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Quedé loca con este capítulo, por lo que espero y sea de su agrado.

Capítulo 42:
Alessia.

¿Se puedo sobrevivir a una tempestad? Porque definitivamente, algo ha golpeado con mucha fuerza en mi vida, después de unos días agotadores, en los que centro mi mente en el trabajo, no hay un solo día en que la migraña no sea mi compañía al irme a dormir por las noches. Me lo llevo bien, la idea de mantener la distancia con Chase. Ninguno de los dos hemos hecho siquiera el intento de hablar, ¿Y yo por qué debería de hacerlo? Solo dejé las cosas muy claras, y si él no ha querido reaccionar, por más que me sea difícil, solo me queda aceptarlo.

Rondamos la semana, siete días estando en el mismo edificio sin cruzar ni media palabra. Durante el fin de semana, me quedo con Andrew y Jessica, para cuidar de Angie mientras ellos hacen sus cosas. Por la tarde del domingo, Oliver llega con su familia al restaurante, y pasamos un momento ameno en familia. Momento que mucha falta me hacía. El lunes por la tarde, Danna y yo hemos ido al centro donde quiero que se recupere, aunque se niega a hacerlo, más por la situación del dinero que por otra cosa, entonces le propongo trabajar con mi hermano durante dos semanas, y después de ese tiempo, definitivamente, tendrá que internarse. Ella accede a hablar con su padre, quien trata de hacerle volver a casa, pero ante su negativa, no que le queda otra que apoyarla en lo que ha decidido. Me niego a hablar de mis problemas con Chase, nadie tiene que poner sus manos en esto, es asunto mío y de él, porque el nosotros se ve muy lejano.

Dos jodidas semanas más, y ya los diseños me atormentan, sueño con ellos por la noche. En martes, el señor Coppola nos cita a todos, no entiendo para qué demonios, pero voy. Necesita la sesión de su estrella principal, para poder lanzar las primeras imágenes oficiales de su colección antes del gran evento. Además de sentirme incómoda con Chase y yo en una misma habitación, sin dirigirnos la palabra y vernos a cada uno en lo suyo, yo me tengo que tragar el hecho de que Alessandra, le ronde como zopilote en terreno baldío con cadáver en descomposición. Me disculpo un par de veces, cuando me ataca el exceso de tos, en días anteriores me inició un resfriado, y no doy para más, tengo que esforzarme en mi trabajo. A la hora de la comida, voy por Danna, con Agatha y Franco acompañándonos, ella está dispuesta a hacerlo, y nosotros le apoyamos. Me despido de ella en la entrada de aquél lugar, es lo mejor para que reciba ayuda.

─ ¡Danna! ─el señor Simon se baja del auto. ─Ya he venido.

─Papá. ─Le saluda ella con un abrazo. ─Pensé que no llegabas.

─He tenido que saltarme las leyes de tránsito, pero no había manera en que no viniera. ─Sonrío. ─Todo va a estar bien, y cuando termines ese ciclo, yo te estaré esperando aquí. Te quiero, cariño.

─Y yo a ti, papá.

Mis semanas sobreviviendo a la crisis, me hacen una mala jugada, y la melancolía me ataca, es lindo, pero triste a la vez. Observo la escena con atención, no me he equivocado con el señor Simon, es un gran hombre, y lo demuestra con acciones. Danna se vuelve a despedir de todos, con las promesa de que cuando nos veamos, ella se habrá recuperada, y estará lista para volver a ser la chica que nos llena de alegría.

***

Más días se suman, pero la pesadez no se va.

Que dos áreas trabajen al mismo tiempo bajo concepto único, es lo más terrible que puede ocurrir en el mundo. Macarena con su insistencia, y la chica de fotografía con su indecisión, están a nada de volverme loca. Por enésima vez, me suelto el cabello y vuelvo a atarlo en una cola alta, como si con eso consiguiese resolver el inconveniente que hay por aquí.

Al ver que no llegamos a nada, el señor Parker interviene, como todo un ángel salvador en medio de la catástrofe. Lo primero es no desesperarse, y ya luego continuar con el trabajo. ¿Cuál es el problema? Ya teníamos establecido el material que necesitaríamos para los diseños, pero a última hora, Macarena hace lo suyo, sin consultar a nadie, ha ido ella sola a ponerle la cabeza como un bombo a Anita, la encargada de la sesión fotográfica. Tratar de hablarle a esa mujer, es como conversar con una piedra y querer que esta responda.

Ámame a tu manera (1° BILOGÍA ÁMAME)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora