Ámame a tu manera (1° BILOGÍA ÁMAME)

|34|

TENGO TRES ACTUALIZACIONES EN UNA MISMA SEMANA, CREO. ME MEREZCO UN PREMIO, JAJAJA. OKNO, NADA, YO SOLO LES DEJO MUUUUUCHOS ABRAZOS. 

Cinthya.

Capítulo 34:

Es de noche y estoy cansada, ¿De qué? De subir las escaleras dos veces. Después de que los malestares volvieran por la tarde, he preferido quedarme en la habitación. Jessica no me permitió moverme de la cama, esta vez me ha dado algo de fiebre pero ha sido controlable. Dejé que se quedara conmigo, con la condición de que no le avisara a nadie, la fiebre debe ser parte de lo que tengo, y tal vez antes no había aparecido quien sabe por qué. Ella se ha marchado solo cuando su madre le ha marcado al móvil porque tenía una emergencia en la casa y su padre no se encontraba en la ciudad, puede que él ya haya llegado.

Me cubro la cara con el antebrazo, me muero por beber algo que esté calientito. Una sopa, ¿Tal vez? También aceptaría un caldo rápido, incluso un licuado de verduras. No he comido mucho, temo que si mi estómago recibe un poco de comida extra, terminaré con mi cabeza dentro del váter. Escucho el cerrojo de la puerta abrirse, aparto mi brazo para poder ver quien entra.

Chase se adentra despacio, observando detalle a detalle la habitación. Se ha creído lo de la remodelación, ¿Tan tonto es? Hoy no me han dado ganas de nada.

—Quita esa cara, hombre. Que no he tocado absolutamente nada. —Me mofo.

Él sonríe y avanza hasta llegar a la cama, se sienta a mi lado y deja un beso en mi frente.

—Pensé que al entrar me encontraría la cabañita de My Little pony. —Dice divertido. Me ofende, el morado es mi color favorito, pero he de admitir que lo que ha dicho sí me ha hecho gracia.

—Creo que así está perfecto. Un color básico, acompañado de mis bonitas sábanas. ¿No te parece precioso? Es la combinación perfecta. Así tendremos algo aburrido, como tú, y la parte divertida, como yo.

—Hazte a un lado. —Me ordena empujando si mucho fuerza. Me corro hacia un lado, y cuando sus zapatos están fuera de sus pies, se acomoda en la cama, dejándome la oportunidad de usarle como almohada. — ¿Cómo has pasado la tarde?

—Estupendo. —Miento. —He bajado a la sala un rato para estar con Jess, pero cuando ella y la señora Hathaway se marcharon, decidí regresarme aquí. Por cierto, prepararon un caldo delicioso en el almuerzo.

—Bien. —Dice dudoso. —Yo he traído la cena. Bueno, tu hermano me ha interceptado en la cocina para que te trajese algo que él preparó. Dijo que iba a llamarte, tienen un servicio o algo así, y por eso no podrá venir a verte.

— ¿Y estuvieron en el mismo sitio como dos personas civilizadas?

—Sí, tú no sabes que ya somos los mejores amigos. —Comenta risueño. —Tenemos una especie de tratado de paz. Estuvo como tres minutos.

—Espero que algún día, todo quede sanado para los dos. Porque el ping pong en el que estaba, fue espantoso. Nada como mejorar las relaciones.

—Hablando de relaciones, mi madre me ha llamado cuando venía hacia acá.

—Por la cena de cumpleaños de tu amiga, supongo. —Digo con tranquilidad. —Todavía puedes ir, llegarías retrasado, pero todo estará bien con tu presencia. Cenaré y volveré a la cama, no voy a escapar ni nada por el estilo. Si quieres ir, por mi perfecto.

—No puedo creer que me estés diciendo eso, ¿De verdad piensas que la pasaría bien contigo aquí? Y enferma, debo añadir. No es así como funcionan las cosas en mi cabeza.