Capítulo 30.

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NARRA JESÚS.

Quiero negarme pero ella insiste tanto que termina convenciéndome, se que lo hace para distraerme y se lo agradezco.

YO: Esta bien.
MÓNICA: ¡Genial! ¡Mil gracias! -Besa mi mejilla- Nos vemos a las nueve.
YO: Vale.

Ella se despide de Aitor y se marcha.

DANIEL: ¿Por qué lo haces si no quieres?
YO: Porque está ilusionada y porque necesito sacarme a Kammie de la cabeza.
DANIEL: Lo ha intentado mil veces.
YO: Pues alguna de esas mil me tiene que funcionar.
DANIEL: Tenéis un hijo en común, nunca vas a olvidarte de ella.

Pongo los ojos en blanco, Dani es un pasota que pasa de todo pero cuando tiene que decir algo claro lo dice sin más, aunque la verdad a veces duela demasiado y su sinceridad lo remate.

YO: Cuéntame ¿Con quién quedaste ayer?
DANIEL: Con una mujer.
YO: Eso lo deduzco solito -Ríe- ¿Y bien?
DANIEL: Es atenta, cariñosa, divertida, no sé, tampoco tengo pensado algo serio pero ya es la décima vez que nos vemos -Sonríe- se llama Alanna.
YO: Es la primera vez que no me hablas de una mujer y hablas de su físico, esta vez estás hablando de su personalidad.
DANIEL: Oh, ella es guapísima, solo que me gusta mucho su personalidad, tanto como ella.
YO: Tal vez te estás enamorado.
DANIEL: No, no creo.
YO: Enamorándote o pillándote demasiado, ese es el principio.
DANIEL: Tal vez.

Aitor tira de mi camiseta llamando mi atención y me mira con cara de ángel.

YO: Mmm ¿Qué quieres? -Le doy con el dedo en la nariz y él encoge los hombros-
AITOR: Quiero ver a Kami.

Miro a Dani y él encoge los hombros. Aitor lleva días pidiéndome lo mismo, no sé qué responderle, creo que en el fondo su corazón sabe que tiene un vínculo muy fuerte con Kammie que ni yo mismo puedo romper.

AITOR: ¡Papi, hazme caso! -Exclama-
YO: Pequeño, Kami no puede venir, estar lejos.
AITOR: ¡Yo quiero ver a Kami! Ella es guapa, buena y tiene los ojos como yo -Dice sonriente-
YO: Cuando ella pueda vendrá a verte, lo prometo.
AITOR: Jo papi.

Lo subo sobre mi regazo y le hago pedorretas en el cuello para que ría.

AITOR: ¡Ay! -Ríe a carcajadas-
YO: Pero -Le doy un beso- que bonito eres.

NARRA KAMMIE.

Exploro la gran casa de Alejandro, quiero saber dónde me he metido para conocer al que será mi esposo y enemigo toda la vida.

(...): Señora -Dice una de las empleadas- ¿La ayudo en algo?
YO: ¿Cuál es la habitación de Alejandro?

Señala la puerta última del gran pasillo en el que estamos y me dirijo hacía ella. Entro en su habitación, rebusco en sus cosas y encuentro una libreta.

YO: Veamos que hay aquí.

Abro la libreta, en ella hay varios recibos, ha desparramado muchísimo dinero ¿Pero en qué? Aquí no dice nada.

ALEJANDRO: ¿Kammie? -Escucho por el pasillo-

Inmediatamente guardo la libreta en su sitio y me siento en la cama.

ALEJANDRO: ¿Qué haces aquí?
YO: Estoy explorando la casa, supongo que es lo único que puedo hacer.
ALEJANDRO: No, puedes hacer lo que quieras.
YO: Menos salir.
ALEJANDRO: Saldrás cuando ya todos sepan de nuestra boda.
YO: Tienes mucho dinero ¿No?
ALEJANDRO: He tenido la suerte de nacer en una familia adinerada.
YO: Ah.
ALEJANDRO: Ahora estás interesada en mi vida ¿No?
YO: Si voy a casarme contigo tengo que saber cosas de ti, odiarte con las cuatro cosas que se no son suficientes.
ALEJANDRO: Cuéntame tú algo de ti.
YO: ¿No lo sabes? -Pregunto riendo- Ahora te casas conmigo sin informarte, no me hagas reír.
ALEJANDRO: Es cierto que me ha contado cosas de ti pero no sé si son ciertas.
YO: Tal vez.

Decido salir de la habitación, me dan arcadas tenerlo cerca.

ALEJANDRO: Kammie.
YO: ¿Qué?
ALEJANDRO: Dejarás de odiarme.
YO: Nunca voy a dejar de odiarte porque nunca olvidaré que eres un asqueroso capaz de obligarme a casarme.
ALEJANDRO: No te servirá siempre el mismo motivo.
YO: Tranquilo, seguro que habrán más razones porque tu actitud de no haber roto nunca un plato, no me la creo.

Él se aparta dejándome paso y yo bajo a la planta de abajo.

(...): ¿Un café?
YO: Yo me lo preparo, no necesito empleados.

Preparo el café y me siento en la cocina sola para solamente tener la compañía de mis pensamientos.. aunque estos me dañen.

ALEJANDRO: A las siete vienen para hacerte un peinado y a las ocho tendrás que ponerte uno de los vestidos de tu clóset.
YO: Vale.

NARRA JESÚS.

Me arreglo para ir a recoger a Mónica e ir a la fiesta.

AITOR: Papi.
YO: Vendré tarde pequeño -Le doy un beso en la frente-
AITOR:  ¿buenas noches?
YO: No podré, pero si puedo comerte a besos.

Lo agarro dándole muchísimos besos, él patalea, ríe y me suplica que pare en medio de carcajadas.

YO: Te quiero mi rey.
AITOR: Y yo papi. -Dice dulce-

Dejo a mi madre encargada de él y me marcho tras prepararme. Recojo a Mónica en su casa, ella me espera en la puerta y me sonríe.

MÓNICA: Siento hacerte pasar por esto pero eras mi única esperanza.
YO: No pasa nada. -Sonrío- Vamos.
MÓNICA: Yo..
YO: ¿Pasa algo?
MÓNICA: No, nada.

Subimos al coche, ella mete la dirección en el GPS y me pongo en camino.

MÓNICA: ¿Qué tal estar?
YO: La típica pregunta para romper el hielo.
MÓNICA: Nos quedan unos diez minutos para charlar.
YO: Estoy bien, con mis cosillas pero bien.
MÓNICA: ¿Ella tiene qué ver en tus cosillas?
YO: Mónica no he venido contigo para hablar de la madre de mi hijo, estoy cansado de que todo el mundo me hable de ella.
MÓNICA: Lo siento..
YO: Da igual, sigamos.

Ella parece tensa, como si quisiera contarme algo pero yo no le pregunto, no deberá ser importante.

MÓNICA: Habrá mucha gente importante en la fiesta.
YO: No sabía que venías de una familia importante.
MÓNICA: Nunca he querido estar cerca de ellos, quería independizarme y ganarme mi propio dinero.
YO: Hiciste bien.
MÓNICA: Pues.. ya hemos llegado.

Bastante gente entra en el lugar, desconocía esta otra vida de Mónica.

NARRA KAMMIE.

Los saludamos a todos, Alejandro me arrastra a hacerme las fotos que exige la prensa y termino sentándome casada.

ALEJANDRO: Levántate.
YO: Estoy cansada ¿No puedes entender eso?
ALEJANDRO: Ha venido mi prima.
YO: La saludé ayer.
ALEJANDRO: Venga, lo estás haciendo bien.

Pongo los ojos en blanco y me levanto, él pone el brazo para que se lo agarre pero me niego y camino detrás de él.

ALEJANDRO: Ahí está.

Levanto la cabeza y siento como el corazón se me rompe al ver a Jesús agarrado de la mano de Mónica.

El secreto. ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora