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Capítulo 35:
Chase.

¿Cómo puedo catalogar esta noche? Como pésima, definitivamente. Las cosas marchaban muy bien, hasta el momento en que aparecieron los caracoles. Que si mi madre sabe que no los soporto, pero Lorette los ama, y Alessia ha tenido que comerles para no quedar mal. ¿Al final cómo termina? Con mi chica pasando un feo momento, bueno, eso sin tomar en cuenta lo dura que ha tenido que tragar al ver a una invitada inesperada. ¡De verdad me creí la buena voluntad de mi madre! porque así soy yo. Que Lorette viniese, está bien, es una amiga de la familia, y está de invitada en su casa, malo sería salir y dejarle. Pero lo de los caracoles, eso sí ha sido una bestialidad. Punto más que negativo para mi madre.

Acompaño a mi padre a la puerta, ante la negatividad de ellos para irse, y la incomodidad de Lorette para quedarse, él se ha ofrecido a irle a dejar, y a su vez, recoger algunas cosas de ellos y regresar.

Alessia tiene fiebre, y eso es nuevo, puede que sea obra de su infección, o definitivamente el mal estomacal que le ha causado la gracia de esta noche. Llamo a Wards, me niego a moverle de la cama, he conseguido que duerma. Él me dice que por el momento no puedo trasladarse por un asunto de su auto y no sé qué más, pero entonces se me ocurre la idea de decirle que yo iré por él hasta su casa. ¿El problema? Dejar a mi novia con mi madre, cuando esta última no lo toma a bien.

—Mamá, mi padre no debe tardar en volver, solo será media hora como máximo en lo que voy y regreso. —Trato de convencerla.

— ¿Ahora tengo que ser la niñera de la niña esta? —reniega. —Llama a tu padre para que sea él quien vaya por el insufrible de Ward.

—Ya le marqué, pero se ha dejado el móvil. Y mi padre aún no llega a la casa, ¿Sabes lo que es una espera de casi dos horas en espera de un médico? Cuentas, camino de ida y vuelta hasta la casa, y luego ir hasta donde Wards. Mamás, es un favor que me hace a mí. Además, ella está durmiendo, y a lo mucho solo debes ver que su fiebre disminuya. —Tomo sus manos. —Por favor.

Suelta un bufido de fastidio puro.

—Está bien. Pero quiero dejar constancia de que haré esto por ti, no por esa chica, ¿Queda claro?

—Gracias, mamá. —Beso su mejilla. —Por cualquier cosa, su medicina está en el botiquín del baño. Prometo que estaré de regreso lo más rápido que pueda.

—Eh, pero tampoco vayas a conducir como un loco. Te quiero de regreso y en una sola pieza. —Le estrecho entre mis brazos, esta mi madre.

Espero a que entre a la habitación, incluso dejo correr unos minutos para cerciorarme de que no vaya a jugarme sucio. El tiempo avanza, y yo no puedo perderlo más. Puede que sea un exagerado, pero prefiero un veredicto médico ahora mismo, lo de Alessia no es nada de peligro, pero sí tiene opción a complicarse, y eso es algo que no voy a permitir. Ya me siento pésimo de verle así y no poder hacer más nada de lo que está en mis manos, cuando quisiera encontrar una medicina que le aliviara en cuestión de hora.

Un deportivo, solo a mí se me ocurre tenerle cuando no lo utilizo. He tenido que sacarle por la emergencia, mi auto predilecto está en el taller, y llamar a Charlie... ¡Qué estúpido soy! Pude haberle pedido que me hiciera el favor de ir por Wards, pero lamentarse ya no me sirve de nada, ahora ya voy en camino y he hecho un buen trecho. Me detengo cuando el semáforo muestra su color rojo, no hay autos en el sentido contrario, pero no me atrevo a cruzar, eso sería una verdadera tontería. Desde el accidente de Alessia, soy mucho más cuidadoso de lo que se debe al conducir. Eso sucedió demasiado rápido. Me divertí tanto molestándole en la prueba de vestidos para la boda de Jessica, que pensé que el día terminaría bien. Alessia es una chica que si te lo propones, le sacas de sus casillas con facilidad, pero ella siempre está lista a contraatacar ante cualquier situación. La incomodidad entre ella y Andrew se notaba cuando él se acercó a la mesa, y después su actitud al escuchar que ella le pedía unos minutos para hablar, solo se movió por la insistencia de mi prima. Aquella discusión en su oficina se escuchó hasta afuera, dejando en evidencia el malestar entre ambos. Y claramente, la salida de Alessia, su despedida nos dejó inquietos. Pero cuando Andrew apareció gritando su nombre, todos dejamos la mesa. Lo siguiente, fue el chirrido de las llantas al poner el auto en marcha, y finalmente, la espantosa imagen del otro auto yéndose encima de ella.

Ámame a tu manera (1° BILOGÍA ÁMAME)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora