Capítulo 25.

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NARRA KAMMIE.

Lo acaricio mirándolo muy triste. Ojalá, ojalá pudiera quedarme con él e irme con mi hijo lejos de aquí, pero no tengo la suerte de tener una vida normal para poder hacerlo.

JESÚS: ¿Qué pasa? -Seca mis lágrimas-
YO: No puedo -Digo con un nudo en la garganta-
JESÚS: No puedes. -Noto su seriedad-
YO: No. -Mi voz se quiebra-
JESÚS: Entonces bájate de mi coche y vete.
YO: Estas borracho.
JESÚS: Estoy bien.
YO: No.
JESÚS: Baja del coche Kammie.
YO: Me encantaría quedarme contigo pero no puedo hacerlo.
JESÚS: Dame una explicación que me ayude a entenderlo todo.
YO: Yo.. -Ríe sarcásticamente-
JESÚS: Ya, tampoco puedes.

Levanta los cerrojos de las puertas y me pide que me marche.

YO: Vale.

Bajo del coche, él se pasa al asiento del piloto y arranca el coche.

YO: Jesús.
JESÚS: Adiós.
YO: Yo también te amo, te amo con todas mis fuerzas.
JESÚS: ¿Me dejas irme?
YO: ¿Estás seguro de qué puedes conducir?
JESÚS: Completamente.

No quita la mirada del frente a pesar de que le estoy hablando e intentando que me mire aunque solo sea un segundo.

YO: No, no estás en condiciones. -Digo abriendo de nuevo la puerta-
JESÚS: Me has pedido que me aleje de ti ¿Verdad? Pues deja que me vaya.

Miro mi reloj, si me quedo aquí lo pongo en peligro, padre puede llegar en cualquier momentos

YO: Pero..

Agarra la puerta y la cierra.

JESÚS: Ya no tenemos nada más de lo que hablar.
YO: No te vayas así. -Suplico-
JESÚS: Estoy cansado Kammie, de tus secretos y mentiras ¡Ya no puedo más! En lo único que debo pensar es en mi hijo y lo mejor es que nunca sepa que tú eres su madre.

Sus palabras me rompen en pedazos, lloro apoyada en la ventana del coche mientras él me mira lleno de lágrimas.

YO: Estoy de acuerdo.
JESÚS: ¿Me dejas ir?
YO: Si.

Me aparto dejando que arranque y se vaya dejándome en medio de la calle hecha trizas.
Vuelvo a mi casa subiendo por la ventana, cierro la puerta de mi habitación con llave y me tumbo en la cama para llorar hasta que consiga quedarme dormida.

NARRA JESÚS.

Debido a que las lágrimas me nublan la vista tengo que detenerme a un lado de la carretera. Golpeo y golpeo el volante tras gritar con fuerza.

YO: ¡Joder, joder, joder!

Tras varias horas desahogando mi alma, vuelvo a mi casa para tumbarme en la cama y desaparecer unas horas.

DANIEL: Apestas a alcohol ¿Cómo has conseguido llegar aquí?
YO: Llegando.
DANIEL: Déjate de gilipolleces, has podido matarte en la carretera inconsciente.
YO: Y tú déjate de charlas.

Me tapo con la manta hasta la cabeza para que capte el mensaje y salga de mi habitación.

AITOR: Papi.
YO: Aitor ¿Qué haces despierto?
AITOR: Tengo miedo.
YO: Ven aquí.

Sube a la cama y gatea hasta mi. Lo rodeo con mis brazos, tumba la cabeza en mi pecho y nos quedamos durmiendo al instante, definitivamente él es mi paz emocional y mental.

NARRA KAMMIE.

Despierto a las 6:00 de la mañana, me doy una ducha, me pongo algo de ropa y me siento en el borde de la ventana para ver cómo amanece.

De repente intentan abrir mi puerta, la golpean con fuerza e intentan abrirla a la fuerza.

YO: Ya voy, no tires la puerta abajo.

La abro, madre frunce el ceño y inspecciona toda la habitación.

YO: ¿Qué buscas? ¿Algún amante invisible?
MADRE: ¿Por qué te has encerrado?
YO: Porque estoy cansada, porque quiero que me dejéis tranquila, porque no os soporto ¿Quieres algún otro por qué?

Levanta la mano para golpearme pero se la agarro ¿Estoy desafiándola?

MADRE: Suéltame.
YO: Si queréis que esté bien, tenéis que dejar que asimile todo.
PADRE: ¿Ocurre algo?
YO: Nada, solo necesito estar en mi habitación sola para asimilar que voy a casarme con un desconocido por dinero.
PADRE: Pues no lo asimilarás en este momento, baja a desayunar y espera a que Alejandro venga a por ti.
YO: Como quieras.

Jorge sale de su habitación, pasa el brazo por alrededor de mis hombros y besa mi cabeza.

Nos sentamos, sirven el desayuno y yo lo remuevo sin apenas apetito. No puedo sacarme de la cabeza nada de lo que ocurrió ayer, el dolor es demasiado intenso.

PADRE: Desayuna, es una orden.
YO: Quiero proponerte algo.
PADRE: No estás para proponer nada.
YO: Te lo pediré a cambio de comportarme con Alejandro para no crearte problemas.
PADRE: Habla.
YO: Quiero verle.

Suelta una carcajada y bebe de su taza.

PADRE: Te has levantado graciosa.
YO: Lo estoy diciendo muy enserio.
PADRE: Pues mi respuesta es no.
YO: Entonces no te gastes el dinero que te han dado por mi porque tendrás que devolverlo.
MADRE: Cierra la boca.
YO: Ciérrala tú.
MADRE: ¡Insolente!

Padre la detiene, frota sus manos y asiente con la cabeza.

PADRE: Está bien.
YO: ¿De verdad?
PADRE: Si, podrás verle pero vas a tener que pagármelo con creces.

NARRA JESÚS.

Hago el desayuno, me ducho y preparo la ropa de Aitor para que cuando se despierte se vista para ir al médico con mi madre.

DANIEL: Mm, tortitas.
YO: Buenos días.
DANIEL: ¿Pasa algo?
YO: Me emborraché y fui a gritarle gilipolleces -Suspiro- le dije que la amo.
DANIEL: ¿Qué? -Pregunta sentándose-
YO: Soy idiota hermano.
DANIEL: Dijiste lo que sentías.
YO: No es capaz de contarme que la amarra, porqué permite que la traten así, no puedo con tantos secretos ¡No puedo!
DANIEL: ¿Qué harás?
YO: Alejar a mi hijo de ella, no quiero que sus secretos terminen haciéndole daño.
DANIEL: Pero es su madre Jesús, algún día.. -Lo detengo-
YO: Nunca sabrá que es su madre.
AITOR: ¿Papi?

Nos giramos rápidamente.

YO: Hijo.
AITOR: ¿Tengo mami?

El secreto. ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora