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¡OPS! ME HE TARDADO UN MONTÓN, PERO ESPERO QUE LES GUSTE EL CAPÍTULO. 

ABRAZOOOOOOOOS. 

Capítulo 19:
Alessia.

— ¿Y si pedimos una pizza para la comida? —me pregunta Agatha lanzándose al sillón donde estoy sentada, provocando que me mueva hacia a un lado para que no me golpee. Suele ser muy brusca en ocasiones.

—Agatha, ayer cenamos esos churros raros, y esta mañana nos hemos tragado la caja entera de cereal, no crees que deberíamos intentar comer algo un poco menos chatarra, ¿Tal vez?

—Alessia, no seas la que actúa como madre en este apartamento. No te pases, es fin de semana, atrévete a salir de la rutina. —Niego con la cabeza, me convence fácil. —No me digas que cuidas la línea para que el jefecito no pierda el interés. —Se mofa, le lanzo el cojín y ella lo esquiva. —Estás agresiva, mujer. Por cierto, ¿No vendrá el príncipe azul?

—Llama a la jodida pizzería y deja de molestar. —Sonríe totalmente ganadora. —Chase visita todos los domingos a su abuela, en Naperville. Así que, me tendrás que soportar el resto del domingo.

—Eso quiere decir que tendremos una súper tarde de chicas. Pondré a prueba mis dotes de estilista, he tomado un curso hace ya un tiempo, pero nunca he trabajado en otra persona que no fuese yo misma, ¡Será estupendo!

—Sí, sí, sí, lo que sea, Agatha. Pero primero pides la pizza, con doble queso y pepperoni mi parte.

—Ya mismo la pido, y luego de comer, ¡Empezamos!

—No te emociones tanto, desde ya te advierto que no voy a pintarme el cabello, ni nada de cosas locas.

—Aburrida. —Farfulla con sorna mientras suelta una carcajada y coge el teléfono.

Necesito ir al baño. Me levanto de la comodidad del sillón para encaminarme a mi habitación, nada como la privacidad. Al desocuparme, regreso a mi sitio, prendo la televisión y dejo la primer película que encuentro. La pantalla del móvil se enciende, tengo un mensaje.

No te olvides de venir más tarde. Tenemos el buffete de la boda, te necesito en el restaurante mientras no estoy. El proveedor viene hoy.

Quejándome todo el domingo de estar encerrada, pero ni me acordaba que debía ir al restaurante hoy. Bien, Alessia, por andar pensando en tonterías.

—Agatha, creo que tu tarde de chicas deberá ser otro día. —Grito, ella se asoma en la puerta de la cocina. —Toto quiere que vaya al restaurante, cosa que es mi responsabilidad, aunque lo olvido.

—Olvidarlo, dice. —Sisea en tono burlesco. —Traes la cabeza en el amorcito todo el tiempo. Quiero salir hoy, ¿Te parece si te acompaño?

—Deja de decir tonterías —alego entre risas. Tiene toda la razón, la ilusión del primer amor me tiene totalmente estúpida. —Está más que claro que irás, sino, ¿Quién me lleva?

Hace una mueca de indignación antes de desaparecer al entrar a la cocina, es solo una pequeña broma, podría tomar un taxi, pero, ya que quiere ir, no está de más sacar provecho de ir en su auto. Tras media hora, el timbre del apartamento suena, en vista de que se ha ido para su habitación a no sé qué, cosa que supongo me dijo, pero yo no escuché bien por estar casi metida en la televisión. Me levanto a abrir, y es la famosa pizza, saco unos billetes del pantalón y pago. Supongo que me toca, porque ayer ella no me ha dejado pagar, por lo tanto, le aplico su misma estrategia, pago sin cobrar su parte.

— ¿Quién era? —inquiere apareciendo por el pasillo. —Ah, la deliciosa pizza. ¿Cuánto te debo?

Enarco una ceja divertida y giro para irme a la cocina. De pago, nada. Dejo la caja sobre la encimera y busco los platos.

Ámame a tu manera (1° BILOGÍA ÁMAME)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora