Capítulo-12.

6.8K 373 5
                                    

NARRA KAMMIE.

Sus profundos ojos marrones me miran esperando una respuesta que temo a darle por su bien. El simple hecho de volver a sentir su mano agarrando mi mano.. me hace sentir que ha merecido la pena cenar con Oscar.

Todo se desenfoca y se insonoriza, las voces de la mujer que lo espera en el coche, las exigencias de Oscar.. todo parece dejar de existir y por unos simples segundos veo en sus ojos el amor que sintió por mi.

OSCAR: Vamos.
JESÚS: Contéstame.
OSCAR: No tienes que meterte en nuestras discusiones, ella quiere venir conmigo y tú deberías atender a tu acompañante.
JESÚS: Que te calles gilipollas, le estoy preguntando a ella no a ti.
OSCAR: ¿Cómo me has llamado?
JESÚS: Gilipollas ¿Te lo deletreo?

La chica baja del coche para agarrar y llevarse a Jesús.

JESÚS: Respóndeme. -Insiste-

Esta vez soy yo quien agarra su mano y no se aparta como las demás veces, solo baja la mirada unos segundos hasta nuestras manos y vuelve a mirarme.

YO: Tengo que ir.
JESÚS: ¿Pero quieres?
YO: Tengo que ir.

Le aprieto la mano, él alza la ceja y me marcho con Oscar agarrando mi mano. Giro la cabeza varías veces para mirarlo a él que no se mueve del lugar donde lo hemos dejado.

OSCAR: Se enterará de esto. -Me dice serio-
YO: Me da igual.
OSCAR: Me advirtió, dijo que eras una desobediente.
YO: No sé lo que soy, pero si se lo que eres tú ¡Un asqueroso!
OSCAR: No iba a forzarte a follar conmigo.
YO: Ibas a besarme de forma forzada ¡Si te digo qué no es no!
OSCAR: Sube al coche.

Pongo los ojos en blanco, subo en el y apoyo la cabeza en la ventana.

YO: ¿Me vas a llevar a casa o quieres intentar algo a pesar de qué yo no quiero?
OSCAR: Te llevaré a tu casa, no soy un violador.

Suelto una carcajada irónica y él arranca. Cierro los ojos solo para repetir el momento una y mil veces en mi mente, lo he sentido tan cerca por unos simples minutos.. un acercamiento que él ha provocado y que no quería terminar nunca.

NARRA JESÚS.

Mónica me reclama por lo que he hecho, yo pongo la cabeza en el volante y suelto un resoplo.

YO: Mónica por favor, solo quería ayudarla.
MÓNICA: Ella ha decidido irse.
YO: La estaba obligando ¿O es qué no lo ves?
MÓNICA: Es su pareja..
YO: Su pareja o no, si no quiere ir no tiene porqué ser obligada.

De repente veo el coche salir del parking, recuerdo el apretón que me ha dado en la mano y no puedo evitar dar media vuelta.

MÓNICA: ¿Qué haces?
YO: La estaba obligando.
MÓNICA: Jesús joder.

¿Qué estoy haciendo? La odio, la odio con todas mis fuerzas pero lamentablemente, con las mismas fuerzas con las que la amo.

MÓNICA: ¡No entiendo nada Jesús!
YO: Si te soy sincero yo tampoco, debería estar odiándola, despreciándola, debería darme igual lo que le ocurra ¿Sabes? Pero no, no es así, me importa lo que le ocurra aunque la odie.
MÓNICA: Es ella, claro, es ella.

Suelta una carcajada y se cruza de brazos.

MÓNICA: Es la madre de tu hijo.
YO: Mi hijo no tiene madre.
MÓNICA: Jesús, mírame.
YO: Estoy conduciendo.
MÓNICA: ¿Es la madre de tu hijo? Porque según me contabas mientras nos acostábamos juntos, solo has amando a una mujer.
YO: ¿Estás diciéndome qué la amo? ¡No la amo!
MÓNICA: Pero te importa.
YO: No.
MÓNICA: ¿Y qué haces persiguiéndola para saber si está bien?
YO: Francamente.. no lo sé.

El secreto. ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora