Capítulo 92.

5.2K 341 136
                                    

NARRA KAMMIE.

He deseado tanto escuchar algo así, tal vez esté diciendo solamente lo que quiero oír pero realmente necesitaba muchísimo el apoyo de alguien más aparte de mi hermano en todo esto.

EDIK: ¿Y quién es el padre?
YO: Mi hijo mayor y él son del mismo padre.
EDIK: Oh, desafiabas a ese viejo amargado.
YO: Siempre que podía me escapaba con él.
EDIK: No te preocupes hija, aquí no vas a sufrir más, ese desgraciando no volverá a acercarse a ti nunca más.
YO: Júrame que protegerás a mi familia.
EDIK: Lo haré.

Sonrío y pongo la mano sobre mi vientre. Jorge aparece, se sienta con nosotros y abre el álbum.

JORGE: Dios mío, tu hijo es más parecido a ti de lo que pensaba.
EDIK: ¿De verdad? ¿Tienes una fotografía?
YO: Si.

La saco de mi bolsillo, le doy un beso y se la enseño.

EDIK: Tiene tus ojos.
YO: Si, pero se parece más a su padre de lo que creéis, su terquedad, la manera de reír, los ojos se le achinan igual que a él y es muy gracioso ver cómo ríen al mismo tiempo -Suelto una carcajada- pero sobretodo.. tiene la trasparencia que lo caracteriza, es un pequeño niño de cristal como él.

Edik desliza la mano por mi espalda.

EDIK: Amas a ese hombre.
YO: Supongo que es el único secreto que no puedo mantener.

De repente entran dos de sus hombres y él debe irse. Jorge pasa los brazos por encima de mi, besa mi cabeza y me acurruco en su pecho.

YO: Ya sabe de mi embarazo.
JORGE: ¿Y?
YO: Me inspira confianza.
JORGE: Parece que es verdad lo que dice, ha cambiado.
YO: No lo conozco como para saberlo a ciencia cierta, puede que nos esté engañando.
JORGE: Debe ser un gran actor.
YO: Si.
JORGE: ¿Y bien..?
YO: Creo que voy a pedirle que me permita buscar a mi familia y traerla.

NARRA JESÚS.

Aitor se echa la siesta después de comer y lavarse los dientes. Yo me quedo mirando algunas de las fotografías que le hice a Kammie con mi móvil.

CORAL: Fingir que no duele, duele el doble.

Rio, los ojos se encharcan en lágrimas y agacho la cabeza manteniendo el móvil en mis manos.

YO: Ahora entiendo que sintió cuando le arrebataron la posibilidad de ver crecer a Aitor.
CORAL: ¿Lo dices por su embarazo?
YO: No sé que habría sido de mi sin mi hijo, ahora la entiendo a ella a la perfección.
CORAL: Ese hombre me dio mala espina desde el principio, cuando le vi dándole órdenes y encerrándose con ella en la cocina.
YO: No me digas más ¡Por favor! La rabia me consume.

Decido salir a tomar el aire, apago el móvil y me siento en un lugar solitario.

Recuerdo la llamada y puedo revivir el momento en el que mi corazón se rompió de nuevo, en el preciso instante en el que me sentí vacío.

MAMÁ: Hijo.
YO: Mamá.

Disimulo secándome las lágrimas y poniéndome en pie.

MAMÁ: Iba para tu casa ¿Qué haces aquí solo?
YO: Vamos, te ayudo con las bolsas.

Ella deja de preguntar cuando se da cuenta de que huyo de las preguntas que me esta haciendo.

NARRA KAMMIE.

Exploro la casa e investigo, tal vez me inspire confianza pero debo asegurarme que mis hijos estarán a salvo aquí.

GUARDIA: Señorita, me ha asustado.
YO: Perdón, estoy mirándolo un poco todo.
GUARDIA: Siga, es su casa.

Me alivia que no me prohíba caminar por ningún rincón de esta gigantesca casa, eso significa que no esconde nada que yo no debas saber.

Entro en un despacho, me siento en el escritorio y cojo el teléfono para llamar a Jesús.

YO: Apagado -Suspiro- Jesús.. responde.

JORGE: Te estaba buscando.
YO: Tiene el móvil apagado.. no responde.
JORGE: Después de lo que pasó ayer, tal vez necesitaba despejarse.
YO: Si.. volveré a llamar más tarde.

EDIK: Hija, me alegra que estes aquí.
YO: ¿Por qué?
EDIK: Porque todo esto será tuyo en un futuro.
YO: ¿No tienes más hijos?
EDIK: No, tú eres mi única heredera y no necesito más hijos.
YO: Pero..
EDIK: Os quiero contar algo a los dos.
JORGE: Empieza.
EDIK: Voy a encontrar a vuestra madre y al hombre que os crió.

Los dos nos miramos.

JORGE: No hagas promesas que no cumplirás.
EDIK: No es ninguna promesa, ya están buscándolos -Pone la mano en mi hombro- los mejores investigadores los encontrarán.
YO: Gracias.
EDIK: Has sufrido mucho, bueno, los dos habéis sufrido, merecéis un rato de tranquilidad.
YO: Quería preguntarte algo.
EDIK: Lo que quieras.
YO: ¿Mi hijo y él pueden venir aquí?
EDIK: Por supuesto, tengo muchísimas ganas de conocer a ese pequeño -Ríe- él y este bebé serán la alegría de la casa.

Sonrío emocionada, Jorge también lo hace y Edik me abraza.

EDIK: Quiero que seas feliz.
YO: Te lo agradezco.

NARRA JESÚS.

Después de darle de merendar a Aitor, decido salir un rato con él para que juegue en el parque y se divierta.

AITOR: Voy a jugar papi.
YO: No te separes mucho hijo.
AITOR: Vale papi.
YO: Después te compraré un helado.
AITOR: ¡Si!

Lo vigiló. Su felicidad calma un poco el dolor que siento. A partir de ahora me centraré en que crezca sano, feliz y sin maldad.

Enciendo el móvil, lo guardo en mi bolsillo sin mirar las llamadas ni los mensajes y sigo vigilándolo.

De repente suena "Número privado".

—LLAMADA TELEFÓNICA—

(...): Me temo que no soy yo quien esperabas.
YO: ¿Quién eres?
(...): Me llaman padre ¿Me conoces?

Trago saliva, frunzo el ceño y me pongo muy serio.

YO: ¿Qué cojones quieres?
(...): Tu hijo se parece tanto a Kammie, sus ojos sobre todo.

Me pongo en pie al instante.

YO: Deja a mi hijo.
(...): Kammie me ha traicionado y siento la necesidad de desquitarme con alguien.

Busco a mi hijo de nuevo pero no lo encuentro, eso hace que enloquezca.

YO: ¡Dónde está mi hijo!
(...): Vais a lamentarlo.

—CUELGA—

Corro en busca de Aitor.

El secreto. ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora