La fiesta: "Soy lo prohibido"

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¿Cómo va todo por allá? — Escuché del otro lado de la línea.

— Pues cuando despertó y vio que lo hicimos, me gritó, me dio una bofetada y se echó a correr fuera de la habitación en boxers. — Dije mientras reía hablando con Adrián por teléfono.

No me refiero a eso Valentino. Hablo de la tienda de tequila. — Comentó serio.

— A eso, hoy abrimos así que esperemos sea un éxito seguro. — Dije con seguridad mientras ponía el altavoz para ponerme una camisa. — Tú no te preocupes por eso, sabes perfectamente que el plan de negocios que creó TeoTeo es muy bueno. —

Lo sé, no me cuestiones.

— Por cierto, ¿Cómo va tu tienda? La que fuiste abrir en la ciudad de Teo. — Pregunté curioso mientras veía en mi maleta que camisa usar. Pero la respuesta de mi sobrino duró mucho. — ¿Adrián? —

Hubo un problema. — Dijo triste.

— ¿Problema? ¿A qué te refieres? ¿Problema con la tienda o con Teo? — Miré por un momento el teléfono preocupado.

Ambos.

Negué con la cabeza con una leve risa, pero no podía resistirme, de seguro Adrián tenía la culpa, fue entonces que tuvo que colgar ya que estaba esperando a alguien. Tomé por fin una camisa y mientras me la estaba poniendo fue de repente que la puerta se abrió de golpe, volteé a ver y era Xenres quien regresaba en bóxer para ir rejuntando su ropa que estaba en el suelo.

— Buen día príncipe. — Dije con una sonrisa triunfadora.

— Cállate, solo vine por mi ropa porque tengo que irme. — Juntó todas sus prendas pero antes de que saliera cerré la puerta interponiéndome en medio con los brazos cruzados.

— Hazte a un lado. — Me decía enojado pero no lo escuchaba, toda mi atención estaba concentrada en su cuerpo, procuré no dejarle marcas en ningún lado, pero tenía deseos de hacer algo especial.

— No quiero. Oblígame. — Dije con superioridad ante el chico, quien trató de empujarme un lado pero era algo grande para él, así que cuando tuve la oportunidad lo tomé entre mis brazos abrazándolo y llevándolo directo a la cama. — Sabes, no me importaría tener un rapidín por la mañana antes de la apertura de la tienda de tequila. ¿Tú que dices? —

— ¡Vete a la mierda! — Me gritó enojado.

— Eso no fue lindo, mereces un castigo. — Reí victorioso abalanzándome sobre su pecho y comencé a morder con fuerza pero al mismo tiempo a succionar con mi boca.

— ¡Basta! ¡Aléjate! — Escuchaba sus gritos, sentía sus manos tratando de empujarme pero no me detuve pasaron varios segundos para levantarme y ver la marca que deje un poco más arriba de su pecho, estaba tomando una tonalidad entre rojiza y morada, tal vez me había pasado un poco pero no me arrepentía de ello.

El Charro: "Pugna de Reyes"  (LGBT/Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora