Ámame a tu manera (1° BILOGÍA ÁMAME)

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Capítulo 41:
Alessia.

Estoy como una madre que ve a su hija ir por primera vez a la escuela, con Danna muy nerviosa por reintegrase a la universidad, y no le ha jugado a favor el hecho de pasar por la casa de sus padres para recoger un par de cosas que necesita y no se las llevó al irse con nosotros. Por eso, y tomando en cuenta que Chase se ha ido de viaje de emergencia, he decidido acompañarle en este día tan importante para ella y su futuro, pero todo se pone extraño cuando su madre aparece en nuestro campo de visión y actúa como la mejor madre del mundo, incluso se ofrece a ir con ella. Me mantengo al margen de todo, mi opinión no entra ahí. Sin embargo; soy yo la que se lleva la mueca de "te quiero matar" por parte de la señora. «No, gracias. Alessia lo hará» eso ha sido suficiente para restarme otro punto con mi suegra, no es mi culpa, su hija lo ha decidido, y yo estoy para lo que se me necesite.

Me entretengo con uno de los cuadros que hay colgados en la sala, me parece por mucho muy feo, de las veces que he venido nunca le he prestado tanta atención, pero me transmite miedo y hasta los escalofríos recorren mi cuerpo, es tan oscuro y confuso.

─También con mi hija lo haces. ─Suelta ella cuando Danna ha desaparecido en las escaleras. ─ ¿Qué pretendes, muchachito? Mis hijos y mi esposo, ¿Qué será la siguiente?

─No entiendo su pregunta, señora.

─Te haces la tonta, pero eres muy viva. Y todos te creen, porque vas por la vida haciéndote la niña buena, pero yo sé de las malas intenciones de las mujeres como tú. Trabajan lento, y cuando menos se espera, atacan.

Aprieto mis labios para no reír, pero se me escapa una carcajada sin poderme contener.

─Creo que usted tiene muchísima imaginación, y eso debería aprovecharlo para haces buenas cosas. Y añado, yo no tengo la necesidad de fingir ante nadie, ni siquiera por conveniencia, soy lo que soy, simplemente. No como usted... ─hago una pausa con muchas ganas de molestarle─, debe imaginarlo. Si hay algo claro entre nosotras, es que yo no le agrado, y a mí me es indiferente. No pienso intentar que me acepte a mí, es un imposible, pero usted sí tiene que aceptar que su hijo y yo somos pareja, fin.

─Te crees muy inteligente, ¿Verdad? El día en que por fin salgas de esta familia, todo volverá a ser como antes. Tú solo eres la reina de la irreverencia, y eso es lo que contagias.

─Tal vez sea usted quien deba acostumbrarse a mí.

─Ni en tus mejores sueños. ─Espeta burlesca. ─No tienes nada que te una a Chase, porque eso del supuesto amor que tanto profesan, no sirve para nada.

─Igual y sí. ─Llevo mi mano al vientre. ─Puede que les demos una sorpresa antes de navidad.

Le miro, con una sonrisa divertida inundo mi rostro. Por supuesto que no tendremos un bebé, por ahora, pero la idea de atormentarla un rato, no queda nada mal. Danna baja con sus cosas en los brazos, un par de libros y una mochila donde supongo trae más de lo mismo, así es la vida universitaria. Se despide de su madre de una forma bastante discreta, un leve asentimiento con la cabeza. Ella no le corresponde, me imagino que sus pensamientos están muy lejos de aquí. Antes de salir, murmura: el que ríe último, ríe mejor. Los escalofríos regresan, pero no es una advertencia que no me haya hecho ya.

Al subir al auto, me comenta sobre el extraño comportamiento de su madre al despedirse, yo le cuento lo que le he dicho, y ella me apoya. Está mal, muy mal, ella debería defenderle. Pero bueno, al final solo es una broma, tarde con temprano sabrá que lo que le dice no es cierto.

Pasamos por la universidad de Danna, y ella deja todo lo que no necesita en el maletero.

—Danna. —Le llamo antes de que se aleje del auto. —Recuerda llamar al Charlie para que venga por ti.