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Capítulo 29:
Alessia.

Al salir de cementerio, nos dirigimos a su casa, puesto que es a donde llevarán nuestras cosas. Hemos salido tan rápido del campamento, que solo conseguimos montarnos a la camioneta para venirnos. Me preocupé mucho por el accidente de Andrew, sin embargo, él ha elegido sobre su orgullo y me dijo cosas que de verdad me hicieron sentir mal. Es su actitud al actuar lo que me molesta, por más que le doy vueltas en mi cabeza a todo este asunto, consigo llegar a entender que se haya molestado conmigo por ocultar mi relación, lo que no consigo asimilar es que de verdad pretenda que yo deje a un lado lo que considero es mi felicidad, simplemente porque a él no le gusta la decisión que ya tomé sobre el rumbo en que quiero llevar mi vida.

Yo intenté acercarme, hablar con él y solucionarlo todo, pero por más que yo lo haga, él es quien nos aleja cada vez más. No habrá más Alessia buscándole, sé que cuando su ego dolido se lo permita, podremos entablar una conversación sería en la que no haya palabras hirientes de por medio.

—Pensé qué cenaríamos juntos. —Me dice Chase cuando le digo que no me quedaré esta noche.

—Ese de verdad que sería un plan excelente, pero tengo que hablar con Agatha, ya sabes, por lo de mi mudanza. —Me encojo de hombros a modo de disculpa. —Si lo entiendes, ¿Verdad?

—Claro, todo es por una buena causa. —Musita acercándose a mí, hasta que consigue aprisionarme entre sus brazos. — ¿Cuándo iniciamos la mudanza?

—Oye, que te estoy diciendo que primero he de hablarlo con Agatha. No me puedo ir de un día a otro dejándole con los gastos del apartamento, tengo que dejar las cuentas claras con ella. —Sonríe. —Cuentas claras, conservan amistades.

—Sonaste como mi abuela —se mofa. —Al menos podrías llevarte algo de comida de la que deja la señora Hathaway. Con lo dramática que es esa mujer, regresará con insolación y ampollas, aunque en realidad no le tenga. Si te lo llevas, se ahorran el trabajo de preparar la cena ustedes.

— ¿Cómo es que te llevas bien con Agatha? Digo, ahora bromean entre ustedes, pero antes sabían cómo comunicarse.

—Agatha tiene pequeños toques de mujer insoportable, pero desde que llegó a la empresa, ha sido alguien que se ha ganado mi confianza. Ella maneja muchas cosas de mi vida personal, por lo cual establecimos una relación cercana. Es mi relacionista, básicamente es quien me salva de los escándalos. Ojo, hay uno que otros que surgen de un invento.

—Como la nota en que nos convirtieron empareja cuando era tu secretaria. ¿Cómo es qué dijiste en la rueda de prensa? —llevo mi dedo al mentón tratando de recordar. —Ah sí, la señorita Woods no es más que mi secretaria.

—Y en ese momento era la verdad. —Dice viéndome a los ojos. —No es mi culpa que tú seas tan hermosa y sus chismes se hayan convertido en una realidad.

—Si te pagaran por ser un adulador, serías el dueño de la mitad del planeta y un poco más, lo haces sin esfuerzo. —Deslizo mis dedos por sus mejillas. —Me encantaría quedarme a escucharte decir cosas bonitas, pero, ya me tengo que ir.

—Eres todo un caso, Alessia. —Deja un pico rápido en mis labios. —Vamos a la cocina a ver que conseguimos para que te lo lleves, y después te iré a dejar.

—No es necesario, pues tomar un taxi y cocinar algo rápido al llegar al apartamento.

—Claro. —Dice divertido.

Enarco una ceja, sus respuesta de una sola palabra, solo es señal de que se burla de mí, claramente no va a dejar que me marche sola en un taxi, no teniendo su auto en la cochera. Él mismo se encarga de revisar el frigorífico, en las cajas apiladas que la señora Hathaway le ha dejado, tomando una que parece algún tipo de guisado y otra cosa que no identifico, y pensar que se convertirá en mi cena de esta noche.

Ámame a tu manera (1° BILOGÍA ÁMAME)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora