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CHASE.

Capítulo 37:

Nos hemos llevado un susto tremendo con Danna. En cuanto recibí la llamada de Alessia y no conseguía decirme nada, intuí que algo iba mal, tenía razón y Charlie me lo confirmó. Dejé los papeles en la oficina y salí de ahí como volando, tan de prisa que aquél edificio parecía no tener paredes. Ya había conversado con mi padre sobre las actitudes extrañas de mi hermana en los últimos meses, pese a que quise hablarle, ella siempre encontraba la forma de evitarlo. Y ahora estamos aquí, a esperas de noticias, porque ella ha consumido quien sabe qué cosa y ha puesto en riesgo su vida.

Danna siempre fue rebelde, mi hermana pequeña nació para convertirse en todo lo contrario a lo que mi madre tenía pensado para ella. Jamás hizo caso en nada, y cuando entró a la secundaria, todo se salió de control. Pensar que era cosa de la edad, fue el peor error que pudimos cometer. Danna es una jovencita con muchos sueños, y un futuro por delante, no puede dejar ir su futuro de esta forma, no se debe permitir lanzar por la borda toda su inteligencia y astucia.

Deseo que se recupere, y que esto no le deje ninguna secuela que vaya a dañarle para siempre. Pero sí debe servirle de lección, para aprender que este no es el camino por el cual debe guiarse, y que esos que dicen ser sus amigos, en realidad son sus enemigos, le han llevado hasta estas instancias, sin importar nada. Puedo asegurar que estuvieron con ella, mas no quisieron quedarse y le dejaron con todo el problema.

Cierro los ojos y descanso mi mejilla sobre la cabeza de Alessia, que desde unos minutos atrás yace dormida en mi regazo. Como si no fuese suficiente lo que he de agradecerle, sucede esto, que haya estado en el lugar exacto en el momento perfecto es una verdadera bendición. Quisiera llevarle a descansar, pero no quiero irme sin tener más noticias sobre Danna, y sé que si le envío a casa, no querrá irse. Se remueve en mis brazos, abre un solo ojo para verme.

— ¿Se ha sabido algo nuevo? —me pregunta.

—No, y mi padre no ha regresado. —Respondo acariciando su cabeza. — ¿Bebiste el digestivo o te consigo uno aquí?

—Le comprado, pero con lo ocurrido no me dio tiempo de beberle. De todos modos me siento muy bien.

—Y tampoco está de más si le bebes por precaución. —Pone su mohín de, deja de molestar, pero finalmente saca la caja de su bolso.

Espero a que tenga la pastilla en su mano para pasarle la botella de agua. Cuando ya se la ha tomado, guarda todo y regresa a mis brazos. Veo levantarse a mi madre, y dar caminatas de un lado a otro mientras habla por el móvil, hay una probabilidad muy grande de que esté resolviendo asuntos relacionados con su línea de maquillaje. No quiero dudar de su buena voluntad porque la relación de ella con Alessia mejoren, pero hubo comentarios durante la tarde que no me parecen correctos, sin embargo, quiero creer y de verdad espero que hayan sido porque aún no se conocen lo suficiente y está tanteando el terreno.

—Quiero ir al baño. —Me dice de pronto Alessia. —Razones fisiológicas.

Le suelto para que pueda ponerse en pie, desaparece por el pasillo que lleva a los baños. Me quedo en mi lugar, definitivamente no es el final del sábado que había planeado, tal vez una noche de películas, de esa que Alessia adora y que yo no entiendo, ese habría sido un buen plan.

La imagen de mi madre, ahora mismo, es la que recuerdo desde siempre. Ella ocupada en sus cosas, ajena a lo que le rodea, centrándose en aquello que le interesa. No luce preocupada, y cuando llamé a casa para avisar sobre lo ocurrido con Danna, dijo que debía ser una de las tantas mañas de mi hermana para llamar la atención. Si bien, Danna definitivamente nunca ha sabido comportarse y tiene una pasión por llevar la contraria ante todo, jamás haría una cosa así, y lo sé yo.

Ámame a tu manera (1° BILOGÍA ÁMAME)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora