Para Reynaldo Gasca, en los últimos meses su vida se había vuelto fría, una vida perfecta entre trabajo, diversión y descansó. Cualquiera envidiaba el estilo de vida del ahora líder del equipo charro del rancho "De la Cruz" pero para Rey su vida est...
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Miré detenidamente a Valentino mientras se encontraba enseñando a los trillizos a hacer el floreo de manera correcta habían pasado dos días y las cosas parecían ir bien. Pero Valentino, ciertamente desde hace días antes de las noticas se estaba comportando de una forma no tan propia de él, de hecho se estaba comportando como el difunto abuelo de Adrián. El cual no conocí bien y no tuve mucho tiempo para conocerlo pero ciertamente era una persona de frío y calculador pero a la vez cálido y divertido. Traté de preguntarle a Xenres pero él solo comenzó a reír mientras solo veía a Valentino para continuar con su entrenamiento sin decirme nada.
— Valentino no la ha pasado bien, creo que empieza a sentir el peso de ser parte y responsable del orgullo del apellido De la Cruz. — Fue en ese momento que Don Isidro se acercó a mí con un rostro algo preocupado. — Adrián también tiene carga pero él siempre ha estado acostumbrado a la presión de tener que mantener en alto los títulos y el apellido. Valentino, no. Yo lo excluía siempre, pero de cierta forma en estos momentos es muy útil que esté con esa presión porque así está más que comprometido con el equipo. —
— Aun así no entiendo, ¿Por qué estas personas en específico? ¿Por qué Esmeralda? ¿Acaso no había nadie más viable para apoyarnos? — Cuestioné con un poco de enojo. Ciertamente el nuevo equipo era un experimento extraño.
— Reynaldo. Tú has trabajado aquí más de una década. Dime ¿Cuántas personas conoces que hubieran podido ayudar al equipo? — Me quedé pensando unos minutos.
— Hubiera solicitado la ayuda de varios jinetes que no tuvieran equipo. O hacer un reclutamiento. —
— Si, porque tú conoces el medio, Valentino no. Cuando entregó los papeles a la federación. Fue el mismo Gómez quien le pidió nombres de los jinetes. Valentino tuvo que juntar la gente que él conocía de su círculo para poder completar la mínima para poder registrarse y poder participar en el campeonato. — Escuchar a mi patrón hablar así de su medio hermano a quien tanto odiaba era increíble, ya que su historial era muy turbio.
— Es raro escucharle, y ver cuánto defiende a Valentino. — El hombre solo giró sus ojos algo apenado.
— Durante todos estos meses, me di cuenta que el equivocado era yo. Y fue el mismo Valentino quien me demostró que él no estaba detrás de mí. Ni para quitarme el apellido, ni mi patrimonio, ni nada. Él solo quería lo justo y ser reconocido por mí y los demás. Tengo mucho que regresarle y creo que defender este proyecto es un buen empiezo, porque aunque no lo creas Reynaldo. El equipo es bueno. — Don Isidro me miró detenidamente con una sonrisa, él confiaba pero yo aún tenía mis dudas. Fui directo a donde estaba Zachary quien estaba arriba de Midnightstar practicando en cómo hacerlo bailar.
— Uno, dos. Uno, dos. — Miré como un caballo café se acercaba al negro. Era Salvador quien haciendo bailar a su caballo se acercó a Zachary, apresuré mi paso mientras veía como reía el recién llegado jinete. — Bien hecho Mew. — Me detuve en seco en ese instante.
