Capítulo 122.

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NARRA JORGE.

Él me agarra del cuello y yo me defiendo como puedo pero inútilmente.

PADRE: Deja de buscar lo que no se te ha perdido hijo mío, créeme cuando te digo que ni siquiera tú significas tanto como para no matarte.
YO: Solo quisiste a esa hija, a esa chica de la fotografía que encontré dentro de tu armario.
PADRE: No la menciones.
YO: Dime ¿Qué ocurrió con ella?

Me da un puñetazo para hacerme callar, un puñetazo que le devuelvo sin pensármelo dos veces.

PADRE: ¡Nunca más vuelvas a hablar de mi hija! ¿Me oyes? Nunca.

La rabia de sus ojos me confirma de que le ocurrió algo, algo horrible que dejó a padre así.. pero ¿Qué tiene qué ver Kammie en todo esto?

NARRA JESÚS.

Duermo con la cabeza sobre la cama, el cansancio ha sabido cómo vencerme.

KAMMIE: ¡Ay!

Levanto la cabeza en cuanto la escucho quejarse.

YO: ¿Qué? ¿Qué pasa? -Pregunto asustado-
KAMMIE: Me duele -Responde llorando-

Levanta la manta que la cubre dejando ver el enorme charco entre sus piernas.

YO: ¡Joder! ¡Doctor!

Las enfermeras entran rápidamente y me obligan a salir de inmediato.

EDIK: ¿Qué ha pasado?
YO: No lo sé -Pongo las manos en mi cabeza- mi hija. -Lloro-

DANIEL: Respira hermano, todo saldrá bien.
YO: Si se le ha roto la bolsa significa que tienen que hacerle la cesárea y que mi pequeña nacerá prematura.
DANIEL: Si..
YO: Eso pone totalmente en riesgo su salud.
EDIK: Me encargaré personalmente de que tengan las dos los mejores cuidados, ahora tienes que mantener la tranquilidad.

YO: No vuelvas a decirme que mantenga la tranquilidad ¡No lo vuelvas a hacer!

NARRA CORAL.

Aitor no ha dejado de llorar ni siquiera cuando Jesús le ha dicho que todo está bien, está asustado, triste y no quiere hablar conmigo.

YO: Enano, te prometo que tu mamá estará aquí en unas horas.
AITOR: Quiero con mi mami. -Llora-
YO: Tu mami está un poco malita pero pronto se recuperará y podrás verla.
AITOR: ¡No! Quiero con mi mami.

Lo siento sobre mi regazo y lo abrazo.

YO: Tu hermanita está haciendo de las suyas bebé, eso es todo.

Acurruca la cabeza en mi pecho y se queda dormido.

NARRA JESÚS.

Después de casi tres horas caminando de un lado a otro, bebiendo cafés y preguntándole a cada enfermero que pasan, por fin aparece el doctor.

DOCTOR: Su hija ya está en el mundo.
YO: ¿Cómo están? Dígame qué todo está bien por favor.
DOCTOR: La pequeña está en la incubadora, como es lógico es prematura y aún no tiene todos los órganos desarrollados, ni siquiera respira por sí sola.
YO: ¿Y Kammie?
DOCTOR: Recuperándose, aún anestesiada pero se pondrá bien.

Suelto un suspiro de alivio.

YO: ¿Puedo ver a mi hija?
DOCTOR: Si, pero muy poco, entiende que es muy pequeña y necesita cuidados especiales.
YO: Si, lo sé.

Después de hablar durante unos minutos con el doctor, vuelvo a ponerme la ropa necesaria y camino hacía maternidad.

ENFERMERA: Pase, ya está todo listo para que pueda ver a su hija.

Lleno de nervios, con las manos sudadas y el corazón a mil.. entro.

La veo, no sé cómo pero puedo distinguirla entre tantos bebés, pero lo hago, mi corazón me arrastra hasta ella y la diferencia.

Pequeña, moviendo sus manitas despacio y llena de tucos que la ayudan a respirar.

YO: Jade. -Susurro- Mi pequeña Jade.

El secreto. ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora