Capítulo 74.

6K 347 74
                                    

NARRA JORGE.

Me quedo impactado, casi sin habla, no puedo creer lo que acaba de decirme así, sin más, sin anestesia.

YO: ¿¡Qué!?
PADRE: Eres mi hijo ¿Por qué crees qué te tengo aquí?
YO: ¡Mentira! Mi padre está en coma en algún lugar del mundo.
PADRE: Ese inútil no es tu padre, no seas ridículo, no servia ni para satisfacer a tu madre -Ríe- ella me buscaba a mi.
YO: ¡Cállate! Mi hermana nunca me ocultaría algo así.

Se acerca, pone la mano en mí hombro y se la aparto de mala manera.

PADRE: Hay cosas que no sabes de tu querida hermana, por supuesto que es capaz de ocultártelo ¿O no te das cuenta lo capas qué es de ocultar un secreto de tal magnitud?
YO: Mentira.
PADRE: Eres mi hijo lo quieras o no, estás aquí porque yo así lo quise, si no estarías muerto o drogándote.
YO: Estoy aquí porque no tengo más remedio.

Él suelta una carcajada.

PADRE: ¿Cómo puedes ser mi hijo y ser tan imbécil? A veces siento vergüenza de ti.
YO: ¡Yo no soy tu hijo!
PADRE: Si lo eres, debí arrebatarte de los brazos de tu madre cuando naciste y así no serías tan débil.

Le doy un puñetazo, nunca le he puesto una mano encima por miedo pero esta vez no he podido controlarme.

PADRE: Te dejaré pasar esto ¡Pero la próxima vez te muelo a golpes! -Grita agarrándome-
YO: ¡Suéltame!

NARRA KAMMIE.

No queremos volver al coche, hacerlo sería aceptar que de nuevo tenemos que separarnos.

JESÚS: No sigas pensando en la despedida.
YO: ¿Cómo no hacerlo? Soy tan feliz contigo que de tan solo pensar en una despedida me termino rompiendo.

Niega con la cabeza, pone la cabeza sobre mi hombro mientras me abraza por la espalda y desliza los labios por mi cuello.

JESÚS: Podemos olvidar que nos vamos a separar y disfrutar de nosotros un poco más ¿No te parece?
YO: Si, tienes toda la razón.
JESÚS: Entonces bésame chiquita.

Giro mi cuerpo sonriendo como una idiota, emocionada, feliz.

YO: Recuerdo la primera vez que me llamaste así.
JESÚS: ¿De verdad?
YO: ¡Si! Fue cuando me enteré que estaba embarazada de Aitor, entonces tú me dijiste: "No sé qué pasará pero vamos a luchar por esto, vamos a sacar a nuestro hijo adelante chiquita"
JESÚS: Cierto.
YO: Ya eras todo un caballero.
JESÚS: Mm, cierto.

Me hace cosquillas, me llena los mofletes de besos y ríe feliz.

YO: ¿Puedo pedirte algo?
JESÚS: Claro.
YO: Cántame una canción.
JESÚS: No -Ríe- no me hagas pasar por eso.
YO: ¡Venga! Quiero escucharte.
JESÚS: ¿Por qué?
YO: Porque tienes una voz preciosa.

Después de pensárselo durante unos minutos termina aceptando.

JESÚS: Vamos al coche.
YO: Vale.

Nos sentamos en el coche, enchufada el móvil y busca una canción para cantarme.

JESÚS: Cierra los ojos.
YO: No seas cría, quiero verte.
JESÚS: ¡Ciérralos!

Lo obedezco por su insistencia, echo la cabeza en su hombro y la música comienza. Su voz calma todos mis miedos, esta cantando la canción más bonita del mundo, una canción acompañada de su dulce voz, puedo reconocerla perfectamente desde el primer segundo que comenzó a cantar: "A Thousand Years". Consigue ponerme la piel de gallina, consigue que mi cerebro visualice cada momento a su lado, desde que éramos unos adolescentes hasta ahora, pone la mano en mi mejilla y me acaricia. Tiene la capacidad de convertir todos los momentos que vivo con él en algo mágico.

Cuando termina y abro los ojos descubro que esta llorando, sin permitirme decir nada me besa.

YO: ¿Ves cómo cantas bien? Hasta tú te emocionas. -Digo haciéndolo reír-
JESÚS: Tú también -Seca mis lágrimas-
YO: Te quiero hermoso niño de cristal.
JESÚS: Y yo a ti chiquita.

En el fondo sabemos que tenemos que volver a tomar caminos distintos, que por mucho que deseemos estar juntos las cosas están complicadas.

Nos quedamos por un largo rato en silencio, acariciándonos, queriéndonos por un rato más.

JESÚS: No volveré a ser un cobarde, no dejaré de luchar por ti.
YO: No es cobardía.. es inteligencia.
JESÚS: No, es cobardía.
YO: Tienes que proteger a Aitor y yo lo entiendo, yo daría mi vida por él.
JESÚS: ¿Y nosotros dónde quedamos en todo esto?
YO: Quedamos en una bonita historia con final triste.
JESÚS: No.
YO: Por favor Jesús..
JESÚS: ¿Crees qué yo quiero poner en peligro la vida de mi hijo? Él es todo lo que tengo, pero no puedo arrancarme el corazón de cuajo y dejar de quererte, no puedo impedir que mi corazón quiera buscarte, que todo mi ser quiera estar contigo ¿No ves qué no soy dueño de mi mismo? Te he buscado, me arriesgado a morir solo por salvarte, por sacarte de ese lugar -Lo miro triste- no soy dueño de mi cuando pienso que te pueden estar haciendo daño.
YO: Ay Jesús.. me han hecho tanto daño a lo largo de mi vida que ya no me importa, no mientras las personas que quiero estén bien.
JESÚS: Necesito saber porque lo permites, porque sigues aferrándote a estar ahí con un señor que te prostituye e intenta hacer contigo lo que quiere.
YO: Algún día..
JESÚS: No, algún día no, no volveré a creer esa estupidez.
YO: ¿Vamos a discutir ahora?
JESÚS: No quiero discutir pero me da rabia no poder tenerte.
YO: A mi también me da rabia no poder estar contigo, pero nuestra vida es así.
JESÚS: ¡Tu vida es así!

Me aferro a su pecho, no quiero que el último recuerdo que tengamos sea este, discutiendo y gritándonos.

YO: Cállate ya.
JESÚS: Si, tienes razón, nos entendemos mejor callaros.
YO: No, nos entendemos mejor besándonos.

Nos besamos.

YO: Tengo que volver.
JESÚS: No.
YO: Si, tengo que hacerlo.
JESÚS: Prométeme que en algún momento me buscarás.
YO: Yo..
JESÚS: Me importa una mierda que lo hagas por unos minutos, quiero verte y besarte.
YO: Lo voy a intentar, te lo juro.

Saca un papel en el que apunta su número de móvil y me lo entrega.

JESÚS: Llámame siempre.
YO: Jesús..
JESÚS: Necesito saber que estás bien.
YO: Será más doloroso para nosotros.
JESÚS: Algo es mejor que nada.

Asiento con la cabeza, volvemos a besarnos y lloramos a pesar de que hemos intentado no hacerlo.

NARRA JORGE.

Padre no deja de gritar, de ordenar buscar a mi hermana por toda la cuidad si es necesario.

PADRE: ¡No volváis si no es con ella!
YO: Llevas toda la noche buscándola, ya casi amanece ¿No crees qué tienes qué darte por vencido?
PADRE: No escapará de mí nunca, la encontraré hasta en el último lugar de la tierra.
YO: Ojalá escape de ti, ojalá sea feliz.

Me golpea sin piedad.

PADRE: ¡Tu hermana nunca será feliz!
YO: Pégame ¡Vamos! Haz crecer el odio profundo que siento por ti.

Agarra mi cuello, creo que quiere desahogarse conmigo y se que lo hará.

KAMMIE: ¡No lo toques! Aquí me tienes, págalo conmigo. -Dice ella entrando por la puerta-

El secreto. ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora