Para Reynaldo Gasca, en los últimos meses su vida se había vuelto fría, una vida perfecta entre trabajo, diversión y descansó. Cualquiera envidiaba el estilo de vida del ahora líder del equipo charro del rancho "De la Cruz" pero para Rey su vida est...
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La noche era algo calurosa en el pueblo de San Antonio en Jalisco, sus calles se encontraban algo solas y el ambiente en todo pueblo había cambiado después de aquella escandalosa competencia donde no solo el equipo De la Cruz perdió, si no también se había descubierto lo oscuro que era el hombre confiable que era Isidro De la Cruz.
Todos en el pueblo estaban desconcertados por la verdad que se había revelado, saber que Isidro De la Cruz no era hijo de sangre de Filiberto De la Cruz y que de paso esté altero el testamento del fallecido para darse más privilegios y darse más ganancias de la herencia que había dejado.
—"...la vida se encargó de separarnos, no sé si te amo aún, pero te extraño..." — Esa noche en la cantina del buen Manuel, tres hombres se encontraba bebiendo desde hace rato, tenían días haciéndolo y era poca la gente que estaba alrededor de ellos, un mariachi había llegado a armonizar la noche y de los tres uno se paró con botella en mano a cantar un poco, ese hombre era Adrián De la Cruz quien alegre cantaba.
— "Te extraño de más, de noche y de día. Aun siento tu cuerpo estallando en deseo, haciéndote mía. No puedo olvidar, tu voz, tus caricias. No puedo arrancarme tu forma de amarme, tu piel, tu sonrisa.
Extraño cada instante que pasaste a mi lado, extraño tus mentiras, diciéndome te amo... " —
Casi en frente de él se encontraban otros dos hombres de la misma forma, bebiendo con cerveza en mano riendo de una manera triste como su amigo se encontraba cantando ante la poca gente que había en la cantina.
— Pensé que Adrián caería en otra depresión al saber la verdad, veo que lo ha tomado bastante bien. — Decía Reynaldo Gasca quien le dio una mirada a su compañero Valentino.
— Él me comentó una vez junto con Saúl que a pesar de ser medios hermanos, la diferencia entre Isidro y yo era abismal, creo que desde ese momento sospechaban algo. — Tomando de la cerveza Valentino volvió a mirar al hombre cantor.
— Oh ya veo. — Rey volvió a mirar también a su amigo quien seguía poniéndole sentimiento.
— "Hoy quiero confesar que todavía... Te extraño de más, de noche y de día, aun siento tu cuerpo estallando en deseo, haciéndote mía..." —
— ¿No has sabido nada de él? — Preguntó Valentino sin mirar a Rey quien solo dio un pequeño suspiro y una negación con la cabeza.
— Nada, y creo que lo mejor es que siga así. —
— "Extraño cada instante que pasaste a mi lado, extraño tus mentiras, diciéndome... te amo..." — La canción terminó en una nota larga por parte de Adrián quien levantó su cerveza al momento de dar el último golpe de la canción. Toda la gente comenzó a aplaudir, pocos aplausos pero bien recibidos del charro. — Gracias, gracias. Muchas gracias carnales por dejarme cantar. — Dijo con una sonrisa y levantando su mano en señal de agradecimiento, los mariachis también dieron su agradecimiento y fueron hacia otra de las mesas mientras Adrián tomaba asiento en medio de los otros dos hombres. — ¿Qué pasa? ¿No quieren cantar algo? Tal vez eso les ayude un poco a sacar lo malo. —
