Capítulo 50.

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NARRA JESÚS.

Le seco las lágrimas, deseo tanto besarla, pese a todo es el amor de mi vida y eso nada ni nadie va a cambiarlo nunca.

YO: ¿Tienes qué volver con urgencia?
KAMMIE: Ese idiota está trabajando hasta tarde.
YO: ¿Por qué no huimos unas horas?
KAMMIE: ¿Y tú trabajo?
YO: Le puedo soltar una excusa.
KAMMIE: No quiero arriesgarme -Susurra-

Le levanto la cabeza, sus ojos me dejan ver lo contrario, quiere huir pero no es capaz de desafiar a lo que la tiene atrapada.

YO: Solo unas horas.
KAMMIE: Pero..
YO: La felicidad son instantes, permítete ser feliz aunque eso signifique que será fugaz.

NARRA KAMMIE.

Tengo que estar loca para estar pensando en aceptar una propuesta como esta. Desafiar a padre, a madre, a Alejandro, arriesgarlo todo solo por pasar unas horas con él.

YO: Yo..
JESÚS: Mañana te casas, te perderé -Dice agarrándome la mano-
YO: Nunca vas a perderme aunque esté con otro hombre.
JESÚS: Vamos. -Susurra-

Sonrío cuando él toca mi barbilla y saco mi móvil.

——LLAMADA TELEFÓNICA——

ALEJANDRO: ¿Ha pasado algo?
YO: Quiero quedarme con Coral, tal vez vuelva un poco tarde.
ALEJANDRO: Mañana es nuestra boda.
YO: Si, lo sé, quiero vivir el último día de mi libertad en paz.
ALEJANDRO: Está bien, pero cuando te llame quiero que vuelvas de inmediato a casa ¿Estamos? Tus padres y tu hermano vendrán a cenar.
YO: ¿Otra vez?
ALEJANDRO: Si, otra vez.

Trago saliva para no responderle mal, miro a Jesús y sonrío.

YO: Esta bien, gracias por permitírmelo.

——CUELGO——

Le hago un gesto con los dedos a Coral en lo que Jesús llama a su madre para pedirle que sea ella quien recoja a Aitor.

CORAL: ¿Ocurre algo?
YO: Me voy con él.
CORAL: ¿Qué?
YO: Por favor, cúbreme en todo y pasa tu día libre con tu familia.
CORAL: Está bien. -Sonríe- disfruta y se precavida, puede haber periodistas.
YO: Es cierto, lo mejor es ir por separado.

Nos ponemos de acuerdo, yo voy en taxi con Coral a un sitio alejado donde cambio de vehículo y entro en el coche de Jesús.

CORAL: ¿A qué hora volvemos?
YO: Dame tu número.

Lo apunto, ella asiente y se marcha.

JESÚS: ¿Bien?
YO: Si. -Dejo caer la cabeza en su hombro-

NARRA JESÚS.

Tal vez si, tal vez estemos locos pero la vida no sería nada sin un poco de locura.

KAMMIE: No me digas que me vas a llevar al motel de carretera.
YO: Me has chafado la sorpresa. -Me hace reír-
KAMMIE: Mmmm -Me mira de reojo- me da igual donde sea mientras sea contigo.

Sonrío como un idiota, solo nosotros podemos pasar del odio al amor con unas simples palabras, olvidando todo lo mano de nuestro alrededor, huyendo como niños pero queriéndonos como adultos.

Llegamos, baja del coche luciendo una sonrisa que extrañaba ver en su rostro, la abrazo por la espalda, echa la cabeza hacía atrás y atrapo mi labio con los dientes.

YO: Tal vez después de esto todo empeore.
KAMMIE: Me da igual. -Asegura- Quiero estar contigo.

NARRA KAMMIE.

Él pide la habitación y subimos besándonos, pasando de puerta en puerta hasta llegar a nuestra habitación.

YO: Te quiero.

Me sube encima de él, cierra la puerta dándole una patada y le voy quitando la camiseta poco a poco hasta que acabo quitándosela del todo. Me tumba sobre la cama, los recuerdos llenan mi mente, en una habitación como esta me entregué a él y después de esa noche nada volvió a ser lo mismo.

Dejo que me desnude, extrañaba tanto sus caricias por mi cuerpo, el hermoso sentimiento que me produce tener sus labios  trepándome, besándome. Paso las manos por su nuca, lo lleno de besos, le muerdo la oreja hasta que lo escucho reír.. añoraba tanto oírlo reír.

Nos desnudamos. Devora mi cuerpo dejándome a su merced, mordisquea mis muslos hasta que besa mi intimidad, me aferro a la manta, gimo, gimo alto, sus labios vuelven a encontrarse con los míos, atrapo su labio con mis dientes y él se deja a mi merced. Me tumbo encima de él, le miro riendo, pone la mano en mi nuca y nos besamos.

Entra en mi tras ponerse el preservativo, sus musculosos brazos rodean mi cuerpo, grito, gimo, él gruñe con la cabeza en mi cuello, mordisqueándome. Me muevo rápido, clavo mis uñas en su torso, él se aferra a mi espalda, gemimos al mismo tiempo, nos besamos para callarnos aunque de nada sirve, los gemidos escapan de nuestros labios por el placer.

JESÚS: Te quiero Kami.
YO: Yo también, no sabes cuanto. -Gimo-

Muevo las caderas, él me contempla, me sonríe, me agarra el trasero con fuerza y gime. Un orgasmo nos atrapa, los dos llegamos al clímax, nos deja agotados, sudados e incluso se me escapa alguna que otra lágrima.

Nos quedamos abrazados, mi cuerpo encima del suyo y llenos del sudor de ambos.

JESÚS: Quédate así. -Suplica acariciándome la cabeza-
YO: Si dependiera de mi..
JESÚS: Déjame besarte mucho.
YO: Pues bésame mucho.

Levanto la cabeza, besa mi frente, mi nariz, mis mejillas y acaba en mis labios llenándome de besos apasionados.

Parece como si volviéramos a ser esos adolescentes que se morían el uno por el otro y que casualidad o destino, estaban hechos el uno para el otro.

NARRA JESÚS.

Se levanta para traer algo de comer. Me encanta, su pelo recogido en un moño, mi camiseta que le llega por las rodillas y esa sonrisa, esa sonrisa de felicidad que tanto había echado de menos.

YO: Eres preciosa.
KAMMIE: ¿Sabes lo qué eres tú?
YO: Sorpréndeme.
KAMMIE: El hombre más maravilloso del mundo.

La agarro de la barbilla, tiro de su cara hacía mi y nos besamos.

Camina para dejar la comida en la pequeña mesa del fondo, me levanto, corro hacía ella y la cojo haciéndola reír a carcajadas.

KAMMIE: ¡Para! -Exclama-
YO: ¡No!
KAMMIE: Para o -La beso- ¡Oye!
YO: ¿O qué?

Me besa rodeándome el cuello con sus brazos, los dos acabamos riendo en medio del beso apasionado que nos estamos dando.

El odio está apartado, casi es inexistente, ahora tiene el control mi corazón y no tiene intenciones de dejarla.

KAMMIE: Necesitaba tanto esto -Dice con la nariz encima de la mía-
YO: Yo también.
KAMMIE: Mi precioso hombre de cristal.
YO: ¿Sigues con eso?
KAMMIE: Aitor me recuerda tanto a ti, es tan cristalino, es un niño de cristal como tú.
YO: Con el orgullo y los ojos de la mamá.
KAMMIE: ¡Oye!
YO: Es cierto.
KAMMIE: Tiene tu carácter, es tan terco como tú.
YO: En eso no puedo quitarte la razón.
KAMMIE: Lo has hecho de maravilla.

Paso el dedo pulgar por sus labios.

YO: No vuelvas con él.
KAMMIE: Jesús..
YO: No quiero perderte.
KAMMIE: Algún día sabrás todo, te lo prometo, pero ahora no puedo huir.
YO: Me revienta por dentro saber que él será todo lo que yo quise ser.
KAMMIE: ¿Qué?
YO: Tu esposo.
KAMMIE: Tú eres más que eso.
YO: Si te pone un dedo encima lo mato, te juro que lo mato.
KAMMIE: No va a ponerme un dedo encima.

Aprieto su cuerpo contra el mío.

YO: Me odiaba cada día por quererte, por hacerlo a pesar de todo.

Se entristece, paso los dedos por su cuello y le doy un pequeño beso en la barbilla.

YO: Tus secretos acabarán conmigo Kammie..
KAMMIE: No te pediré que me esperes.
YO: Te esperaría toda la vida, ese es el problema, aunque yo no quiera e intente estar con otra mujer, siempre voy a esperarte a ti porque siempre vas a ser tú, siempre.

Le cojo la mano, la pongo en mi pecho y me mira dulce.

YO: La dueña de esto eres tú.

El secreto. ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora