante de padre, bailo hasta desnudarme por completo, me cubren con una manta y padre se acerca a mi pasando el brazo por mis hombros.

Él está satisfecho, orgulloso, mientras que yo estoy asqueada, avergonzada y humillada, nada que no sea nuevo para mi. Lo peor es que ahora viene la peor parte, él se encargará de comprar ofertas y me hará pasar un rato con la persona que pague más por ello.

PADRE: Vas a bailar otra vez.
YO: No, por favor.
PADRE: Si, en lo que yo acabo de negociar y no me desafíes.

Agacho la cabeza aceptando de nuevo mi destino. Me llevan a un vestuario, me obligan a cambiarme, a cambiar mi peinado y a maquillarme, después vuelvo al escenario.

NARRA DANIEL.

Aitor no deja de hacer preguntas que no puedo responder, él es un niño muy inteligente y aunque nos empeñemos en ocultarle las cosas.. algún día lo entenderá todo.

AITOR: Tito.
YO: ¿Quieres jugar en el parque?
AITOR: Si y quiero un helado.
YO: No, estas malo con la tripa y no quiero que después tu papá me regañe.

Cruza los brazos, pone pucheros y me rio.

AITOR: Jo tito, papi no se entera, sh.
YO: Que no, si quieres te compro algún juguete en las tiendas de aquí cerca.
AITOR: Mmm.. ¡Vale! -Pega un salto-
YO: Venga, vamos.
MAMÁ: Tened cuidado y tráelo pronto para cenar.
YO: A sus órdenes.
AITOR: Órdenes. -Me repite y rio-

Se agarra a mi mano y nos marchamos, recorremos muchas tiendas, él elige algo de cada una y no puedo decirle que no, es mi sobrino ahijado consentido.

Hace años cuando Jesús me dijo que iba a ser padre tan joven, me aterrorizó la idea de no saber cuidar de él, sabía que me tocaría cuidarlo muchas veces... pensaba que no podría querer a alguien más que a nada en el mundo pero él llegó para cambiarlo todo, con su alegría y su dulzura. No me imagino la vida sin este granujilla.

AITOR: ¡Tito!
YO: ¿Qué pasa?
AITOR: Guapa.
YO: ¿Eh?

Él señala hacía ella, de nuevo Coral en mi camino. Se acerca corriendo, lo coge en brazos y le da un beso.

AITOR: Yo te conozco.
CORAL: Yo también. -Sonríe-
AITOR: Coral.
CORAL: Si.
YO: Vaya, conoces a mi sobrino.
CORAL: Secretos. -Me rio-
YO: Odio esa palabra.

Lo deja en el suelo, él corre hacía el parque y nosotros nos sentamos en un banco frente a él.

CORAL: Te veo más animado.
YO: Te fijas en todo.
CORAL: La pasada noche te vi muy mal, cuando una persona ya no está tan mal sus ojos brillan.
YO: ¿De dónde has salido tú?
CORAL: De una casa donde casi no tenía tiempo para vivir. -Sonríe-
YO: Eres tan..
CORAL: Puedes decirlo, soy rara, me encanta ser rara.
YO: Si, cuando te conocí fue exactamente lo que me pareciste.. pero también me pareció que tienes una luz diferente al resto de la gente.

Noto como empieza a ponerse nerviosa, se pone el pelo detrás de la oreja y sonríe mirando al suelo.

AITOR: Tito ¿Juegas conmigo?
CORAL: Yo también quiero jugar contigo.
AITOR: ¡Si!

Sale corriendo detrás de él, pongo los ojos en blanco, me rio y corro detrás de ellos.

NARRA KAMMIE.

Después del segundo baile padre me comunica que ya ha negociado con alguien y que es la hora de ir a una habitación.

YO: Por favor, no me obligues.
PADRE: Lo tenías todo pero te empeñaste en hacerlo complicado -Agarra mi brazo con fuerza- vas a ir a la habitación y me darás una buena reputación, vamos.
YO: Te juro que ya he aprendido la lección.
PADRE: Me parece bien pero ya no puedo devolver el dinero que han entregado por ti ¡Vamos!

Estira de mi pese a que me resisto como una loca, uno de sus hombres me lleva a la habitación entrándome en ella a la fuerza y encerrándome.

Una habitación enorme con las paredes rojas. Miro todo asustada, exhausta, con solo ganas de morirme.

De repente la puerta se abre dejando entrar a un hombre de mediana estatura, moreno y de unos treinta años que me mira con deseo, frotando sus manos y luciendo una sonrisa gigantesca.

YO: Por favor -Suplico- Yo no quiero hacer esto.
(...): He pagado mucho dinero por ti.

NARRA JESÚS.

Camino por el pasillo, me escondo tras ver a ese hombre caminando por el y riendo con uno de sus hombres.

PADRE: He ganado tanto dinero hoy.
(...): Esa chica vale su peso en oro.
PADRE: Si, lo sé.

Salen del pasillo volviendo dentro del local para seguir viendo a las pobres mujeres que son obligadas a hacer lo que él les exige.

Busco puerta por puerta sin suerte, sin encontrarla a ella, tantas son las habitaciones que tengo que revisar que la desesperación aumenta, siento miedo de no poder llegar a tiempo.

NARRA KAMMIE.

Me arrincona en un rincón, agarra mis brazos y me tira a la cama.

(...): Shhh -Toca mis labios- no pasará nada.
YO: Déjame. -Suplico-
(...): Te gustará.

Niego, me resisto pero él me inmoviliza, besa mi cuello obligándome a tener la cabeza inclinada, lloro, grito pero el tapa mi boca y me sonríe.

(...): ¿Piensas qué te ayudarán en un prostíbulo?
YO: No quiero, por favor.

Sigue besándome y quitándome la poca ropa que tengo.

(...): Deja de resistirte.
YO: Esta bien.. ¿Pero me dejas ir al baño un momento?
(...): ¿Para qué?
YO: Para asearme un poco.

Él acepta, entro en el baño, ajusto mi ropa, me lavo la cara y me preparo para lo que estoy apunto de hacer.

Abro la puerta despacio, él me espera impaciente, me acerco, me siento encima de él y me besa la barbilla.

(...): Sabía que entrarías en razón.
YO: Si.

Agarro la lámpara de mi derecha y se la estampo en la cabeza hasta dejarlo inconsciente o muerto, no tengo ni la menor idea. Rebusco en su pantalón hasta encontrar la llave que abre esa puerta y sin pensarlo dos veces la abro para salir corriendo.

Justo cuando salgo alguien me agarra, cierro los ojos y entro en pánico.

YO: No me hagas daño. -Murmuro-
JESÚS: Dios... mi vida. -Me abraza-

El secreto. ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora