Para Reynaldo Gasca, en los últimos meses su vida se había vuelto fría, una vida perfecta entre trabajo, diversión y descansó. Cualquiera envidiaba el estilo de vida del ahora líder del equipo charro del rancho "De la Cruz" pero para Rey su vida est...
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— Déjenme ver si entiendo: Remiel, Nuriel y Maciel. Ustedes son los sobrinos de Emilia y son trillizos, vinieron a escondidas desde Monterrey sin que supiera su abuelo y ahora mismo él viene en camino por ustedes. — Valentino miraba con seriedad al trio de adolecentes mientras solo estos le sonreía.
— ¡A huevo men! — Decía Remiel.
— Le atinaste paisa. — Guiñó el ojo el segundo quien era Nuriel.
— ¿Qué comes que adivinas bro? — El tercero sonrió divertido con la aclaración. Él era Maciel. Tenían una maña de contestar los tres en el mismo orden siempre.
— Genial, más huercos inútiles en el rancho. — Replicó Valentino causando el enojo de los tres quienes le empezaron a reclamar mientras el mayor solo se sacaba un moco ignorándolos.
Yo por mi parte me quedé mirando a Emilia quien solo los veía con una sonrisa, pero preocupada. Me acerqué a ella esperando poder ayudar en algo.
— ¿Sucede algo Emilia? Parece que la visitas de tus sobrinos no fue tan sorpresiva como veo y no te causa la felicidad que pensé que tendrías. —
— No es eso Teo, me alegra que estén aquí y pueda verlos. Desde la muerte de su padre, mi hermano, no había tenido contactos con ellos, me sentí tan feliz al verlos y ver que ya tienen 18 años... Lo que me preocupa es mi padre. Nuestra relación se quebró por completo desde que Carlos murió. — Me quedé viendo detenidamente como de repente Valentino era correteado por los tres jóvenes. Pero al mismo tiempo me acordaba de la historia de Emilia a raíz a de la muerte de su hermano Carlos.
Emilia había llegado a Guadalajara en un impulso de seguir a su novio, creo que desde ahí las cosas estaban mal con su padre, como era de esperarse al final no funcionó aquel romance ya que él la engañó, pero ella ya había hecho una vida aquí por lo que decidió quedarse a vivir por su cuenta. Según me contó que después de unos años, ella habló con su hermano Carlos y en un capricho de que él por reconciliar a su hermana con su padre para que Emilia pudiera ver a su familia fue que se aventuró a venir por ella. Pero lamentablemente no pudo llegar, ya que había corrido por la misma suerte que Ana y Saúl, solo que él pudo hacer una llamada con la que pudieron localizar a aquellos asesinos. Carlos fue la última víctima.
— Papá creé que es mi culpa lo de Carlos, piensa que yo le insistí que viniera pero no fue así. Mi padre siempre ha estado metido en su mundo sin saber lo que realmente era lo importante. — Comentó con enojo, y yo solo escuché.
— Tal vez esta sea la oportunidad para que ustedes puedan limar las asperezas. —
— Si, tal vez. Pero para eso él debe de cambiar. Y dudo que ese señor cambie, y la prueba son ellos tres. Vinieron buscándome para huir de él. La historia se repite. — Sin decir nada más, ni dejarme de responder Emilia camino directo a los trillizos dándoles un golpe a cada uno. En ese momento Xenres y Adrián llegaron, había ido a dejar a los caballos de nuevo al establo.