— Are you kidding me!? — En verdad que ese tipo debía de estar jugando con nosotros. Apenas es el primer día y aquel hombre ya nos está atormentándonos desde el principio. Todos nos estábamos quejando al entrar a los establos y ver todos los caballos, ósea era genial tener y montar caballos. Pero... what the hell? El hedor era fuerte, caca, caca y más caca, pacas de rastrojo y alfalfa y no sé qué más, Reynaldo Gasca era un demonio.
— Ja, ¿Qué pensaban? Que ser charro solo es ser macho, saber cabalgar y usar la soga. — Dijo riendo al igual que todos los demás profesores del curso para después mirarnos con enojo. — En verdad pensaban eso ¿No es así? — Fue en ese momento que las alarmas se nos activaron a todos al escuchar al otro tipo que tomaba la palabra, Valentino.
— Bueno verán, la cosa de mostrarles el establo es que como parte de su aprendizaje y parte del curso, el objetivo es que tengan la experiencia que comúnmente tienen los charros, cada grupo tendrá 3 caballos a su disposición, serán suyos por todo el curso y como serán suyos... —
— Esto no puede ser... — Dije con miedo.
— Te lo dije Zac, vamos a ver mucha caca en este lugar... — Mencionó mi amigo Xen con miedo.
— Así es joven Xenres. Ustedes van a estar a cargo de sus caballos, es decir lo bañaran, lo alimentaran y por supuesto, limpiaran su espacio y recogerán su caca. — Ese Rey, como le dicen, parecía disfrutar ver nuestro sufrimiento era desesperante saber que no podía hacer nada ya que parado en este lugar hasta que terminen las vacaciones.
La cosa no fue fácil con mi padre, si bien siempre me ha dado mis libertades desde muy joven y aunque ya me había dado un ultimátum de encontrar una actividad en vez de estar detrás de la computadora todo el día, aún sigue siendo un padre preocupado por lo cual fue difícil convencer al gran Lamber Stone de dejarme venir a México a un curso de verano para aprender de charrería.
Mi último recurso... Mis primos mayores, los exitosos Stone quienes después de chantajearles un poco, estos me ayudaron para que mi padre me dejara venir, y a pesar de que ya tengo 21 años sigo viviendo en su techo por lo que sigo estando bajo sus reglas mientras acabo mi carrera en fotografía y cine.
Y si bien venía con toda la intención de grabar material para una serie de videos, tal parece que este tipo Reynaldo haría todo lo posible para que no me la pasara bien en mis días aquí en el pueblito de San Antonio. Ja, es un idiota, como si pueda detenerme, de toda la familia Stone yo era el más fiestero, era quien le ponía sazón al apellido.
Después de otra tortura escuchando otro sermón de Reynaldo acerca de los valores de un charro, fuimos divididos en grupos, 30 grupos de 10 personas, donde a Xen y a mí nos tocó en el mismo grupo, pero nuestro encargado no era uno en el que confiáramos tanto...
— Vaya, vaya... Me tocó el dúo maravilla, los chicos malos, la jitomata y la perejila. — Valentino De la Cruz como él mismo se presentó era un tipo extraño entre todos los encargados del equipo de charrería. Ya que todos venían con outfit típico de gente de campo, camisas de cuadro, pantalones de mezclillas, botas o zapato de trabajo y la mayoría traía sombrero, en cambio ese hombre traía tenis, en conjunto con unos pantalones rotos, playera con cuello de V negra y con una chamarra de mezclilla con varios parches, parecía más rockero que nada.
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El Charro: "Pugna de Reyes" (LGBT/Finalizada)
RomansaPara Reynaldo Gasca, en los últimos meses su vida se había vuelto fría, una vida perfecta entre trabajo, diversión y descansó. Cualquiera envidiaba el estilo de vida del ahora líder del equipo charro del rancho "De la Cruz" pero para Rey su vida est...