El día había llegado, por fin era la gran competencia de los chicos del curso. El sol atravesaba con sus rayos la habitación donde mi príncipe y yo no los pasamos encerrados por los últimos dos días, desperté lentamente observando su cuerpo abrazado al mío, una sonrisa se formó en mi rostro al verlo así, tan calmado, y como su cuerpo desnudo encajaba con el mío. Debía admitirlo despertar así sería una bella costumbre.
Habíamos hecho el amor varias veces, era un poco irresponsable de mi parte pero es que no podía evitarlo. Desde que habíamos llegado, la llama de la pasión me había invadido. No sabía explicarlo pero esa necesidad de estar con alguien no la había sentido con nadie, era extraño pero al mismo tiempo tan excitante. Al principio fue difícil porque no tenía experiencia alguna con un hombre, tuvieron que pasar varios intentos para que yo me sintiera confiado que no le estaba haciéndole daño a Xenres.
Sus expresiones a veces parecían de dolor y otras de lujuria, era un poco confuso adivinar cuando era lo que estaba disfrutando, aunque tampoco la pasé tan bonito los primeros intentos, jamás creí que allá atrás fuera tan apretado. Me sentía como en un examen de universidad, sabía la teoría, la entendía, pero el procedimiento era un dolor de cabeza.
— Va-Valentino. — Escuché de repente mi nombre en un pequeño susurro de sus labios. Sonreí al verlo despertar lentamente mientras se acorrucaba en mi peño.
— ¿Cómo te sientes mi príncipe? — Dije tiernamente mientras acariciaba su cabellera.
— Pesado, siento que mi cuerpo me duele y me pesa. — Se quejaba un poco mientras volteaba su cuerpo. — Es tu culpa, estúpido Valentino. —
— Te quejas ahorita, pero que tal anoche. — Lo miré pícaro mientras mi mano bajaba por su cuerpo apretando uno de sus muslos.
— ¡Oye no! ¡Auch! —
— Jaja, no te preocupes, me contendré hasta después de la competencia. — Dije sonriente. — Primero tenemos que ducharnos y después pedir el desayuno. Luego pasaremos a la casa del sastre por mi traje de charro y después pasaremos por el tuyo. Y nos cambiaremos en la casa de huéspedes donde estas. —
— Veo que tienes todo el día planeado. — Dijo con extrañes el chico.
— Pues claro que si príncipe, desde el momento que se me ocurrió la idea de traerte aquí tuve que pensar en todo para este día. —
— Bobo. —
— El príncipe y el bobo. Suena bien. — Comencé a reír mientras me abalanzaba sobre Xenres comenzándolo a besar del cuello mientras él reía pidiéndome que parara.
Después de habernos duchado, almorzado y salir del hotel ambos fuimos en mi carro hacia la casa del sastre donde fui a tomar las medidas de mi traje de charro, el señor sastre estaba enojado porque aún le faltaban algunos detalles a mi traje, también nos había dicho que Adrián y Reynaldo ya habían ido por los suyos desde muy temprano.
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El Charro: "Pugna de Reyes" (LGBT/Finalizada)
Любовные романыPara Reynaldo Gasca, en los últimos meses su vida se había vuelto fría, una vida perfecta entre trabajo, diversión y descansó. Cualquiera envidiaba el estilo de vida del ahora líder del equipo charro del rancho "De la Cruz" pero para Rey su vida est...