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Capítulo 17:
Alessia.

Pasan de las ocho con treinta de la mañana, no hay una excusa que pueda cubrirnos por llegar tarde a la empresa. Agatha y yo nos dormimos, después de que Chase se fuese del apartamento, las dos nos quedamos viendo una maratón de la serie rara que ella mira, no entendía nada, pero me quedé sentada a su lado devorándome lo que quedaba de palomitas. La alarma no sirvió de nada, pues ganó la pereza. Y ahora, corremos como posesa por todo el sitio. Ella se queda en su piso, y al cerrarse la puerta del ascensor, dejo que este me guíe hasta llegar al mío. Salgo a toda prisa, corriendo con dirección a la puerta de entrada de mi área. Llevándome la sorpresa de que antes de poder entrar, me estrelló contra otra persona.

—Señorita Woods, luce usted un tanto agitada, ¿Será por su retraso? —Miro apenada al señor Parker.

—Lo siento, venía distraída. Se me ha hecho un poco tarde.

—He de creer que esta será la primera y última vez en que algo así suceda. —Me dice llevando su mano al pomo de la puerta. —El señor Bateman requiere de tu presencia en su oficina.

—Sí, señor. —Murmuro.

Espero a que se adentre al área, para posteriormente regresar al ascensor, para dirigirme a donde Chase, ¿Va a regañarme por llegar tarde? Vamos Alessia, ser su novia no debe ser ninguna ventaja en el ambiente laboral. Las puertas del ascensor se abren dejando paso a mi salida. Me acerco a mi anterior escritorio, sitio que ahora ocupa otra mujer.

—Buenos días, soy Alessia, y el señor Bateman me ha mandado a llamar.

—Por favor, permíteme un momento y ya te atiendo, solo termino de prepararle el café. —Me dice de prisa. Y murmura algo por lo bajo, no lo suficiente, porque yo le escucho a la perfección. ¿Por qué siempre olvido como preparar el café?

—Cuatro de café, una de azúcar y añadele cremora. —Le digo con seguridad, esas cosas no se me olvidan. — ¿No te lo han explicado antes?

—No, nadie me dijo nada. Y él señor no suele explicármelo como se debe, pero se queja de ello. Lo peor es que ha venido de mal humor y me tiene hecha bola. —Se queja. —Disculpa, estoy abrumada.

—Te dejaré apuntado por aquí las medidas, así puedes verlas y aprenderlo. Estuve antes en este puesto, y sé de lo temperamental que puede ponerse. Eres Greta, ¿No? —ella asiente. —Ya lo preparo yo, respira un poco y vuelve al trabajo.

La mujer se deja caer con pesadez en la silla. Dejo todo listo en la bandeja, y con la habilidad que poseo, entro a la oficina sin complicaciones.

— ¿Por qué demonios no tocan la puerta antes de entrar? —Gruñe. Que jodido mal humor.

—Parece que a alguien no le ha sentado bien su primera noche de películas —me mofo dejando la bandeja a su lado derecho en el escritorio.

—No juegues, Alessia. —Me advierte. Coge la taza, coloca sus labios en una orilla y le da un sorbo. —Es increíble que en tanto tiempo, este sea el primer café que sabe decente.

—No sé si eso es un halago o debe ofenderme, porque lo he preparado yo. —Le digo tomando asiento en una de las sillas frente a él. — ¿Para qué me has mandado a llamar?

— ¿Por qué has venido tarde?

— ¿Me pondrás mi primer memorándum?

—No eres chistosa, Alessia. —Sisea con total seriedad en su cara. Bien, ya entendí, el tipo amargado frente a mí está en modo jefe. Me recompongo en la silla y le miro.

—Señor Bateman, me han dicho que me quería aquí, por eso he venido. Pero, si no es buen momento, puedo regresar más tarde sin problemas.

—El momento perfecto era hace quince minutos. Justo ese es el tipo de cosas que ocurren cuando las personas ocupan su tiempo en lo que no deben. —Cuchichea sin apartar la mirada de mí. —He llegado a mi casa ayer, y no dormí absolutamente nada porque estuve trabajando.

Ámame a tu manera (1° BILOGÍA ÁMAME)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora