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Algunas me han escrito que el capítulo no aparecía, y pues, efectivamente el hijosumadre, no estaba ni en borradores. Así que, le he escrito nuevamente, y aquí le tienen. Espero que les guste.

Capítulo 28:
Alessia.

Por la noche, mi fiebre no volvió a aparecer, por fortuna. Muy a las seis de la mañana, el doctor Marty apareció para cerciorarse de que todo marchara con normalidad. Nos tomó por sorpresa, pues ninguno se había despertado, pero claramente, con el ruido de la puerta abriéndose, era inevitable. Muy apenado, me hizo una rápida revisión, dejando su autorización para que continúe con las actividades del día, pues me encuentro restablecida y más puesta que un calcetín. 

Nos marchamos cuando él lo hace, si tengo lo que básicamente representa mi alta médica, no hay necesidad de quedarse. Pasamos por la casa de mamá Lolly, para hacerle saber que mi fiebre no ha pasado a mayores, es una mujer que se levanta antes de que sale el sol, y de su cocina ya sale el delicioso aroma a café. Emprendemos la marcha hacia la cabaña, a las siete debemos estar listos, y no sé que tan bien nos vaya a ir con el baño. 

—Buenos días. —Saluda Chase con educación a los demás, mientras sostiene la puerta para dejarme entrar.

Por una parte, es muy caballeroso el gesto, pero, yo puedo asegurarlo que su acto es debido a mi fiebre, ¡Estoy perfecta! Solo hace falta que lo entienda. Como sea, su forma de ser me encanta. 

Los chicos preguntan por mi estado, entonces les tranquilizo diciendo que tomo marcha de maravilla. Pero que debemos tomar una ducha, ya que no falta nada para que nos llamen a desayunar. Se escucha la risa burlona de Chase, y él decide que podemos llegar unos minutos tardes, porque de todos modos yo desaparezco la comida en segundos, se gana un golpe en la costillas por ridículo. No es mi culpa tener la costumbre de tardar un poco menos de la gente promedio en comer. 

Agatha sale del baño, y mi incomodidad regresa. No sé si lo de ayer fue una discusión fuerte, des esas en las que al siguiente día los involucrados ni siquiera se miran. Los chicos, al estar listos, deciden ir afuera para esperarnos, y Chase se mete al baño, dejándonos solas.

—Loraine y Abner nos dijeron que te habías sentido mal ayer, intenté marcar a tu móvil y al de Chase, pero ambos de han dejado en la maleta. —Ella termina con el silencio. — ¿Cómo sigues?

—Bien, no ha sido nada. Ya puedo seguir con las actividades. 

—Alessia, yo quería disculparme contigo por la forma en que te hablé. Estaba muy molesta, y tú solo fuiste la víctima perfecta para descargar todo. Fui muy grosera, de verdad lo lamento. —Muevo la cabeza en modo de asentimiento. No digo nada, acorto la distancia y le brindo un abrazo. 

—Quiero partirte la cabeza por grosera, pero no lo haré, solo porque te estimo mucho. —Nos separamos. —Sigo pensando que te has excedido en tu comportamiento, y no tiene que ver con tu comportamiento, o que todo sea cierto, sino con que tal vez haya sido demasiado. 

—He tenido toda la noche para pensarlo, y sí, estuvo mal. También me mantengo firme en que no voy a disculparme, no pienso bajar los brazos, ella simplemente sintió lo que muchos han sentido durante años. Hice mal, y lo acepto, mas no cambio de opinión. —Niego con la cabeza, que mujer más testaruda. —Lo que sí quiero es que tú me disculpes, eres mi amiga, y no me gustaría que algo así afecte nuestra amistad. 

—Si vuelves a hablarme de esa forma, te rompo la nariz, Agatha. Y claro que te disculpo, eres mi amiga. 

Ella se ríe por mi amenaza, no tiene idea de que puedo cumplirlo. Aunque espero que nunca suceda, y que nuestra amistad dure lo más que se pueda. 

Ámame a tu manera (1° BILOGÍA ÁMAME)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora