El secreto. ®

Capítulo 44.

NARRA JESÚS.

Hago un sitio entre tanta gente que apunta con sus móviles. Me arrepiento tanto, porque como dicen, la curiosidad mató al gato y esta vez, yo he sido el gato.

La está besando, ella inmóvil y él agarrándola por la cintura mientras el resto fotografía el momento.

DANIEL: Jesús.

La voz de mi hermano al fondo, tan diminuta, casi inexistente, el mundo desenfocado y el horrible sonido de mi corazón al romperse dentro de mi.

Se separan, ella consigue verme entre la gente, sus ojos muestran la tristeza o una culpa que llevará consigo el resto de su vida por haberme destrozado una vez más.

DANIEL: Vámonos de aquí.

Consigue tirar de mi y sacarme de la muchedumbre. Espera a que reaccione ¿Pero cómo se supone qué debo reaccionar ante esta situación?

ALANNA: ¿Qué pasa?
DANIEL: Te lo explico en otro momento. -Le dice-

Me giro con el puño cerrado, luchando contra una rabia que consume cada parte de mi ser, aguantando las lágrimas y obligándome a mantener una fortaleza que es inexistente.

Aitor corre hacía mi con mi madre detrás de él, lo agarro de la mano y me dirijo al coche.

AITOR: ¿Ya nos vamos papi?
YO: Si pequeño. -Le digo- un placer haberte conocido Alanna.
ALANNA: Igualmente.
DANIEL: Amor ¿Nos vemos más tarde?
ALANNA: Si claro, ve con tu hermano, no sé le ve nada bien.

Me siento con Aitor atrás, mi madre pregunta hasta que Dani le pide que no diga nada mas porque no es el momento.

NARRA KAMMIE.

Huyo de los periodistas, me zafo de Alejandro que le es imposible deshacerse de las múltiples preguntas y corro buscando a Jesús por todo el parque.

Veo su coche a lo lejos, grito su nombre y aunque llamo la atención de la gente no me importa.

YO: Jesús.

Él está en la parte de atrás del coche junto a nuestro hijo, Dani lo mira de reojo y espera a que él diga algo.

JESÚS: Arranca. -Dice serio-
YO: Escúchame. -Suplico-
JESÚS: Arranca. -Repite-
AITOR: ¡Ojos bonitos!
DANIEL: Jesús tal vez.. -Calla al instante-
JESÚS: ¡He dicho qué arranques! -Exclama-

Me aparto, Dani acaba saliendo del estacionamiento y marchándose.

YO: ¡Joder, joder, joder! -Grito-

Alejandro llega hasta mi, agarra mi muñeca y me giro dispuesta a darle una buena bofetada.

ALEJANDRO: ¿Qué haces aquí?
YO: ¡Quiero volver a casa! ¡Ya!

Él asiente con la cabeza mirando a los lados, todos nos miran escandalizados, evidentemente sin saber nada.

Cuando al fin llegamos a casa me tomo la libertad de cruzarle la cara a Alejandro.

YO: ¡Me das asco!
ALEJANDRO: Tenía que desmentir los rumores.
YO: Nunca vuelvas a ponerme un dedo encima.
ALEJANDRO: Lo siento.
YO: Un lo siento no sirve de nada, ya no.

Subo las escaleras desecha, cierro la puerta de mi habitación de un portazo y me lanzo a la cama para romperme sobre la almohada.

Nunca olvidaré la decepción reflejada en sus ojos, el odio que he vuelto a ver en ellos.

NARRA DANIEL.

Le preparo algo a Aitor porque no hemos podido comer nada por todo lo que ha ocurrido. Hace más de diez preguntas que no puedo ni soy quien para responderle.