Capítulo 70.

5.6K 359 83
                                    

NARRA JESÚS.

Levanta la cabeza, sus ojos se llenan de lágrimas y se desmaya en mis brazos. Miro a los lados asegurándome de que nadie nos ha visto, la cojo en brazos e intento buscar una salida.

Hay guardias por todos lados y pronto se darán cuenta de que el hombre con el que Kammie estaba está inconsciente.

(...): Oye -Susurra una chica-

Desconfiado la miro, me aferro a Kammie aún inconsciente y me alejo.

(...): Puedo ayudarte.
YO: ¿Por qué debería creerte?
(...): Porque ella me pidió ayuda y no pude ayudarla, ahora tú puedes sacarla de aquí.

Camina hacía mi, mira a su alrededor y me indica por donde ir.

(...): Ojalá alguien hiciera por mí lo que tú estás haciendo por ella.

Miro a Kammie, si, por ella haría cualquier cosa.

(...): Escóndete aquí.

Me abre la puerta de un almacén dejándome la puerta entreabierta para poder avisarme.

YO: Voy a sacarte de aquí, te lo prometo.

La chica coquetea con unos guardias hasta distraerlos, los enloquece de tal manera que acaban cediendo a lo que les pide y se marchan.

(...): Vamos.

Llegamos a una puerta trasera escoltada por cuatro guardias, ella me mira sin saber que hacer y yo me preocupo.

(...): Escóndete de nuevo, voy a venir con refuerzos.

Se marcha dejándome nuevamente escondido en el almacén. Lo veo todo, entrar, salir gente de las habitaciones. Inclino la cabeza suplicando que nadie se dé cuenta de que ella no está para poder sacarla de aquí.

(...): Tranquilo, mis amigas me ayudarán. -Dice ella-
YO: Gracias a todas.
{...}: Nos ha contado lo que estás haciendo por esta chica, eres lo que todas desearíamos en nuestra vida -Sonríe-
(...): Vamos, tenemos que darnos prisa.

Ellas coquetean con los guardias, los distraen, la chica que me ha estado ayudando hasta aquí consigue las llaves, abre la puerta y me hace un gesto con la mano.

YO: Nunca podré agradecerte esto.
(...): Solo obtén la felicidad que ninguna de nosotras obtendrá nunca, vamos, corre.

Salgo por la puerta, busco mi coche hasta encontrarlo y meterla en los asientos de atrás para que nadie note ni se dé cuenta de lo que estoy haciendo.

Consigo llevármela a pesar de todos los guardias, la saco de ese lugar y conduzco hasta un lugar solitario.

YO: Kami -Susurro- Oye, estoy contigo.

Ella abre despacio los ojos, se levanta nerviosa y asustada.

KAMMIE: ¿Jesús?

Le acaricio el rostro, ella me mira exhausta, reacciona poniendo sus manos sobre mi rostro y me abraza con fuerza.

KAMMIE: Estas aquí. -Solloza-
YO: Nadie volverá a hacerte daño ¿Me oyes?

Se da cuenta de que estamos en mi coche, lejos del prostíbulo donde estaba encerrada y le entra el pánico.

KAMMIE: No, no puedo estar aquí.

Abre la puerta y se baja del coche para huir.

YO: ¡Hey!
KAMMIE: No entiendes, yo no puedo estar aquí, no puedo poneros en peligro. -Dice con las manos en su cabeza llena de terror-

NARRA DANIEL.

Llevo a Aitor a casa subido en mi espalda y acompañado por Coral.

CORAL: Lo he pasado muy bien.
YO: ¿Quieres quedarte a cenar?
CORAL: No, no quiero ser una molestia.
YO: No digas tonterías ¿Tienes dónde cenar?
CORAL: No -Desvía la mirada- cuando consigo algo de dinero si puedo llenar mi nevera.
YO: Vamos, no voy a dejarte sin cenar.

Se detiene, la cojo de la mano y estiro de ella.

CORAL: ¿No molestaré?
YO: En absoluto.
AITOR: Mi tito dice la verdad. -Añade él-
YO: ¿Ves?

Llegamos a casa, mi madre mira sonriente a Coral y la invita a pasar.

YO: Lávate las manos.
AITOR: Vale.

Coral se sienta avergonzada en el sofá, yo le sirvo algo de agua para hacerla sentir más cómoda.

MAMÁ: ¿Quién es?
YO: Una chica que conocí hace poco, es encantadora.
MAMÁ: ¿Y Alanna?
YO: Ella es historia.

Me acerco a Coral con el vaso de agua que acepta enseguida.

YO: Podrías haberme dicho que tenías sed.
CORAL: Demasiado estás haciendo por mi.
YO: Tú hiciste mucho por mi también, gracias a tu consejo conseguí arreglarlo todo con mi hermano, me di cuenta de que Alanna lo había manipulado todo.
CORAL: Menos mal.
YO: Pensaba que nunca volvería a confiar en una chica, pero es que tú eres diferente, me haces sentir que te conozco de toda la vida.

Ella sonríe tímida desviando la mirada.

CORAL: A mi me pasa igual contigo.
YO: ¿De verdad?
CORAL: Si.

Le acaricio la barbilla haciendo que vuelva a mirarme a pesar de su timidez.

YO: Podemos llegar a ser.. grandes amigos.
CORAL: Si.. grandes amigos.

Aitor se abalanza sobre mí tras subirse al sofá.

AITOR: ¡Cenar!
YO: Vamos monstruito.

NARRA KAMMIE.

Jesús acaba de cometer una locura muy grande, sacarme del prostíbulo, arriesgarlo todo.. no sé si besarlo o salir corriendo para qué padre no cumpla todas sus amanezcas.

JESÚS: Explícame.
YO: No entiendes.
JESÚS: Te he sacado de ahí, iban a prostituirte, has bailado para todos esos hombres y te has desnudado ¡Joder Kammie!
YO: Sacándome de ahí no has solucionado nada..
JESÚS: ¿Tengo qué permitir qué te hagan daño? Ni se te ocurra pedírmelo porque nunca lo aceptaré.

Lo miro dulce, es el hombre más maravilloso del mundo y pese a todo lo que va a ocurrir después de esto... ya no hay vuelta atrás.

YO: Mírame. -Digo con las manos sobre su cara-
JESÚS: Quiero salvarte de lo que sea que te esté pasando.
YO: Sé que lo has hecho con tu mejor intención, que sin entender nada de lo que me ha llevado a esta situación, has intentado sacarme de la vida que he vivido durante todo este tiempo y te quiero por ello, te amo.
JESÚS: ¿Qué más tengo qué hacer para poder tenerte conmigo?

Su pregunta entra en mi corazón al instante haciendo que los latidos de mi corazón aceleren.

Lo rodeo con mis brazos, él me rodea con los suyos y nos abrazamos con fuerza olvidándolo todo. Levanto la cabeza, nos miramos fijamente y nos besamos, he deseado tanto volver a sentir sus labios sobre los míos, volver a sentir que alguien me ama, que me ama de verdad y qué haría cualquier cosa por mi.

JESÚS: Déjame cuidarte.
YO: Es lo único que necesito, que me ames, que vuelvas cielo todo el infierno que hay bajo mis pies.

Su respiración choca con mis labios, me los muerdo y veo como una hermosa sonrisa se dibuja en los suyos, una sonrisa de felicidad que termina contagiándome.

JESÚS: No llores. -Suplica-

Con la yema de los dedos seca mis lágrimas, deja un beso en mi frente y me aferro a él.

JESÚS: Quédate conmigo, enfrentémonos a todo juntos e intentemos ser felices hasta que nos salga bien. -Suplica con la voz gruesa y rota-

El secreto. ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora