El Anillo: "Amor de mis amores"

646 62 17
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





Había acabado mi participación en el campeonato de charrería. Muchos hablaban de mi pero ciertamente sentía que mi participación había sido un fracaso, más que nada porque le había fallado a todos, incluso a Midnightstar, no fui lo suficientemente bueno para hacerlo lucir en lo que probablemente era su ultima competencia.

Iba caminando por la orilla del lienzo charro, no quería ver a nadie y simplemente necesitaba un poco de aire fresco. Mi sorpresa fue demasiada al ver como mi padre estaba discutiendo con una mujer de cabellos castaños y ojos color miel, su piel blanca y vestida con finas telas.

— What the... — Me acerqué a ellos viendo detenidamente como esa mujer se me hacia familiar. Solo hice una cara de extrañes al pararme en frente de ellos sin decir nada.

— Zachary ¿Qué haces aquí? — Escuché de mi padre, pero no le puse atención, seguía viendo la mujer que solo me miraba con una mirada fría.

— Comprendo que tu estés aquí. Después de todo tenias ganas de verme en la competencia, papá. Lo que no entiendo es... ¿Qué hace ella aquí? — Apunté a la mujer.

— Zac, esa no es forma de llamarme. — Dijo con una voz prepotente. — Yo soy... —

— Si, sé que eres mi madre. Te recuerdo y todo. Lo que vuelvo a preguntar es ¿Qué haces aquí? ¿A qué viniste? — Cuestioné enojado mientras volteé a ver a mi padre. — ¿Tú la trajiste? —

— Claro que no. Sabes que lo último que haría seria que volvieras a juntarte con tu madre. Vine y la vi a lo lejos así que me acerqué a ella y la traje aquí para platicar y por supuesto para evitar que tu la vieras. — Mi padre solo cruzó sus brazos mientras ambos veíamos con enojo a la mujer quien solo se paró dirigiéndose a mí.

— Si estoy aquí es porque vine por ti, Zac. Vine a llevarte conmigo porque tu debes de heredar la empresa de mi esposo. — Comencé a reír divertido al escuchar eso. Mientras que ella solo se quedó para con su cara de seria sin decir nada.

— No lo puedo creer, después de años vienes por mi pero solo porque necesitas que yo herede algo de un hombre que ni conozco, ni me interesa conocer. Bueno, si lo has olvidado, ya casi tengo 23 años, o sea soy mayor de edad y yo puedo tomar mis decisiones como se me de la gana. Y digo que ni loco iré contigo a donde quiera que vayas. Es bueno verte, no lo niego, pero no quiero nada que venga de ti mamá. — Le respondí claro, y di la media vuelta caminando de regreso.

— Sé que eres mayor de edad, pero si no lo haces por mí. Hazlo por Reynaldo Gasca y el rancho donde trabaja. — Me detuve en seco volteando a ver como ella estaba picando su celular para mostrarme después una videollamada donde eran varios hombres subidos en camionetas llenas de tanques de gasolina, tenían armas y también lo que parecían ser antorchas. — Tengo el dinero suficiente para pagarles y sea de paso pagarles a otros hombres para que tu querido charro tenga un desafortunado accidente si no vienes conmigo. —

El Charro: "Pugna de Reyes"  (LGBT/Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora